Dentro del tracto digestivo reside una gran cantidad de microorganismos conocidos como microbioma intestinal. Chris Gaulke, profesor de patobiología en la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Illinois, estudia el microbioma intestinal y su papel en la salud humana.
Gaulke ha hablado sobre el papel que desempeñan estos habitantes intestinales en la digestión, la salud inmunitaria y el cáncer, además de sobre cómo lo que se consume los afecta.
De acuerdo con el profesor, es un conjunto de bacterias, virus, eucariotas microscópicos y hongos que habitan el intestino, así como las proteínas y otros compuestos que producen.
"Normalmente, pensamos en las bacterias y los virus como algo malo. Pero queremos microbios intestinales en nuestro cuerpo porque tienen un impacto importante en la salud. Pueden ayudar a entrenar nuestro sistema inmunitario; pueden ayudar a digerir los componentes no digeribles de nuestra dieta; y, lo que es más importante, pueden ayudar a eliminar patógenos o incluso atacarlos para eliminarlos en el intestino y así evitar enfermedades", ha explicado.
El microbioma desempeña un papel fundamental en la salud digestiva y nutricional. En primer lugar, "los microbios pueden digerir sustancias que nosotros no podemos". En particular, digieren fibras no digeribles. A partir de estas fibras, "pueden producir compuestos beneficiosos para nosotros, como los ácidos grasos de cadena corta, moléculas con propiedades antiinflamatorias que nuestras células utilizan para obtener nutrición o energía. También nos ayudan a absorber diferentes nutrientes. Pueden producir micronutrientes, como vitaminas, que no podemos producir por nosotros mismos. Debemos obtenerlos de la dieta o de nuestros microbios", ha expresado Gaulke.
Otro componente importante del microbioma es "ayudar a entrenar nuestro sistema inmunitario a lo largo de la vida". En las primeras etapas de la vida, el microbioma ayuda a dirigir las células a los lugares adecuados proporcionándoles señales, y más adelante, "puede ayudar a estimular nuestro sistema inmunitario y mantenerlo activo contra patógenos u otros microbios".
"Nuestra dieta tiene uno de los impactos más importantes en el microbioma. Sabemos que si, por ejemplo, cambiamos de una dieta basada en plantas a una basada en proteínas animales, el microbioma cambia en cuestión de horas o días. El intestino es como cualquier otro ecosistema: los componentes alimenticios que contiene son lo que los microbios comen. Por lo tanto, si modificamos esos componentes alimenticios, nuestros microbios también tienen que cambiar su función (qué genes expresan para masticar y consumir esos compuestos), o bien otros microbios con mayor capacidad pueden intervenir y tomar el control", ha señalado Gaulke.
"Esto puede tener diferentes efectos en nuestra salud. Por ejemplo, las bacterias que producen ácidos grasos de cadena corta (compuestos antiinflamatorios beneficiosos) tienden a aumentar cuando consumimos más fibra. Por eso, es posible que un nutricionista o tu médico te sugiera consumir fibra; te ayudará a nutrir tu microbioma".
Algunos trabajos de Gaulke han demostrado que depende en gran medida de la persona. Algunas personas pueden responder muy bien a intervenciones específicas, mientras que otras pueden tener reacciones completamente opuestas, e incluso negativas. "En resumen, no sabemos con certeza qué es lo mejor para todos".
Al tomar antibióticos, depende en gran medida del tipo de antibiótico que se tome. Algunos antibióticos tienen un espectro más amplio que otros, por lo que eliminan más tipos de bacterias. Otros son más específicos. Pero, en general, reducen la cantidad de bacterias presentes en el intestino y otros microbiomas del cuerpo. Esto puede generar una nueva combinación de microbiomas en el futuro o puede volver a ser como antes de tomar antibióticos. Depende de la persona, el espectro del antibiótico y la situación en general. Hay casos en los que los antibióticos pueden ser beneficiosos para restaurar la microbiota, como en el caso de una infección por H. pylori.
En general, se ha demostrado que los probióticos y prebióticos no son dañinos. Sin embargo, no existe mucha información sólida que confirme su eficacia en todas las personas. Algunas personas, al tomar antibióticos, se sienten mejor si los acompañan con un probiótico o un prebiótico. Sin embargo, es muy difícil lograr que un probiótico colonice el microbioma intestinal de forma permanente.
Hacer cosas en exceso, como las desintoxicaciones, puede ser beneficioso, pero también perjudicial. "Piénsalo como si fuera el Sahara, y estos microbios fueran como pequeños leones y gacelas. Cuando haces una desintoxicación, es como prender fuego al Sahara y ver qué le pasa a la fauna. Y puede ser bueno o malo. Personalmente, tiendo a evitar las desintoxicaciones", ha compartido el profesor.
Los microbios desempeñan un papel en muchos tipos diferentes de cáncer. "Sabemos más sobre los cánceres gastrointestinales. Sabemos que los productos microbianos, como algunos ácidos biliares secundarios producidos al metabolizar nuestros propios ácidos biliares, pueden causar daño al ADN, lo que puede conducir al cáncer".
Los microbios también pueden producir toxinas que causan daño al ADN. Pueden influir en la velocidad de proliferación de una célula, lo que también puede contribuir al cáncer. "Encontramos un par de especies de bacterias que generalmente se asocian con cánceres colorrectales y otros cánceres gastrointestinales. Pero, de nuevo, esto se vuelve muy personal. Algunas personas tienen muchas de esas bacterias y padecen cáncer colorrectal. Otras no, y aún no sabemos con certeza por qué. Ni siquiera sabemos aún si los microbios son pasajeros en esta situación o impulsores del cáncer", concluye Gaulke. Podría ser que los microbios cambien en respuesta al proceso de patogénesis del cáncer, pero en realidad no lo causen. Este es un área de investigación muy importante y activa.