Las alergias alimentarias afectan a más de 220 millones de personas en todo el mundo, lo que subraya la necesidad de estrategias de gestión eficientes y seguras. Tradicionalmente, el etiquetado de alérgenos ha seguido un enfoque preventivo basado en el riesgo, donde incluso la más mínima posibilidad de contaminación resulta en advertencias como "Puede contener frutos secos" o "Fabricado en una instalación que también procesa frutos secos".
Si bien el objetivo del etiquetado de alérgenos es proteger a los consumidores, este método a menudo genera barreras comerciales innecesarias y restringe la elección del consumidor. Para abordar estos desafíos, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han llevado a cabo cinco consultas conjuntas de expertos para desarrollar un enfoque más preciso y basado en el riesgo.
En lugar de etiquetar los alimentos basándose en la mera posibilidad, este método considera el riesgo real, como la probabilidad y la gravedad de que ocurra una reacción alérgica. Este cambio busca proporcionar información más clara y con respaldo científico a los reguladores, operadores de empresas alimentarias y consumidores, a la vez que promueve prácticas comerciales más justas.
El nuevo enfoque se detalla en cinco informes de consulta de expertos, complementados con folletos prácticos para facilitar su implementación. Estos recursos están disponibles en seis idiomas: árabe, chino, español, francés, inglés y ruso.
Puedes encontrar todos los informes y folletos en este enlace.