La caries dental es una enfermedad común no transmisible que afecta a una parte significativa de la población mundial y se caracteriza por una etiología compleja. En esta, intervienen una mezcla de componentes causales genéticos, dietéticos, sociales, de estilo de vida y relacionados con el comportamiento, lo que lleva a un sobrecrecimiento disbiótico y a una abundancia de bacterias acidogénicas y acidúricas en la biopelícula dental.
En particular, las comunidades microbianas entre reinos en el entorno oral (con una asociación entre bacterias y hongos) se asocian con un mayor riesgo de desarrollo de caries. En consecuencia, los niños con presencia de Candida spp. tienen una mayor prevalencia de caries dental en comparación con los niños sin estos microorganismos.
Candida albicans es un patógeno oral oportunista altamente acidogénico que se identifica comúnmente en niños en edad preescolar. La levadura no coloniza los dientes, sino que se adhiere a la mucosa oral e interactúa con Streptococcus spp., lo que resulta en una mayor acumulación de Streptococcus mutans y una producción elevada de matriz extracelular en la biopelícula dental. Estas propiedades sugieren que la prevención de la colonización por Candida puede contribuir a detener el desarrollo de caries en niños pequeños.
Los fármacos antimicóticos orales convencionales comunes (nistatina, miconazol y fluconazol) son ciertamente efectivos, pero pueden estar asociados con efectos secundarios, como molestias, llagas, cambios en el gusto, náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal. También pueden ocurrir interacciones medicamentosas. Por lo tanto, las estrategias de modulación de biopelículas más seguras y sostenibles han ganado interés en las últimas dos décadas, en particular el uso de prebióticos y probióticos.
El efecto de los suplementos prebióticos y probióticos sobre la cándida oral in vivo se ha abordado en revisiones sistemáticas en los últimos años. Sin embargo, los estudios que informaron resultados positivos se realizaron en personas mayores categorizadas como frágiles o usuarios de dentaduras postizas, mientras que faltaba información sobre los efectos antimicóticos en niños pequeños.
Esto amerita una actualización de la literatura, por lo que el objetivo de un reciente estudio fue revisar los hallazgos clínicos actuales con respecto a los efectos antimicóticos de los suplementos pre y probióticos, incluidos los simbióticos y posbióticos, en niños.
Luego del análisis de la bibliografía existente, los autores comentan que investigaciones previas in vitro han demostrado que las bacterias probióticas tienen un efecto antibiopelícula contra C. Albicans y ex vivo en aislados clínicos muestreados de niños con caries activa.
Los mecanismos de acción identificados serian múltiples. Por un lado, las especies probióticas de Lactobacillus producen ácidos o exometabolitos que inhiben el crecimiento de C. albicans; regulan negativamente genes críticos para la formación de biopelículas y reducen la expresión de genes relacionados con las hifas. Además, la arginina prebiótica puede contrarrestar la acidificación de la biopelícula y, por lo tanto, suprimir el crecimiento de patógenos oportunistas, como Candida spp..
Cabe destacar que la mayoría de los informes previos incluidos en el actual trabajo han utilizado lactobacilos probióticos para evaluar los efectos antifúngicos in vitro e in vivo. Por lo tanto, los expertos comentan que “no fue sorprendente encontrar resultados beneficiosos en los dos ensayos clínicos que investigaron el impacto de L. rhamnosus y L. Plantarum".
La diferencia entre los resultados de los estudios seleccionados “podría explicarse dado que la eficacia de los probióticos es específica del género, la cepa y la enfermedad” más que por cuestiones metodológicas. “Esto no significa necesariamente que los estreptococos probióticos carezcan de efecto sobre el crecimiento de Candida en la biopelícula dental, pero eso queda por investigar más a fondo”, sugieren.
Debido al número limitado de artículos elegibles, no fue posible realizar más análisis ni extraer conclusiones sobre las dosis óptimas, el modo de administración y la duración de las intervenciones, y estos problemas siguen siendo lagunas de conocimiento. En este sentido, destacan como un hallazgo importante que “ninguno de los ensayos informó eventos adversos de naturaleza grave en relación con las intervenciones. Los productos investigados contenían especies o cepas bacterianas que fueron etiquetadas como Generalmente Reconocidas como Seguras".
De acuerdo con lo recogido por los investigadores, estudios clínicos han presentado evidencia emergente de baja certeza de que las pastillas/tabletas que contienen simbióticos o postbióticos podrían reducir la incidencia de caries en niños en edad preescolar y escolar en comparación con placebo y la atención preventiva estándar. Sin embargo, advierten que no encontraron artículos clínicos sobre los efectos antimicóticos de los prebióticos, simbióticos y postbióticos en la cavidad oral.
De esta manera, el nuevo estudio no encontró suficiente evidencia sobre el efecto de las bacterias probióticas en la colonización oral por cándida en niños. No se identificaron estudios clínicos que utilizaran suplementos prebióticos, simbióticos o posbióticos.
Es por esto por lo que los expertos concluyen que “debido a esta falta de conocimiento, recomendamos realizar futuros ensayos clínicos para explorar la eficacia de diversos "bióticos" en la biopelícula interreino y su capacidad para mantener la simbiosis de la biopelícula dental en niños”.