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El horario de las comidas podría ser un factor clave para mejorar la salud cardiometabólica

El horario de las comidas podría ser un factor clave para mejorar la salud cardiometabólica

Los hallazgos respaldan la utilidad de las estrategias dietéticas alineadas con el cronotipo y dirigidas al tiempo para mejorar la salud cardiometabólica
Desayuno mujer
Una mayor ingesta de energía en el desayuno se relacionó con una menor presión arterial.

Existe evidencia convincente que vincula la salud metabólica con varios comportamientos alimentarios, como saltarse el desayuno, consumir energía por la noche y patrones de alimentación temporales, por ejemplo, número de ocasiones de comer (OE, por sus siglas en inglés) y la duración de la ventana de alimentación.  

 

Los ritmos circadianos, o relojes biológicos, controlan mecánicamente los procesos fisiológicos, como la absorción de alimentos y el metabolismo de los nutrientes, y, a medida que avanza el día, el ritmo diurno de la homeostasis de la glucosa reduce la secreción y sensibilidad a la insulina, lo que en consecuencia disminuye la tolerancia a la glucosa por la noche.  

 

En consecuencia, una desalineación entre la ingesta de alimentos y el sistema de tiempo circadiano del cuerpo puede afectar negativamente a la salud metabólica. La creciente tendencia mundial de consumir comidas más tarde en el día representa, por lo tanto, no solo un problema de salud pública, sino también un posible contribuyente a la creciente prevalencia de trastornos metabólicos en todo el mundo.  

 

Los hábitos alimenticios de un individuo están influenciados por su cronotipo; de hecho, la tendencia innata de una persona a estar más atenta y productiva en momentos particulares del día, como la mañana versus la tarde, se conoce como su cronotipo.  

 

Además, las personas que normalmente consumen sus comidas principales en la noche, a menudo conocidas como aquellas con un cronotipo vespertino (tipo E) o un fenotipo circadiano orientado tardíamente, pueden ser adicionalmente vulnerables a la obesidad y los trastornos metabólicos. Estas tienen una alteración importante en sus ritmos circadianos debido a los horarios socialmente impuestos, como las horas de inicio temprano para el trabajo o la escuela.  

 

Como resultado, desayunar temprano debido a las obligaciones sociales podría empeorar esta desalineación circadiano. Por el contrario, comer tarde por la noche puede tener efectos metabólicos negativos en las personas con tipo M, como un mayor riesgo de obesidad.  

 

Estudios previos sobre las asociaciones entre el cronotipo, la ingesta dietética y la salud metabólica han arrojado resultados contradictorios en diferentes países. Si bien algunos estudios han explorado este vinculo , ninguna lo ha examinado específicamente en mujeres.  

 

De esta manera, un reciente estudio se propuso comprender cómo el momento y la distribución de la ingesta energética diaria se relacionan con la salud cardiometabólica en diferentes cronotipos. Para ello, reclutaron a 574 mujeres y evaluaron la ingesta dietética mediante tres recordatorios de 24 horas.  

 

El cronotipo se determino mediante el Cuestionario de Matutinidad-Vespertinencia y se midieron marcadores cardiometabólicos, como la presión arterial (PA), la glucosa, los lípidos, la insulina y la proteína C reactiva de alta sensibilidad (PCR-us). 

 

El momento de las comidas, un factor clave a tener en cuenta para la salud metabólica  

 

El análisis de los resultados mostró que las mujeres con un cronotipo de tipo E, en comparación con los cronotipos de tipo M, tenían una ingesta de energía significativamente mayor en la tarde y la cena.  

 

Una mayor ingesta de energía en el desayuno se relacionó con una menor presión arterial sistólica (PAS) y diastólica (PAD) de manera lineal entre las personas de tipo E. Por su parte, la ingesta de energía en la tarde se asoció linealmente con un IMC y niveles de PCR-as más bajos, y mostró una asociación no lineal con ambos entre las mujeres de tipo E.  

 

La ingesta de energía en la cena se relacionó con un mayor IMC entre las mujeres de tipo intermedio y tipo E en comparación con las de tipo M. Además, una ventana de alimentación más larga se vinculo linealmente con una glucemia elevada en sangre en las personas de tipo E.  “Una mayor ingesta energética por la tarde se asoció con una disminución lineal del IMC y de los niveles de PCR-us, particularmente en las personas de tipo E”, explican los autores.  

 

Una ingesta energética vespertina se relacionó con una reducción del IMC y de los niveles de PCR-us, lo que sugiere “beneficios metabólicos”. Por el contrario, tanto la ingesta insuficiente como la excesiva se asociaron con resultados desfavorables.  

 

El nuevo trabajo identifica varios mecanismos fisiológicos que pueden precipitar la asociación entre un cronotipo tardío y resultados metabólicos adversos. En este sentido, comentan que “los individuos de tipo vespertino tienden a mostrar un mayor apetito y una mayor preferencia por alimentos ricos en energía y grasas durante la noche, lo que puede contribuir al aumento de peso”. Además, “la termogénesis inducida por la dieta y el gasto de energía disminuyen por la noche, lo que lleva a una menor utilización de energía”.  

 

De acuerdo con los investigadores, “el horario de las comidas juega un papel crucial en la alineación de los ritmos circadianos periféricos, como la expresión génica en el tejido adiposo, incluso sin alterar los marcadores del reloj central como la melatonina o el cortisol”.  

 

De esta manera,  subrayan que “ajustar la ingesta energética a la hora de despertarse, en lugar de retrasar las comidas, podría beneficiar a los cronotipos vespertinos propensos a desajustes circadianos. Una ingesta moderada en el desayuno y la tarde, con una menor ingesta en la cena, se relacionó con una mejor salud cardiometabólica”.  

 

En resumen, los hallazgos respaldan la utilidad de las estrategias dietéticas alineadas con el cronotipo y dirigidas al tiempo para mejorar la salud cardiometabólica, especialmente entre poblaciones vulnerables a la desalineación circadiana, como los trabajadores por turnos.

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