Las dos F más importantes en la dieta —fibra y alimentos fermentados— son prioritarias para mantener una digestión saludable y potencialmente ofrecen mucho más, de acuerdo con Matthew Solan, editor ejecutivo de Harvard Men's Health Watch. ¿Puede esto mejorar la salud general y la del intestino?
Según Solan, el microbioma intestinal está compuesto por bacterias, virus, hongos y otros microorganismos que viven en el colon (intestino grueso). "Lo que se come, el aire que se respira, el lugar donde se vive y muchos otros factores afectan la composición del microbioma intestinal", asegura. "Algunos expertos lo consideran un órgano oculto, ya que desempeña un papel en muchas funciones importantes del cuerpo; por ejemplo, ayuda al sistema inmunitario a funcionar de forma óptima, reduce la inflamación crónica, mantiene las células intestinales sanas y proporciona algunos micronutrientes esenciales que podrían no estar incluidos en una dieta regular", añade.
El director ejecutivo explica que el intestino se comunica con el cerebro a través de vías en el eje intestino-cerebro. "Los cambios en el microbioma intestinal se han relacionado con trastornos del estado de ánimo y de la salud mental, como la depresión y la ansiedad. Sin embargo, aún no está claro si estos cambios causan directamente este tipo de problemas", concluye Matthew Solan.