El Comité de Bioética de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y la Sociedad Española de Pediatría Social (SEPS) han manifestado "la más profunda consternación y rechazo" ante las muertes de niños en la Franja de Gaza como consecuencia del hambre, la desnutrición severa y el colapso de los sistemas sanitarios y humanitarios.
"Como profesionales de la salud dedicados a la protección de la infancia, consideramos inadmisible que la comunidad internacional permanezca impasible ante un escenario donde el acceso a alimentos, agua potable, medicamentos y atención sanitaria está siendo impedido o restringido de forma deliberada. Esta situación representa una grave vulneración de los principios más elementales de la ética médica, del derecho internacional humanitario y del principio universal de humanidad que debe regir cualquier actuación vinculada al cuidado infantil", expresan en un comunicado firmado por José Antonio Salinas Sanz, coordinador del Comité de Bioética AEP, y Carme Vidal Palacios, presidenta de la SEPS.
Ambas instituciones subrayan que "no es un acto de activismo político, sino una expresión de coherencia ética y profesional, fundamentada en el compromiso con la salud y los derechos de los niños y adolescentes. La ética médica obliga a alzar la voz y denunciar cualquier atentado contra la dignidad humana, especialmente cuando este afecta a los más vulnerables".
"La muerte por inanición no puede considerarse una consecuencia inevitable de un conflicto armado, sino una forma de violencia estructural que vulnera los derechos fundamentales de la infancia. Así lo establece la Convención sobre los Derechos del Niño (1989), ratificada por la inmensa mayoría de los Estados del mundo. En su artículo 6 se reconoce el derecho a la vida, y en el artículo 24, el derecho de todo niño a disfrutar del más alto nivel posible de salud y a recibir servicios médicos adecuados", agregan.
Asimismo, explican que impedir la entrada de ayuda humanitaria o limitarla de forma sistemática "es una violación directa de estos derechos y una transgresión de normas internacionales esenciales que protegen a los menores en contextos de conflicto".
Por un lado, exigen el "cese inmediato de toda acción que impida el acceso a ayuda humanitaria" y reclaman medidas "eficaces y urgentes" para garantizar la supervivencia y el bienestar de la infancia en Gaza. "El sufrimiento infantil no puede normalizarse ni quedar relegado al silencio".
También recuerdan que los niños no son parte beligerante en los conflictos, pero sí se convierten en las principales víctimas cuando se colapsan los sistemas de protección y asistencia. Su vulnerabilidad biológica, social y emocional "exige una respuesta urgente, proporcional y sostenida de todos los actores implicados en la defensa de los derechos humanos".
En último lugar, hacen un llamamiento a las autoridades internacionales, organismos humanitarios, gobiernos y profesionales sanitarios para que actúen con firmeza, responsabilidad y humanidad. "No podemos permanecer en silencio ante la muerte evitable de niños por hambre. Los niños de Gaza tienen derecho a vivir, a crecer sanos y a ser protegidos. Esta responsabilidad es compartida por toda la comunidad internacional, incluidas las organizaciones científicas y médicas, que deben desempeñar un papel activo en la denuncia y en la promoción de soluciones humanitarias sostenibles", denuncian.
"La ética médica nos obliga a alzar la voz. La conciencia humana, a no mirar hacia otro lado", rematan.