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Expertos elaboran una hoja de ruta para alcanzar una salud materna y fetal óptima

Expertos elaboran una hoja de ruta para alcanzar una salud materna y fetal óptima

El estudio combina los resultados de la investigación académica y las recomendaciones de instituciones autorizadas en una hoja de ruta para una buena nutrición para los padres y sus bebés, desde la preconcepción hasta el embarazo
Embarazo
Muchas mujeres en edad fértil no cumplen con la ingesta diaria recomendada de nutrientes.

Un reciente documento de la British Nutrition Foundation, compilado por expertos en ciencias de la nutrición y académicos, describe cómo una dieta saludable y variada que satisfaga las mayores demandas nutricionales del embarazo es esencial para apoyar el crecimiento fetal, el desarrollo y la salud materna, particularmente a medida que aumentan los requerimientos de energía, proteínas y algunos micronutrientes durante este tiempo. 

  

A pesar de esto, los datos muestran que muchas mujeres en edad fértil no cumplen con la ingesta diaria recomendada de nutrientes, lo que puede tener un efecto negativo en el desarrollo de su bebé.  

  

Sara Stanner, coautora del artículo, afirmó que “es fundamental un asesoramiento dietético que fomente una ingesta adecuada de la amplia gama de nutrientes que contribuyen a la salud materna y fetal, con énfasis en alimentos ricos en folato, yodo, hierro, calcio y vitamina D”.  

 

“Esto debe ir acompañado de la recomendación de tomar suplementos de ácido fólico antes de la concepción y durante el inicio del embarazo, y de considerar la posibilidad de tomar suplementos de vitamina D durante todo el embarazo, entre octubre y principios de marzo, o durante todo el año en el caso de las mujeres consideradas de alto riesgo”, agrega. 

  

Preconcepción 

 

El artículo recomienda que las mujeres que estén considerando un embarazo intenten alcanzar un peso corporal saludable con un IMC de 18,5 a 25 antes de la concepción.   

  

Tanto la sobrenutrición como la desnutrición, antes y durante el embarazo, se asocian con consecuencias negativas a largo plazo y pueden influir en el riesgo futuro de enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares. Estudios han demostrado que el sobrepeso durante el embarazo se asocia con consecuencias como bebés grandes para la edad gestacional, partos por cesárea, diabetes mellitus gestacional, preeclampsia y retención de peso posparto en las madres.  

 

Por el contrario, un aumento de peso gestacional inadecuado se ha vinculado con bajo peso al nacer, tamaño pequeño para la edad gestacional y un mayor riesgo de parto prematuro.   

  

Ácidos grasos esenciales 

 

De acuerdo con los autores, los ácidos grasos omega 3 presentes en alimentos como el pescado azul son cruciales para la estructura de la membrana celular fetal, la formación de tejido nuevo y el desarrollo del cerebro y la retina.  

 

Estudios controlados aleatorizados sugieren beneficios moderados de los ácidos grasos poliinsaturados n-3 de cadena larga, obtenidos a través de alimentos o suplementos, durante el embarazo, en la prolongación de la gestación y el aumento del peso al nacer, además de una posible reducción de los partos prematuros y el riesgo de muerte perinatal. 

  

Hierro 

 

“El 34 % de las mujeres de entre 19 y 65 años en el Reino Unido presentan una ingesta baja de hierro, inferior a la Ingesta Mínima de Referencia de Nutrientes”, señalan. Un nivel bajo de hierro se relaciona con consecuencias negativas tanto para la madre como para el bebé, como parto prematuro y bajo peso al nacer.  

 

Por lo tanto, recomiendan a las mujeres en edad fértil que incluyan en su dieta alimentos ricos en hierro, como carne, huevos, pescado, legumbres, verduras de hoja verde oscuro y panes y cereales fortificados. Además, consumir alimentos ricos en vitamina C también es importante para quienes siguen una dieta a base de plantas, ya que ayuda al cuerpo a absorber el hierro de los alimentos vegetales. 

  

Folato/ácido fólico 

 

Tomar un suplemento de ácido fólico antes de la concepción y durante las primeras 12 semanas de embarazo ayuda a prevenir defectos del tubo neural (DTN), como la espina bífida, en los bebés.  Los últimos datos de revelaron que el 83 % de las mujeres de entre 16 y 49 años presentaban niveles de folato en sangre que aumentaban el riesgo de un embarazo con DTN.  

