La obesidad y la diabetes tipo 2 en la adolescencia puede interferir con el desarrollo óseo, aumentando potencialmente el riesgo de fracturas y osteoporosis en etapas posteriores de la vida. Estas son las conclusiones de un estudio presentado, el pasado fin de semana, en el Congreso de la Sociedad de Endocrinología de San Francisco (California).
La adolescencia es la etapa más crítica para el desarrollo de la fortaleza ósea a lo largo de la vida, advierte la investigadora principal del estudio, la doctora. Fida Bacha. "Si bien se sabe que los adultos con diabetes tipo 2 tienen un mayor riesgo de fracturas, esto no se ha investigado en jóvenes con diabetes tipo 2", explica. Por tanto, "queríamos comprender cómo la obesidad infantil y la diabetes tipo 2 temprana afectan la salud ósea a medida que los niños crecen", agrega la investigadora.
Con este fin, los investigadores dieron seguimiento a 48 adolescentes durante un año (26 chicas y 22 chicos), con una edad promedio de 15.5 años. De estos, el 27 % tenía un peso normal, el 31 % tenía sobrepeso con niveles normales de glucosa en sangre, y el 42 % tenía sobrepeso con un control deficiente de la glucosa en sangre, incluyendo prediabetes (4 adolescentes) o diabetes tipo 2 (16 adolescentes).
Los investigadores midieron la grasa corporal, la condición física, la glucosa en sangre y los niveles de insulina de los adolescentes. Se midió asimismo su estructura ósea y la fuerza en la parte inferior de la pierna (tibia) y el antebrazo (radio) mediante imágenes de alta resolución.
El estudio reveló que los adolescentes con obesidad, y especialmente aquellos con diabetes tipo 2, mostraron una menor mejora en la fortaleza y calidad ósea con el tiempo en comparación con sus compañeros de peso normal. Esto se observó tanto en los huesos de las piernas como de los brazos.
Los niveles elevados de insulina (un signo de resistencia a la insulina) parecieron contribuir a un menor aumento de la fortaleza ósea. Cabe destacar que la resistencia a la insulina es una afección en la que las células del cuerpo no responden eficazmente a la insulina, lo que provoca niveles elevados de azúcar en sangre y aumenta el riesgo de diabetes tipo 2.
“La obesidad y la diabetes tipo 2 temprana en la adolescencia no solo afectan el peso o el nivel de azúcar en sangre, sino que también pueden interferir silenciosamente con el desarrollo óseo durante los años más críticos para desarrollar una fortaleza ósea de por vida”, afirmó Bacha. “Esto significa que los adolescentes con estos problemas de salud pueden enfrentar un mayor riesgo de fracturas y osteoporosis a medida que envejecen”.