Se ha demostrado que los ciclos de peso corporal (también conocidos como dieta yo-yo) aumentan significativamente el riesgo de enfermedad renal en personas con diabetes tipo 1, independientemente del índice de masa corporal (IMC) y otros factores de riesgo tradicionales, según un nuevo estudio publicado en el Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism de la Endocrine Society.
La dieta yo-yo se define como perder y ganar peso repetidamente varias veces a lo largo de los años, y se informa que su prevalencia es muy alta (35 % en los hombres y el 55 % en las mujeres).
Este patrón de dieta aumenta los riesgos de eventos cardiovasculares tanto en la población general como en personas con diabetes tipo 2, y más recientemente en personas con diabetes tipo 1.
Según los autores, este es el primer estudio que muestra una relación entre las dietas yo-yo y los problemas renales en personas con diabetes tipo 1. Durante mucho tiempo se consideró que la diabetes tipo 1 era una enfermedad de personas delgadas, pero, al igual que ocurre con la población general, la prevalencia de la obesidad también está aumentando entre las personas con diabetes tipo 1, señalan los autores.
“Hemos demostrado que una elevada variabilidad del peso corporal se asocia a un mayor riesgo de diferentes resultados de progresión de la enfermedad renal diabética (ERD) en personas con diabetes tipo 1, independientemente de los factores de riesgo tradicionales de la ERD”, afirma la autora principal, la Dra. Marion Camoin, del Centro Hospitalario Universitario de Burdeos (Francia). “Hasta donde sabemos, este es el primer estudio que muestra esta asociación”.
Investigadores de Francia examinaron seis años de índices de peso corporal de los 1.432 participantes en el Estudio de Control y Complicaciones de la Diabetes (DCCT)/Epidemiología de las Intervenciones y Complicaciones de la Diabetes (EDIC).
El índice principal para identificar patrones de dieta yo-yo en el estudio se conoció como “variabilidad independiente de la media” (VIM), que mide fluctuaciones por encima y por debajo del peso corporal promedio de una persona.
Utilizando los datos de fluctuación de peso, los investigadores examinaron seis criterios para el deterioro de la función renal y la progresión hacia la enfermedad renal crónica. El criterio principal fue el “destino estimado de filtración glomerular” (eGFR), que mide qué tan bien los riñones filtran las toxinas de la sangre.
Según el estudio, los participantes con mayores fluctuaciones de peso experimentaron una disminución del 40% en la TFGe con respecto a los valores iniciales. Aquellos con mayores fluctuaciones de peso también tenían más probabilidades de presentar un aumento moderado o grave de la albuminuria, una afección en la que la proteína albúmina está presente de forma anormal en la orina. En la orina de los pacientes con enfermedad renal se observan cantidades mayores.
Resultados similares de enfermedad renal fueron confirmados por los otros índices examinados.
Los autores reconocen que los mecanismos fisiopatológicos que vinculan los cambios cíclicos de peso corporal con el riesgo renal aún no se comprenden por completo, pero sí ofrecen algunas hipótesis, incluida la de que el tratamiento con insulina, que es necesario para tratar la diabetes tipo 1, puede contribuir a los cambios cíclicos de peso corporal. Otros investigadores han teorizado que los cambios cíclicos de peso corporal pueden provocar una tensión adicional en el corazón y contribuir al daño renal y vascular.
Asimismo, los investigadores ofrecen una sugerencia para reducir los riesgos de las dietas yo-yo y, con ellas, la aparición de enfermedades renales:
“Las estrategias dirigidas a la reducción de peso en personas con diabetes tipo 1 deben centrarse en promover el mantenimiento del peso a largo plazo, ya que la estabilidad del peso puede tener un impacto positivo en los resultados de salud”.