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Combinar vitamina C y tiamina podría mejorar los resultados postoperatorios en cirugía cardíacas

Combinar vitamina C y tiamina podría mejorar los resultados postoperatorios en cirugía cardíacas

Un reciente ensayo clínico evaluó los efectos de la suplementación combinada de vitamina C y tiamina en el postoperatorio de cirugías cardiacas, demostrando su potencial uso a futuro
Terapia combinada para cirugia cardiaca
La depleción de tiamina es común en pacientes críticos y la suplementación podría mejorar los resultados en la cirugía cardíaca

La cirugía cardíaca es vital para tratar diversas enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, a menudo se asocia con complicaciones significativas, incluido el síndrome de bajo gasto cardíaco (LCOS), infecciones, arritmias y disfunción renal. Estas complicaciones graves se asocian con altos costos de atención médica y una mayor duración de la hospitalización. 

 

La derivación cardiopulmonar (CPB, por sus siglas en inglés) es una tecnología crucial que permite la sustitución temporal de las funciones cardíaca y pulmonar durante procedimientos quirúrgicos complejos. La CPB puede causar diversos cambios bioquímicos en la microcirculación que pueden provocar una respuesta inflamatoria sistémica.

 

La incisión quirúrgica, la lesión por reperfusión posterior a la CPB y el contacto de la sangre con membranas no endoteliales pueden activar las vías de señalización inflamatoria, produciendo y activando células inflamatorias con producción de citocinas y estrés oxidativo. Esta tormenta inflamatoria puede causar daño a órganos vitales, especialmente el corazón, lo que conlleva complicaciones en el período posoperatorio. Atenuar el estrés oxidativo y la respuesta inflamatoria resultante puede, por lo tanto, representar una estrategia de protección prometedora, especialmente en cirugías cardíacas de alto riesgo

 

Beneficios de la vitamina C

 

Se ha demostrado que la vitamina C ejerce efectos protectores al reducir la producción de especies reactivas de oxígeno (ROS), mejorar la biodisponibilidad del óxido nítrico y modular la liberación de citocinas proinflamatorias. Al eliminar los radicales libres, la vitamina C ayuda a limitar el daño oxidativo a los cardiomiocitos, previniendo así la apoptosis y la disfunción endotelial. Además, limita la peroxidación lipídica en la membrana celular y protege contra el daño miocárdico causado por la lesión por isquemia-reperfusión después de la cirugía. 

 

Es importante destacar que la vitamina C plasmática disminuye aproximadamente un 70 % dentro de las 24 h posteriores a la CPB y puede permanecer baja hasta por 2 semanas. Por lo tanto, la reducción grave de vitamina C conduce a la destrucción de las defensas del cuerpo contra las especies de oxígeno activado producidas durante la cirugía cardíaca. 

 

De manera similar, la tiamina (vitamina B1), como eliminador de ROS, elimina radicales hidroxilo y mejora la actividad fagocítica de los macrófagos, inhibe la activación de NF-κB y protege los grupos sulfhidrilo de la superficie de los neutrófilos del daño oxidativo. Además, regula la producción de citocinas proinflamatorias en los macrófagos e interactúa con la proteína supresora p53, que controla la proliferación celular, la apoptosis y la muerte, lo que indica posibles efectos citoprotectores

 

Más allá de su función antioxidante, la vitamina B1 desempeña un papel crucial en la mejora de la perfusión tisular y la estabilización de los niveles de lactato, un marcador clave de la lesión por isquemia-reperfusión. 

 

En un estado de deficiencia de tiamina, la actividad enzimática alterada interrumpe el ciclo de Krebs, lo que conduce a una disminución de la síntesis de ATP, daño oxidativo y muerte celular. Se ha reportado una disminución en los niveles de tiamina después de una cirugía cardíaca, lo que puede contribuir a la disfunción cardíaca, el aumento del estrés oxidativo y el daño endotelial. Además, los niveles más bajos de tiamina se han asociado con un aumento de la mortalidad en pacientes críticos

 

Aunque estudios previos han indicado beneficios individuales de las vitaminas C y B1 para mitigar el estrés oxidativo y la lesión miocárdica, los estudios existentes están limitados por la heterogeneidad y se centran principalmente en la cirugía de injerto de derivación coronaria (CABG). 

