El estrés oxidativo es un desequilibrio entre las especies reactivas del oxígeno y la actividad antioxidante, y está asociado a varios trastornos de la salud humana, incluidos los trastornos reproductivos femeninos. En los ovarios, el estrés oxidativo daña directamente el entorno intraovárico, la ovulación, la meiosis, la luteólisis y la foliculogénesis, incluida la apoptosis de las células de la granulosa y la atresia folicular, lo que culmina en el proceso de envejecimiento ovárico.
Este envejecimiento se caracteriza por una disminución de la reserva ovárica con una pérdida tanto de la calidad y como de la cantidad de ovocitos, lo que constituye una causa importante de infertilidad y un menor éxito en los resultados de la tecnología de reproducción asistida. Por lo tanto, aliviar el estrés oxidativo en los ovarios es un punto de entrada importante para retrasar el envejecimiento ovárico.
Dentro de los antioxidantes se encuentran las vitaminas A, C y E, y los carotenoides que participan en la eliminación de radicales libres para reducir el daño en el ADN, la protección frente a la peroxidación lipídica y la defensa de las membranas celulares frente a lesiones.
Con el objetivo de estudiar la asociación entre la ingesta de antioxidantes y el recuento de folículos antrales, un marcador de la reserva ovárica en mujeres que acuden a una clínica de fertilidad, han llevado a cabo un trabajo que ha contado con la participación de las españolas Ana Belén Maldonado Cárceles del Departamento de Nutrición de la Universidad Harvard T.H, y Lidia Mínguez Alarcón del Departamento de Salud Ambiental de la Universidad Harvard T.H.
Los investigadores realizaron un estudio observacional con 567 mujeres sometidas a una evaluación de infertilidad en el Centro de Fertilidad del Hospital General de Massachusetts, que se inscribieron en el estudio Medio Ambiente y Salud Reproductiva. Las participantes rellenaron los cuestionarios de estilo de vida y salud y un cuestionario validado de frecuencia de alimentos para evaluar la ingesta dietética habitual y la ingesta vitamina A, C y E y carotenoides; y, por otro lado, se realizaron una ecografía transvaginal para medir el recuento de folículos antrales.
Los resultados mostraron que la ingesta total de vitaminas A, C y E y de retinol, así como de carotenoides totales e individuales, no estaba relacionada con el recuento de folículos antrales. Sin embargo, los autores señalan que "se observó una asociación con un recuento folicular más elevado entre las mujeres con un consumo aproximado de 6000 mcg/día de ingesta de licopeno y 100 mg/día de vitamina C procedente de alimentos".
Así mismo, "la ingesta de licopeno siguió siendo estadísticamente significativa sobre el recuento ovárico". Por otro lado, se observó que la ingesta de retinol estaba relacionada con un menor recuento de folículos antrales entre las mujeres menores de 35 años.
Estos hallazgos sugieren que "la ingesta de licopeno podría influir en la reserva ovárica en pacientes fértiles".