La resiliencia y la capacidad de recuperación de la microbiota intestinal frente a estreses como los antibióticos dependen en gran medida de la calidad de la dieta, esto es esencialmente lo que demuestra el trabajo de un equipo estadounidense realizado en ratones, publicado en la prestigiosa revista Nature.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores alimentaron a los ratones durante 4 semanas con una dieta rica en fibra y baja en grasas (comida regular, RC) o una dieta de estilo occidental (WD, por sus siglas en inglés), baja en fibra, rica en grasas y azúcar. Luego, los animales recibieron tratamiento con antibióticos.
La microbiota no solo experimentó un declive más severo en el caso de la dieta WD, sino también una recuperación mucho más lenta. Por ejemplo, mientras que la microbiota de los ratones con la dieta RC había recuperado más de la mitad de su diversidad inicial unos diez días después del tratamiento con antibióticos, la diversidad bacteriana de la microbiota de los ratones con la dieta WD permaneció muy reducida durante al menos 4 semanas, y hasta 9 semanas en algunos animales.
El nuevo estudio observó que la dinámica de la sucesión de especies bacterianas durante la repoblación intestinal era muy diferente entre los dos grupos de animales. Mediante modelos que integran datos sobre las capacidades metabólicas microbianas, los autores demuestran que la composición de las dietas y, por consiguiente, la disponibilidad de nutrientes condicionan considerablemente las trayectorias de la repoblación intestinal, con patrones de sucesión de especies específicos de cada grupo.
La presencia de carbohidratos complejos en la dieta RC permite una dinámica que conduce a relaciones sintróficas complejas entre especies microbianas y, por consiguiente, a la diversificación y recuperación eficiente de la microbiota; por el contrario, la presencia de azúcares en la dieta WD y la falta de fibra inducen una microbiota inicialmente dominada por una especie autosuficiente (Lactococcus) adaptada a estos sustratos, pero que produce pocos metabolitos disponibles para otras especies.
Cabe señalar que transferir la microbiota de animales alimentados con una dieta RC a animales que reciben tratamiento antibiótico y luego se alimentan con una dieta WD no restaura eficazmente su microbiota; en otras palabras, la recuperación exitosa de la microbiota depende principalmente de la disponibilidad de nutrientes en el ambiente, más que de la presencia de ciertas especies.
Finalmente, los investigadores hallaron que los ratones que reciben la dieta WD son más propensos a infecciones intestinales por Salmonella, lo que sugiere que una disbiosis prolongada podría reducir la resistencia a la colonización por patógenos oportunistas.