 

La evidencia emergente sugiere que la vitamina B1 y la vitamina C pueden tener efectos sinérgicos en pacientes críticos. Por tanto, para abordar esta brecha, un nuevo estudio tuvo como objetivo evaluar el efecto combinado de las vitaminas C y B1, en comparación con el de la vitamina C sola, en los resultados posoperatorios en pacientes sometidos a cirugía cardíaca. 

 

El efecto de la terapia combinada podría mostrar resultados prometedores 

 

Para ello realizaron un ensayo clínico aleatorizado donde 64 participantes se dividieron en dos grupos. El grupo de intervención (grupo BC) recibió 1000 mg de vitamina C y 100 mg de tiamina disueltos en 50 ml de solución salina normal, administrados por vía intravenosa durante 30 minutos. Por su parte, el grupo de control (grupo C) recibió 1000 mg de vitamina C disueltos en 50 ml de solución salina normal con un volumen de líquido equivalente administrado por vía intravenosa durante 30 minutos.

 

Los medicamentos se administraron en cuatro momentos: después de la inducción de la anestesia, después de la separación de la CPB, 12 horas después de la operación y 24 horas después de la operación.

 

El resultado del análisis sugiere que el grupo BC mostró niveles significativamente más bajos de la enzima creatina quinasa-MB (CK-MB) tanto inmediatamente como a las 24 horas postoperatorias. Los niveles de troponina se redujeron significativamente en el grupo BC inmediatamente y a las 24 horas después de la cirugía. Finalmente, la enzima lactato deshidrogenasa (LDH) mostró niveles significativamente más bajos tanto inmediatamente como 24 horas después de la cirugía en el grupo BC.

 

“Como lo evidenciaron los niveles más bajos de CK-MB, troponina I, LDH e IL-6 en pacientes sometidos a cirugía cardíaca, la adición de vitamina B1 a la vitamina C atenuó significativamente la lesión miocárdica y las respuestas inflamatorias posoperatorias inmediatas. Sin embargo, los parámetros hemodinámicos, los cambios en la FEVI y el tiempo total de recuperación posoperatoria no mostraron diferencias significativas entre los dos grupos”, señalan los autores. 

 

La terapia combinada se asoció con una reducción de las arritmias intra y posoperatorias y una menor duración del uso de dobutamina en las 24 h posteriores a la cirugía. 

 

No se encontraron cambios significativos en los biomarcadores cardíacos, incluidos CK-MB, troponina I y LDH a lo largo del tiempo entre los grupos de vitamina C en dosis alta y solución salina normal. Sin embargo, sugieren que la “terapia combinada puede mitigar la lesión por isquemia-reperfusión, una causa importante de daño miocárdico durante la cirugía cardíaca que implica CPB”. 

 

Cabe destacar que los niveles de IL-6 fueron significativamente menores en el grupo de terapia combinada inmediatamente después de la cirugía, lo que sugiere una atenuación de la respuesta inflamatoria temprana. “Sin embargo, 24 h después de la operación, esta diferencia dejó de ser estadísticamente significativa”, comentan. 

 

Los hallazgos de este estudio coinciden con la literatura que demuestra los beneficios de la vitamina C para reducir el estrés oxidativo y la inflamación, y mejorar los resultados después de la cirugía cardíaca. 

 

“La suplementación con vitamina C podría reducir los niveles de enzimas cardíacas, las respuestas inflamatorias, las arritmias y la estancia en la UCI después de la cirugía de CABG. Sin embargo, la adición de tiamina representa un enfoque novedoso. La depleción de tiamina es común en pacientes críticos y la suplementación podría mejorar los resultados en la cirugía cardíaca”, menciona el estudio.

 

En conclusión, los expertos señalan que “la adición de vitamina B1 a la vitamina C en pacientes sometidos a cirugía cardíaca redujo significativamente los marcadores de daño miocárdico (CK-MB, troponina I y LDH) y la respuesta inflamatoria posoperatoria inmediata (IL-6), lo que subraya su potencial como estrategia terapéutica complementaria”. Estos hallazgos destacaron los beneficios de mitigar el estrés oxidativo y la inflamación durante el período perioperatorio.

 

“Se justifica una mayor investigación para explorar los efectos a largo plazo, los regímenes de dosificación óptimos y el impacto de esta terapia combinada en resultados críticos como la mortalidad y la función cardíaca a largo plazo”, concluyen. 

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