La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha reevaluado los posibles riesgos para los consumidores derivados del fluoruro presente en el agua potable, los alimentos, la sal de mesa fluorada y los productos fluorados de cuidado dental ingeridos. El dictamen científico actualiza las ingestas seguras o tolerables para todos los grupos de edad basándose en los últimos estudios científicos.
El fluoruro es un elemento natural que puede inhibir las caries. La fluoración del agua potable pública se realiza en muy pocos Estados miembros de la UE, pero aproximadamente el 90 % de las pastas de dientes vendidas lo contienen. El uso correcto (es decir, solo superficial) de los productos fluorados para el cuidado oral no contribuye a la exposición, por lo que únicamente se evaluó su ingesta.
Según la presidenta del Comité Científico de la EFSA, “se estima que, en general, con las actuales concentraciones en el agua potable en Europa, la exposición total al fluoruro no supera los nuevos niveles superiores de ingesta segura y tolerable para casi todos los grupos de edad y, por lo tanto, no representa ningún problema para la salud”.
La única excepción que identifican se aplica a los niños de edades comprendidas entre los 4 y los 8 años. “Partiendo de las concentraciones típicas de fluoruro en el agua potable y una estimación muy conservadora de una ingesta del 100 % de productos de cuidado dental, puede producirse una fluorosis leve (decoloración de los dientes)”, menciona. “Esto afectaría sobre todo a los molares, que en esta edad se encuentran en fase de desarrollo”.
Sin embargo, aclara que “es poco probable que esto suceda si los niños escupen la pasta de dientes correctamente tras cepillarse”.
La Comisión Europea pidió a la EFSA que actualizase su anterior evaluación del riesgo del fluoruro para los consumidores, ya que varios estudios recientes apuntaban a una posible relación con los efectos nocivos en el desarrollo del sistema nervioso de los niños. Los expertos de la EFSA también analizaron los posibles efectos del fluoruro en la tiroides, los huesos y los dientes.
En palabras del vicepresidente del Comité Científico y presidente del grupo de trabajo sobre el fluoruro, “Tras examinar más de 20 000 documentos científicos publicados hasta 2024, revisamos exhaustivamente los estudios más pertinentes en seres humanos y animales para completar nuestra evaluación del riesgo”.
Los expertos establecieron un nivel de ingesta seguro de 3,3 mg/día para las mujeres embarazadas y todos los grupos de edad de más de 8 años.
De acuerdo con el nuevo trabajo, “esta cifra se deriva de los posibles efectos en el desarrollo del sistema nervioso central del feto. Se producen por encima de unos niveles en agua potable de 1,5 miligramos por litro (mg/L), límite legal en la Unión Europea”. Sin embargo, comentan que “las concentraciones encontradas en el agua potable de los países europeos suelen ser inferior a 0,3 mg/L”.
“En niveles de fluoruro inferiores a 1,5 mg/L, la prueba de posibles vínculos es imprevisible e insuficiente para extraer conclusiones claras. El nivel de ingesta seguro también protege de otros posibles efectos adversos en los huesos y la tiroides”, destacan.
En el caso de los niños de entre 0 y 8 años, los investigadores determinaron que el efecto más sensible era la fluorosis dental. El umbral para la fluorosis dental se sitúa en una concentración ligeramente inferior a la de otros efectos, incluidos los efectos potenciales en el sistema nervioso central, los huesos y la tiroides.
El dictamen establece niveles superiores de ingesta diaria tolerable para lactantes y niños de corta edad: 1 mg/día para lactantes de 0 a 12 meses, 1,6 mg/día para niños de 1 a 3 años, y 2 mg/día para niños de 4 a 8 años. Aunque estos valores se derivan del riesgo de fluorosis dental, aseguran que “protegen de todos los demás efectos adversos potenciales para estos grupos de edad”.
A pesar de esto, resaltan que “existen pruebas que no se pueden ignorar que relacionan el fluoruro con posibles efectos en el desarrollo del sistema nervioso del feto, aunque estas no bastan para establecer un umbral”. Es por ello que recomiendan realizar investigaciones para subsanar estas lagunas de datos en el futuro.
Basándose en la evaluación de la EFSA, puede que la Comisión Europea revise el límite legal actual del fluoruro en el agua potable, a fin de asegurarse de que proporciona una protección adecuada frente a posibles riesgos para la salud.