La anorexia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria que se caracteriza por una pérdida de peso significativa debido a un miedo intenso a engordar. Es por ello que los pacientes que lo sufren adoptan conductas que impiden el aumento de peso, principalmente una alimentación muy restrictiva.
Esta patología afecta gravemente a la salud física, altera el funcionamiento psicosocial y suele asociarse a comorbilidades psiquiátricas, pudiendo llegar a ser incapacitante y ocasionando importantes consecuencias negativas a largo plazo. Asimismo, tiene uno de los índices de mortalidad más altos entre todas las enfermedades psiquiátricas y las tasas de remisión son bajas.
En respuesta a esta problemática, la profesora Janet Treasure y su equipo, del King’s College de Londres, desarrollaron ECHOMANTRA, una intervención en línea para los pacientes que sufren anorexia nerviosa y sus cuidadores, y que sirve como apoyo a los tratamientos habituales proporcionados en las unidades especializadas de trastornos alimentarios.
Ahora, un grupo de investigación de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, formado por Yolanda Quiles, Álvaro Ruiz, Eva León-Zarceño, Javier Manchón, María Carmen Neipp, Sofía Payá-López y Katina Kovacheva, junto a una compañera italiana, describieron el protocolo de estudio de un ensayo controlado aleatorizado dirigido a evaluar la eficacia de una adaptación del ECHOMANTRA para pacientes adultos hospitalizados y ambulatorios, y sus cuidadores, para ser implementado como un complemento al tratamiento habitual.
El tratamiento de los pacientes con ECHOMANTRA tiene como objetivo lograr la regulación emocional, las relaciones interpersonales y los patrones alimentarios. Consta de una parte dirigida a los cuidadores (ECHO) y otra parte dirigida a los pacientes (MANTRA).
MANTRA significa "Modelo Maudsley de tratamiento de la anorexia nerviosa para adultos", y consta de ocho sesiones individuales y semanales en línea con un psicólogo, y de 60 minutos de duración cada una. También se les da un cuaderno de trabajo que hace hincapié en estrategias específicas de cambio de comportamiento y actitud.
ECHO significa "cuidadores experimentados que ayudan a otros" y en este caso, la intervención consiste en ocho sesiones individuales, o grupales si son más de un cuidador, semanales en línea y de 60 minutos de duración cada una, dirigidas por un psicólogo asistente. Además, el cuidador debe completar los cuestionarios de evaluación. También se les proporcionan vídeos y lecturas recomendadas donde se ofrecen estrategias prácticas dirigidas a dotarles de habilidades y conocimientos para apoyar a sus seres queridos y mantener su propio bienestar.
El tratamiento habitual es llevado a cabo por dietistas, psicólogos, médicos y enfermeras, y consiste en una rehabilitación nutricional y educación sobre pautas de nutrición saludables, seguimiento de los riesgos físicos, así como terapia psicológica para modificar o mejorar los factores cognitivos, actitudinales, conductuales y afectivos que mantienen la enfermedad.
Una vez que los pacientes han alcanzado índices de masa corporal saludables y muestran signos de estabilización, se les da el alta, recibiendo a partir de entonces un seguimiento continuado.
Los investigadores indican que "la intervención ECHOMANTRA es prometedora para facilitar la recuperación de pacientes adultos con anorexia nerviosa, mejorando el funcionamiento psicosocial, el bienestar emocional y reduciendo las tasas de reingreso y recaída", y también destacan que el utilizar esta herramienta permitiría "un acceso más amplio a un gran número de pacientes con diferentes localizaciones geográficas".
Con este protocolo, los autores pretenden que "se logren mejoras significativas mayores en los pacientes que son tratados con ECHOMANTRA y el tratamiento habitual en conjunto, con respecto a los que solo reciben uno de los dos tratamientos únicamente. Asi mismo, también una mejora en el bienestar psicológico de los cuidadores".