“La nutrición, lamentablemente, está muy rodeada de mitos y afirmaciones sin evidencia científica”

Gregorio Varela Moreiras, catedrático de Nutrición y Bromatología y director del Instituto Universitario CEU Alimentación y Sociedad, ha comparecido ante la Comisión de Sanidad para informar sobre la nueva base de datos de Composición de Alimentos y Bebidas en España, denominada Tabula.

Tabula, desarrollada por investigadores de dicha institución, permite tener información actualizada a partir del etiquetado nutricional de los alimentos y bebidas comercializados en España tras la reformulación alimentaria llevada a cabo en los últimos años. En septiembre del año pasado, los responsables de esta iniciativa publicaron la segunda actualización de Tabula, permitiendo consultar la composición nutricional declarada en el etiquetado de unos 8.000 alimentos y bebidas.

“La nutrición, lamentablemente, está muy rodeada de mitos y afirmaciones sin evidencia científica”, ha lamentado Varela al inicio de la sesión en la Comisión. Por otra parte, “aunque pueda parecer un poco raro o paradójico, no conocemos aún bien el conjunto de alimentos que constituyen nuestra dieta”, por lo que “interesa investigar y ampliar el conocimiento de los alimentos, y de la forma de prepararlos, para tener información lo más fiable posible”, ha advertido. 

El catedrático ha explicado además que, según datos del Gobierno, más del 60 % de la alimentación es procesada, es decir, sometida a manipulaciones. En este sentido, el experto ha recordado que este factor nos da la oportunidad de modificar los alimentos, como es el caso de “la reformulación alimentaria”, una oportunidad muy útil de disminuir los tres nutrientes críticos: grasas saturadas, azúcares añadidos y sal. 

Asimismo, ha recalcado que, como “actualmente no hay una base de datos que refleje ese nuevo mercado alimentario español”, el objetivo de Tabula ha sido “elaborar una base de datos actualizada (post-reformulación) de la composición de alimentos y bebidas procesados disponibles en el mercado alimentario español”.

Base de datos Tabula

Tabula cuenta con la presencia de unos 8.000 productos, aunque Varela señala que esperan obtener 10.000 para este verano. Varela ha agregado que una “novedad importante” es que actualmente “se ha incluido la declaración nutricional referente al contenido de nutrientes críticos”. En este sentido, ha aprovechado para hacer un llamamiento a la necesidad de encaminarnos a “una declaración de los azúcares añadidos en los productos alimenticios presentes en el mercado español, porque ahora mismo no es obligatorio, solo hay que declarar los azúcares totales”. 

Reformulación de los alimentos

“Los resultados ponen de relieve, potencialmente, el impacto positivo de la última reformulación”, ha concluido el director del Instituto Universitario CEU Alimentación y Sociedad. No obstante, “es necesario realizar estudios de evaluación de la ingesta dietética representativos que permitan confirmar ese impacto y qué políticas habría que adoptar a futuro”. 

Por ejemplo, el experto ha recogido los datos de los estudios Refores y Anibes, en los que se muestra que ha habido un impacto positivo en la última década en cuanto al sodio, aunque aún está lejos de llegar a los límites de las recomendaciones de la FAO.

Tras las intervenciones de los senadores de distintos partidos, Varela ha aprovechado para hablar sobre la sostenibilidad: “Tenemos la complicación de que no tenemos un indicador único”, pero “estamos haciendo otro estudio en el que se incluye el impacto medioambiental de unos 120 alimentos”. En este sentido, ha recalcado además la “necesidad de tener una base de datos de impacto medioambiental”, similar a la que ya hay en Francia. 

Asimismo, ha enfatizado en la importancia de estudiar el tema de los edulcorantes: “El tema de los aditivos sí lo hemos estudiado y estamos trabajando, por ejemplo, en el tema de los edulcorantes”, ha comentado.

Finalmente, ha recordado que este proyecto surgió, primeramente, “por necesidad propia” y, en segundo lugar, “porque nos preocupaba la población vulnerable infanto juvenil, ya que “en una serie de estudios, que estamos desarrollando con la Fundación Mapfre, nos encontramos que, en buena parte de esa población, prácticamente se ha dejado de cocinar en las casas”. Y esto, finalmente, se debe a temas económicos, ya sea por los precios de los alimentos o el gas o, simplemente, por el precio reducido de algunos alimentos preparados, ha recordado.