El consumo excesivo de sal es el principal factor de riesgo alimentario de enfermedades cardiovasculares en la mayoría de los países. Si bien se ha demostrado la rentabilidad de las intervenciones destinadas a reducir su consumo, la recomendación de la OMS de una reducción del consumo de sal en un 30 % a nivel mundial para 2025 está lejos de alcanzarse.
En este sentido, la Sociedad Italiana de Nutrición Humana ha publicado un documento de posición titulado Es hora de definir los objetivos de sal alimentaria en Italia, comenzando con los productos a base de cereales: Una forma segura y práctica de reducir la importante carga de enfermedades cardiovasculares, basado en el análisis de datos provenientes de dos encuestas realizadas a la población adulta general italiana.
El documento destaca que la ingesta media de sal de la población adulta sigue siendo casi el doble de la recomendación de la OMS, aunque se ha reducido en 1,2 g/día entre los años 2008-12 y 2018-19. Asimismo, los productos a base de cereales son la principal fuente de ingesta de sal no discrecional en Italia.
Por otra parte, el estudio señala que el contenido de sodio de los productos a base de cereales supera en casi todos los casos los valores de referencia propuestos por la OMS, lo que subraya la urgencia de reformular los alimentos definiendo límites de este elemento.
Estudios previos han demostrado que la sal no discrecional añadida por la industria o productores artesanales locales representa al menos el 50 % de la ingesta total y han indicado los productos de cereales como la principal fuente de sal no discrecional. Además, dos estudios recientes realizados por el Grupo de Trabajo Joven de la Sociedad Italiana de Nutrición Humana han proporcionado información actualizada sobre el contenido de sal de casi tres mil productos a base de cereales disponibles actualmente en el mercado alimentario italiano y han demostrado que la mayoría de los productos evaluados presentaban un contenido de sodio muy superior a los valores de referencia propuestos recientemente por la OMS.
Así, el Grupo de Trabajo concluyó que, si bien Italia ha establecido con el tiempo un marco potencialmente eficaz para una estrategia de reducción de sal basada en la población, un compromiso integral con la reformulación de los alimentos es esencial para lograr avances significativos. Así, destacan que es necesario definir valores de referencia de sal para las categorías de alimentos más relevantes en la ingesta de sal en la población y, agregan, su implementación idealmente debería ser obligatoria, previa consulta con los fabricantes de alimentos.