Vinculan muertes por enfermedades cardíacas a una sustancia utilizada en recipientes de plásticos para alimentos

La exposición diaria a ciertas sustancias químicas utilizadas para fabricar artículos de plástico para el hogar podría estar relacionada con las más de 356.000 muertes por enfermedades cardíacas ocurridas a nivel mundial solo en 2018, según un nuevo análisis de encuestas de población.

Si bien estas sustancias químicas, llamadas ftalatos, se utilizan ampliamente en todo el mundo, hay que subrayar que Oriente Medio, el sur de Asia, el este de Asia y el Pacífico registraron una proporción mucho mayor de muertes que otros países: aproximadamente tres cuartas partes del total.

Durante décadas, los expertos han vinculado los problemas de salud con la exposición a ciertos ftalatos presentes en cosméticos, detergentes, disolventes, tuberías de plástico, repelentes de insectos y otros productos. Estas sustancias químicas se descomponen en partículas microscópicas y se ingieren, y diversos estudios han vinculado dicha exposición con un mayor riesgo de padecer afecciones que van desde la obesidad y la diabetes hasta problemas de fertilidad y cáncer.

Ahora, un nuevo estudio se ha centrado en un tipo de ftalato llamado di-2-etilhexil ftalato (DEHP), que se utiliza para fabricar recipientes de alimentos, equipos médicos y otros artículos de plástico más suaves y flexibles. Otros estudios han demostrado que la exposición provoca una respuesta inmunitaria hiperactiva (inflamación) en las arterias del corazón, lo que con el tiempo se asocia con un mayor riesgo de infarto o accidente cerebrovascular. En esta línea, el nuevo análisis ha estimado que la exposición al DEHP contribuyó a 356.238 muertes, o más del 13 % de la mortalidad mundial por enfermedades cardíacas en 2018 entre hombres y mujeres de entre 55 y 64 años.

“Al destacar la conexión entre los ftalatos y una de las principales causas de muerte en todo el mundo, nuestros hallazgos se suman a la amplia evidencia de que estas sustancias químicas representan un enorme peligro para la salud humana”, afirma la autora principal del estudio, Sara Hyman.

Asocian muertes por enfermedades cardíacas a DEHP, sustancia presente en recipientes plásticos para alimentos

En un trabajo previo de 2021, el equipo de investigación de este estudio ya había relacionado los ftalatos con más de 50.000 muertes prematuras al año, principalmente por enfermedades cardíacas, entre los estadounidenses mayores. Ahora bien, se cree que este último estudio realizado por el equipo constituye la primera estimación global hasta la fecha de mortalidad cardiovascular —o, de hecho, de cualquier resultado de salud— derivada de la exposición a estas sustancias químicas, observa Hyman.

Para la investigación, el equipo utilizó datos de salud y ambientales de docenas de encuestas poblacionales para estimar la exposición al DEHP en 200 países y territorios. La información incluyó muestras de orina que contenían productos de degradación química del aditivo plástico. Los datos de mortalidad se obtuvieron del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud, un grupo de investigación de Estados Unidos que recopila información médica a nivel mundial para identificar tendencias en salud pública.

Entre los hallazgos clave, el estudio mostró que las pérdidas en la región combinada de Asia Oriental y Oriente Medio y la región combinada de Asia Oriental y el Pacífico representaron, respectivamente, alrededor del 42 % y el 32 % de la mortalidad por enfermedades cardíacas relacionadas con el DEHP. En concreto, India registró el mayor número de muertes, con 103.587, seguida de China e Indonesia. El mayor riesgo de muerte cardíaca en estas poblaciones se mantuvo incluso después de que los investigadores ajustaran su análisis estadístico para tener en cuenta el tamaño de la población dentro del grupo de edad estudiado.

Una posible explicación, según los autores, es que estos países enfrentan mayores tasas de exposición a estas sustancias químicas, posiblemente porque están experimentando un auge en la producción de plástico, pero con menos restricciones de fabricación que otras regiones.

“Existe una clara disparidad en las partes del mundo que soportan la mayor parte de los mayores riesgos cardíacos causados ​​por los ftalatos”, señala Leonardo Trasande, autor principal del estudio. “Nuestros resultados subrayan la urgente necesidad de regulaciones globales para reducir la exposición a estas toxinas, especialmente en las zonas más afectadas por la rápida industrialización y el consumo de plástico”, añade.

Así, el doctor Trasande advierte que el análisis no se diseñó para establecer que el DEHP, directamente o por sí solo, causara enfermedades cardíacas, y que los mayores riesgos de muerte no consideraron otros tipos de ftalatos. Tampoco incluyó la mortalidad en personas de otros grupos de edad. Como resultado, el número total de muertes por enfermedades cardíacas relacionadas con estos productos químicos es probablemente mucho mayor, afirma.

También explica que los investigadores planean ahora analizar cómo la reducción de la exposición a ftalatos podría, con el tiempo, afectar las tasas de mortalidad global, así como ampliar el estudio a otros problemas de salud que plantean estas sustancias químicas, como el parto prematuro.