Las enterobacterias productoras de carbapenemasas, que antes eran principalmente una preocupación hospitalaria, ahora se están detectando en animales de consumo y productos alimenticios de toda Europa. Esta es una de las conclusiones del último dictamen científico de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) sobre la presencia y propagación de enterobacterias productoras de carbapenemasas (EPC) en la cadena alimentaria de la Unión Europea (UE) y la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC).
“Si bien no existe evidencia definitiva de que estas bacterias se propaguen a los humanos a través de los alimentos, se han encontrado cepas idénticas tanto en animales como en humanos, lo que sugiere una posible transmisión entre ellos”, exclaman desde la EFSA.
Las EPC son bacterias que producen enzimas (carbapenemasas) que inactivan los antibióticos carbapenémicos, que se utilizan para tratar infecciones graves en humanos. Por tanto, la resistencia a estos fármacos supone un riesgo significativo para la salud pública, lo que podría reducir las opciones de tratamiento eficaces.
El último dictamen de la EFSA, basado en su evaluación de 2013, revisa los datos y la bibliografía hasta finales de febrero de 2025. Este se basa en información recopilada de los países de la UE y la AELC, con la colaboración del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC).
Entre los hallazgos clave de este informe, se destaca que se han detectado enterobacterias productoras de carbapenemasas en la cadena alimentaria de catorce de los treinta países de la UE/AELC desde 2011.
Los EPC notificados con mayor frecuencia son E. coli, Enterobacter, Klebsiella y Salmonella, procedentes principalmente de animales terrestres destinados a la producción de alimentos (cerdos, bovinos y, en menor medida, aves de corral, especies animales que se controlan rutinariamente para detectar resistencia a los antimicrobianos en la UE). Asimismo, el número de casos de EPC notificados ha aumentado, especialmente en cerdos, bovinos y aves de corral, con incrementos significativos en 2021 y 2023 en varios Estados miembros.
Cabe destacar que diez de los treinta países de la UE/AELC han establecido planes de contingencia para el control y la investigación de estas bacterias.
Para prevenir o minimizar la aparición y propagación de enterobacterias productoras de carbapenemasas, la EFSA recomienda ampliar las actividades de monitoreo a otras fuentes de alimentos actualmente no monitoreadas (como productos del mar y verduras), así como a otras especies bacterianas (como Klebsiella).
También insta a mejorar los métodos de detección, realizar investigaciones de rastreo y tipificación molecular bacteriana para aclarar las vías de transmisión, incluyendo la posible propagación a través de trabajadores y piensos. Asimismo, recomienda centrar la investigación en el diseño de estudios específicos para comprender mejor cómo se propagan estas bacterias en la cadena alimentaria.
La EFSA comunica que "apoyará a los estados miembros y a los países de la AELC en la investigación y la generación de nuevos datos sobre la aparición y propagación de las EPC, considerando la variabilidad genética presente en diferentes países y especies animales". Así, en 2027 se publicará un dictamen actualizado que refleje los hallazgos más recientes.
“Los esfuerzos continuos de la EFSA para combatir la resistencia a los antimicrobianos reflejan su compromiso con la protección de la salud pública en un panorama científico en rápida evolución. Un enfoque coordinado de Una Salud —que integre la salud humana, animal y ambiental— es esencial para monitorear y mitigar eficazmente la propagación de bacterias productoras de carbapenemasas en la cadena alimentaria”, rematan.