Hallazgos publicados en el Journal of Food Protection revelan cómo las instrucciones actuales para reconstituir la fórmula infantil en polvo son ambiguas y pueden no brindar protección contra Cronobacter spp.
Las infecciones por Cronobacter son motivo de preocupación para los bebés de alto riesgo, definidos como bebés menores de 2 meses, prematuros y personas inmunodeprimidas. Cuando las bacterias contaminan las fórmulas en polvo, pueden causar septicemia, meningitis y la muerte.
Estudios previos han demostrado que el agua calentada a 70 grados Celsius puede eliminar la bacteria Cronobacter. Sin embargo, al mismo tiempo, si el agua está demasiado caliente, degrada los nutrientes de la fórmula.
El problema surge cuando las instrucciones de preparación en las etiquetas de los envases no recomiendan a los padres medir la temperatura. Estas instrucciones de preparación ambiguas pueden resultar en una amplia gama de temperaturas reales utilizadas para reconstituir el polvo.
“Evaluamos qué instrucciones ayudarían a garantizar que los cuidadores, tras una serie de pasos de preparación, utilizaran agua a una temperatura mínima de 70 °C”, mencionan los autores. Los resultados sugirieron que usar un termómetro para determinar cuándo la temperatura del agua caliente del biberón alcanza los 74 °C antes de añadir la fórmula infantil en polvo y esperar un minuto antes de enfriar la fórmula (por ejemplo, colocando el biberón bajo el chorro de agua) contribuía a la inactivación de Cronobacter.
“Es importante proteger a los bebés más vulnerables, y este es un caso en el que los cuidadores tienen la capacidad de garantizar la seguridad de la fórmula. Esto es un problema ya que las etiquetas actuales ofrecen directrices ambiguas”, sugieren.
De acuerdo con el nuevo estudio, las instrucciones no especifican cuándo comprobar la temperatura del agua, si es que lo hacen. Por ejemplo, no está claro si se debe comprobar la temperatura antes o después de añadir agua a una botella.
"Algunas instrucciones solo indican hervir y esperar cinco minutos, lo cual no es una temperatura en absoluto. Todas estas prácticas diferentes modifican el historial térmico del agua", afirman los expertos.
"Les pedimos a las personas que realicen este trabajo adicional, pero los protocolos de preparación proporcionados pueden resultar en prácticas insuficientes para inactivar Cronobacter, a pesar de todo el esfuerzo adicional. Esa es la circunstancia que intentamos prevenir", resaltan.
Las investigaciones revelan que el riesgo de infecciones por Cronobacter disminuye después de que el bebé alcanza las 8 semanas de edad. Por lo tanto, el período en el que los cuidadores deben completar estos pasos adicionales es relativamente corto en la vida del bebé.