Beber varias tazas de café al día podría ayudar a prevenir el deterioro cognitivo en personas con fibrilación auricular, según una nueva investigación publicada en el Journal of the American Heart Association. "Existen muchos mitos, pero nuestro estudio no encontró motivos para desalentar, o prohibir, a un paciente con fibrilación auricular a que tome café”, explica Jürg H. Beer, M.D., autor principal del estudio y profesor de medicina y hematología en la Universidad de Zúrich, en Suiza.
Hay que recordar que la fibrilación auricular es el trastorno del ritmo cardíaco más común en adultos. Según la Guía ACC/AHA/ACCP/HRS, de 2023, para el diagnóstico y el tratamiento de la fibrilación auricular, abstenerse de la cafeína para prevenir alteraciones del ritmo cardíaco no es beneficioso para las personas con fibrilación auricular. Además, la guía también señala que abstenerse del café podría reducir los síntomas en pacientes que informan que la cafeína desencadena o empeora sus síntomas de fibrilación auricular, que pueden incluir ritmo cardíaco rápido, mareos, fatiga y más.
"Se sabe que el consumo regular de café beneficia el rendimiento cognitivo en personas sanas. Y se sabe que la arritmia cardíaca más frecuente, la fibrilación auricular, aumenta de forma independiente el riesgo de demencia", comenta Massimo Barbagallo, MD, también autor del estudio. "Por lo tanto, la pregunta es si el café podría compensar el mayor riesgo de deterioro cognitivo en personas con fibrilación auricular".
Según las pautas dietéticas de Estados Unidos, de tres a cinco tazas de café al día (de 8 onzas) pueden ser parte de una dieta saludable, aunque hacen referencia tan solo al café negro. En este sentido, la Asociación Estadounidense del Corazón advierte que las bebidas populares a base de café, como los lattes y los macchiatos, suelen tener un alto contenido en calorías, azúcar agregada y grasa.
Este estudio suizo de fibrilación auricular ha seguido a más de 2.400 personas en el país, todas ellas diagnosticadas con fibrilación auricular. Estos participantes, de los cuales el 27 % eran mujeres, tenían una edad promedio de 73 años.
Los pacientes, que se inscribieron en el estudio entre 2014 y 2017, completaron varias pruebas cognitivas y comunicaron cuántas tazas de café con cafeína habían bebido durante los últimos doce meses, independientemente de los edulcorantes, cremas o sabores agregados (el tamaño de la taza no estaba estandarizado). Concretamente, respondieron si habían consumido menos de una taza al día, una taza al día, dos o tres tazas al día, cuatro o cinco tazas al día o más de cinco tazas al día.
Cabe destacar también que las pruebas cognitivas que realizaron los participantes medían sus habilidades verbales, el funcionamiento ejecutivo, la memoria, la velocidad de procesamiento, la coordinación visomotora y la atención. Estas pruebas se combinaron en una calificación general de la capacidad cognitiva, llamada Constructo Cognitivo (CoCo). Además, los participantes completaron una prueba de detección de 30 puntos para el deterioro cognitivo, así como la Evaluación Cognitiva de Montreal. Finalmente, se evaluó la depresión de los participantes mediante la Escala de Depresión Geriátrica.
Los investigadores analizaron estas evaluaciones cognitivas y examinaron si beber café podría evitar el deterioro cognitivo, que es un riesgo conocido de la fibrilación auricular. Debido a que la enfermedad de Alzheimer y la fibrilación auricular están asociadas con la inflamación sistémica, los investigadores también analizaron los marcadores de inflamación.
El estudio reveló que, en general, las puntuaciones más altas en las pruebas cognitivas se asociaron con un mayor consumo de café. En concreto, las puntuaciones de velocidad de procesamiento, coordinación visomotora y atención, mejoraron significativamente en un 11 % entre los consumidores de café en comparación con los no consumidores. Asimismo, se calculó que la edad cognitiva era 6,7 años más joven entre los que consumían mayores cantidades de café, en comparación con los que bebían menos.
Además, los marcadores inflamatorios fueron más de un 20 % más bajos en los participantes que bebían cinco tazas al día que en los participantes que bebían menos de una taza al día. Los investigadores no encontraron ninguna interacción entre la edad, el sexo y el consumo de café.
"Se observó una asociación dosis-respuesta muy clara y consistente entre beber más café y obtener mejores resultados en varias pruebas cognitivas sofisticadas diferentes", afirma Beer. "Los marcadores inflamatorios disminuyeron con un mayor consumo de café, una asociación que se mantuvo después de considerar variables como la edad, el sexo, el índice de masa corporal, el tabaquismo, la actividad física y los antecedentes de accidente cerebrovascular".
Igualmente, los expertos señalaron que estudios anteriores sugieren que los efectos protectores del consumo regular de café contra el deterioro cognitivo en los ancianos pueden atribuirse a la cafeína y otros ingredientes activos, como el magnesio y la vitamina B3 (niacina), o que puede deberse al papel del café en la reducción de las sustancias químicas que causan inflamación.
Por su parte, José A. Joglar, presidente de la Guía de 2023 sobre el tratamiento de la fibrilación auricular, advierte que este estudio observacional no puede concluir que el café realmente prevenga el deterioro cognitivo a largo plazo. "Otros estudios han demostrado que el café tiene funciones de mejora cognitiva en general. Sin embargo, esto no es específico de la población con fibrilación auricular. No podemos concluir que el café prevenga el deterioro cognitivo a largo plazo".
"El café no parece empeorar la fibrilación auricular, por lo que no es necesario dejar de beberlo. Sin embargo, no podemos decir que comenzar a beber café prevenga la fibrilación auricular o el deterioro cognitivo a largo plazo", prosigue el profesor y médico.
Además, los investigadores midieron la capacidad cognitiva de los participantes, así como su consumo de café, en un momento preciso. Esta limitación del estudio implica que no se pudo evaluar las diferencias en el deterioro cognitivo con la edad, al igual que “puede no reflejar cambios en el consumo durante los años anteriores”.
Por tanto, como estudio transversal, que se lleva a cabo en un momento dado, no puede establecerse una relación de causa y efecto entre el consumo de café y el rendimiento cognitivo. Además, el estudio puede no ser generalizable a otras poblaciones, ya que incluyó una población mayoritariamente blanca en Suiza, donde la gente tiende a beber espressos.
"Para detectar un deterioro cognitivo relevante, se requiere un seguimiento de al menos cinco a diez años. Sin embargo, los hábitos nutricionales, incluido el consumo de café, informados por los participantes, reflejan la exposición durante muchos años y es probable que veamos aquí los resultados de esto", comenta Barbagallo.