Una dieta rica en alimentos ultraprocesados se asocia con mayores cantidades de grasa almacenada dentro de los músculos del muslo, independientemente de la cantidad de calorías consumidas o el nivel de actividad física, según un estudio presentado en Norteamérica. Una mayor cantidad de grasa intramuscular en el muslo también podría aumentar el riesgo de osteoartritis de rodilla.
El uso de ingredientes naturales y mínimamente procesados en muchas dietas modernas ha disminuido y, con mayor frecuencia, se han reemplazado por ingredientes que han sido procesados industrialmente, saborizados artificialmente, coloreados o alterados químicamente.
Alimentos como cereales para el desayuno, margarinas y cremas para untar, snacks envasados, hot dogs, refrescos y bebidas energéticas, dulces y postres, pizzas congeladas, comidas listas para comer, panes y bollos envasados producidos en masa, incluyen ingredientes sintetizados y están altamente procesados.
Estos alimentos ultraprocesados suelen tener una vida útil más larga y son muy atractivos, ya que son convenientes y contienen una combinación de azúcar, grasa, sal y carbohidratos que afectan el sistema de recompensa del cerebro, lo que hace que sea difícil dejar de comer.
Para el estudio, los investigadores se propusieron evaluar la asociación de la ingesta de alimentos ultraprocesados y su relación con la grasa intramuscular en el muslo.
Según cuentan, “la novedad de este estudio es que investiga el impacto de la calidad de la dieta, específicamente el papel de los alimentos ultraprocesados en relación con la grasa intramuscular en los músculos del muslo evaluados mediante resonancia magnética. Este es el primer estudio de imágenes que analiza la relación entre la calidad del músculo esquelético basada en la resonancia magnética y la calidad de la dieta”.
En el informe, se analizaron datos de 666 personas que participaron en la Iniciativa de osteoartritis y que aún no padecían esta enfermedad, basándose en imágenes. La Iniciativa de osteoartritis es un estudio de investigación a nivel nacional, patrocinado por los Institutos Nacionales de Salud de EEUU, que ayuda a los investigadores a comprender mejor cómo prevenir y tratar la enfermedad.
“Las investigaciones de nuestro grupo y de otros ya han demostrado que el deterioro cuantitativo y funcional de los músculos del muslo está potencialmente asociado con la aparición y progresión de la osteoartritis de rodilla. En las imágenes de resonancia magnética, este deterioro puede verse como una degeneración grasa del músculo, donde vetas de grasa reemplazan las fibras musculares”, afirman.
Asimismo, de los 666 individuos (455 hombres y 211 mujeres), la edad media era de 60 años. En promedio, los participantes tenían sobrepeso, con un índice de masa corporal de 27. Aproximadamente el 40 % de los alimentos que consumieron durante el año anterior eran ultraprocesados.
Los científicos descubrieron que cuantos más alimentos ultraprocesados consumían las personas, más grasa intramuscular tenían en los músculos de los muslos, independientemente de la ingesta de energía (calorías).
“En una población adulta con riesgo de padecer artrosis de rodilla o cadera, pero sin esta enfermedad, el consumo de alimentos ultraprocesados está asociado con un aumento de la grasa en los músculos de los muslos. Estos hallazgos se mantuvieron independientemente del contenido energético de la dieta, el índice de masa corporal, los factores sociodemográficos o los niveles de actividad física”, explican.
La investigación recoge que el tratamiento inicial de la osteoartritis de rodilla ha estado basado en factores modificables del estilo de vida (principalmente la prevención de la obesidad mediante una dieta sana y equilibrada y ejercicio adecuado).
En este orden de cosas, subrayan que “la osteoartritis es un problema de salud global cada vez más frecuente y costoso. Es la principal causa de los costos de atención médica no relacionados con el cáncer en los EE. UU. y en todo el mundo. Dado que esta afección está muy relacionada con la obesidad y con estilos de vida poco saludables, existen posibles vías para modificar el estilo de vida y controlar la enfermedad”.
Al explorar cómo el consumo de alimentos ultraprocesados afecta la composición muscular, este estudio proporciona información valiosa sobre las influencias dietéticas en la salud muscular.
En definitiva, destacan que "comprender esta relación podría tener implicaciones clínicas importantes, ya que ofrece una nueva perspectiva sobre cómo la calidad de la dieta afecta la salud musculoesquelética".