 

“Para la mayoría de las mujeres, se recomienda un suplemento diario de 400 µg de ácido fólico, idealmente desde tres meses antes del embarazo, para asegurar niveles suficientes que favorezcan un desarrollo saludable al inicio del embarazo. Si existe un mayor riesgo de DTN, posiblemente debido a antecedentes familiares, un profesional de la salud podría recomendar un suplemento de 5 mg/día”, explican.  

  

Yodo 

 

Un nivel bajo de yodo durante el embarazo puede provocar un deterioro del desarrollo neurológico infantil y se ha vinculado con una reducción en la edad de lectura y el coeficiente intelectual en la infancia.  

  

El Comité Asesor Científico sobre Nutrición ha sugerido que comenzar el embarazo con un buen estado de yodo puede ser tan importante para la salud a largo plazo del bebé como consumir una cantidad adecuada de yodo durante el embarazo. 

  

Las últimas cifras muestran que el estado promedio de yodo, medido mediante las concentraciones de yodo en orina, es insuficiente para las niñas de 11 a 18 años y las mujeres en edad fértil (de 16 a 49 años).  

  

En este sentido, Stanner comenta que “la leche y otros productos lácteos son una fuente importante de yodo para muchas personas, por lo que, para quienes no consumen lácteos, es importante obtener yodo de fuentes alternativas como huevos, pescado, mariscos y alternativas vegetales fortificadas con yodo”. “Las algas marinas también pueden ser una fuente de yodo, pero las concentraciones son variables, por lo que no se recomienda consumirlas más de una vez a la semana durante el embarazo”. 

  

Aunque no lo recomiendan de forma rutinaria, también se pueden considerar suplementos en forma de yoduro de potasio o yodato de potasio para personas que no consumen suficientes alimentos ricos en yodo. 

  

Calcio y vitamina D 

 

El calcio es esencial para el desarrollo saludable de los huesos y los dientes de un bebé y la vitamina D ayuda al cuerpo a absorber el calcio, por lo que ambos son importantes desde la preconcepción y durante todo el embarazo; los últimos datos también muestran que el 17% de las mujeres de entre 19 y 64 años tienen niveles bajos de vitamina D en la sangre.   

  

“El consejo para todas las mujeres, incluidas aquellas que planean un embarazo, es considerar tomar un suplemento diario de 10 µg de vitamina D durante los meses de otoño e invierno y consumir alimentos que contengan vitamina D, como huevos, pescado azul y cereales de desayuno fortificados”, sugiere Stanner. “Esto es especialmente importante para las mujeres con mayor riesgo de deficiencia de vitamina D, a quienes se les debe recomendar tomar un suplemento durante el embarazo”.  

  

Alcohol 

 

Las investigaciones muestran que la única opción segura es no consumir alcohol en absoluto desde antes de la concepción y durante todo el embarazo

  

 

Durante el embarazo 

  

Según el nuevo artículo, “para garantizar que el feto reciba de su madre todos los nutrientes que necesita para un desarrollo y crecimiento saludables, es fundamental que las mujeres consuman las cantidades adecuadas de energía, proteínas, vitaminas y minerales durante el embarazo, y que eviten alimentos y bebidas que puedan ser perjudiciales para el feto. Además, se debe aconsejar a las mujeres que limiten el consumo de cafeína”.  

  

Si bien las mujeres embarazadas deben seguir consumiendo suficiente yodo, folato/ácido fólico y vitamina D, y evitar el consumo de alcohol, las investigaciones demuestran que el hierro y el calcio también son especialmente importantes en este momento. “No es inusual que las necesidades de algunas mujeres aumenten mientras que otras tienen una ingesta generalmente baja”, justifican.    

  

Cafeína 

 

“Se debe aconsejar a las mujeres embarazadas que no consuman más de 200 mg de cafeína al día”. En este punto se debe tener en cuenta que una taza de café instantáneo suele contener unos 100 mg de cafeína y una taza de té, unos 75 mg.  

 

“También deben saber que la cafeína puede encontrarse en medicamentos como remedios para el resfriado y la gripe, analgésicos y estimulantes, y en alimentos y bebidas inesperados, como algunas infusiones, chocolate caliente, bebidas energéticas, refrescos de cola, leche y chocolate negro, así como en remedios para el resfriado y la gripe, analgésicos y estimulantes”, advierten los expertos.  

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