Los productos químicos utilizados para reemplazar el bisfenol A (BPA) en los envases de alimentos pueden provocar efectos potencialmente dañinos en las células ováricas humanas, según un estudio realizado en Canadá. Los investigadores examinaron varias sustancias químicas comúnmente utilizadas en las etiquetas de precios de carnes, pescados, quesos y productos envasados y encontró señales tempranas de posible toxicidad.
Los hallazgos , publicados en la revista Toxicological Sciences, plantean inquietudes sobre la seguridad de los envases sin BPA y si las regulaciones actuales son lo suficientemente fuertes como para proteger a los consumidores.
La investigación comenzó con el descubrimiento en 2023 de Stéphane Bayen, profesor asociado del Departamento de Ciencia de los Alimentos y Química Agrícola de McGill, de que sustancias químicas presentes en la impresión de etiquetas, como el bisfenol S (BPS), un sustituto del BPA, se filtraban a través del envoltorio de plástico hacia los alimentos. Bayen colaboró con colegas en toxicología reproductiva para investigar el efecto que estas sustancias podrían tener en el organismo.
Células ováricas humanas cultivadas en laboratorio se expusieron a cuatro sustitutos de BPA de uso común: TGSA, D-8, PF-201 y BPS. Varias de las sustancias químicas, en particular TGSA y D-8, provocaron la acumulación de gotitas de grasa en las células y alteraron la actividad de los genes que contribuyen al crecimiento celular y la reparación de su ADN.
“Estas son funciones celulares importantes”, afirmó Bernard Robaire , coautor principal del estudio y profesor James McGill de los Departamentos de Farmacología y Terapéutica y Obstetricia y Ginecología de McGill. “Su alteración no demuestra que sean perjudiciales para los humanos, pero nos da una clara señal de que estas sustancias químicas deben investigarse más a fondo”.
El BPA es una sustancia química que puede interferir con las hormonas del cuerpo y se ha relacionado con problemas de fertilidad, desarrollo temprano y metabolismo. Debido a estos riesgos, se ha prohibido en los biberones y se ha restringido su uso en algunos productos en Canadá.
"Muchos de los productos químicos utilizados para reemplazar el BPA no están regulados ni se prueban de forma rutinaria", explicaron los investigadores.
“'Sin BPA' es una etiqueta increíblemente engañosa”, señaló Robaire. “Suele significar que se ha sustituido un bisfenol por otro, y hay más de 200. Algunos pueden ser igual de dañinos, o incluso peores. Necesitamos analizar estos compuestos antes de que se adopten de forma generalizada, no después”.
"Para los consumidores que prefieren ser precavidos, aconsejo retirar las etiquetas y el envoltorio de plástico de los alimentos frescos antes de guardarlos. También recomiendo elegir los productos de la parte superior de las pilas de la tienda en lugar de la inferior, donde la presión del apilamiento puede hacer que los productos químicos penetren más profundamente en el envase y los alimentos", remató Robaire.