La Región Europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) registra el mayor consumo de alcohol de todas las regiones del mundo. El consumo de alcohol provoca una reducción significativa de la esperanza de vida en Europa, especialmente entre los hombres. Aquí, cada hora, el alcohol causa más de 80 muertes, lo que suma aproximadamente 800.000 vidas perdidas cada año.
El alcohol también es un importante factor de riesgo de discapacidad, una causa importante de más de 200 enfermedades crónicas y un factor en numerosas lesiones y trastornos de salud mental. Además de este impacto insostenible en la salud humana, el alcohol es un factor importante en la delincuencia y otros daños sociales.
Se ha formado una nueva coalición de organizaciones y expertos en salud para abogar por la reducción de enfermedades, lesiones y muertes relacionadas con el alcohol. Presentada hoy en el Congreso 2025 de la Asociación Europea para el Estudio del Hígado (EASL) en Ámsterdam, Países Bajos, la Alianza Europea de Salud sobre el Alcohol reúne a organizaciones europeas de profesionales de la salud, incluida la EFAD, para amplificar la voz de la comunidad médica en la formulación de políticas. La Alianza busca reducir el impacto del alcohol en la salud, concienciar a la población y promover la implementación de políticas de eficacia comprobada que salvan vidas.
“El alcohol está vinculado a más de 200 afecciones, desde cirrosis hepática hasta cáncer y enfermedades cardiovasculares, y aun así, sus efectos perjudiciales suelen pasarse por alto”, explica el secretario general de la EASL, Aleksander Krag. “Por ejemplo, el alcohol es, con diferencia, la causa más común de muerte por enfermedad hepática en Europa y causa más de 70.000 muertes por cáncer al año en Europa. Esta Alianza tendrá como objetivo garantizar que las personas tengan información y el derecho a tomar decisiones informadas”.
Alba Gil, responsable de políticas de la Asociación de Ligas Europeas contra el Cáncer, añade que "la idea de que solo los bebedores empedernidos corren el riesgo de padecer cánceres relacionados con el alcohol es un mito peligroso. No existe un nivel seguro de consumo de alcohol, pero muy poca gente lo sabe. Muchas mujeres, por ejemplo, desconocen que el alcohol es uno de los principales factores de riesgo de cáncer de mama".
La Alianza destacará las conexiones a menudo pasadas por alto entre el alcohol y otros daños a la salud, como las enfermedades cardiacas, el suicidio y el trastorno del espectro alcohólico fetal, así como sus efectos nocivos sobre el sueño y la salud mental.
El objetivo central de la Alianza es proteger a niños y adolescentes de los daños del alcohol. Constituyen un grupo excepcionalmente vulnerable, que enfrenta riesgos que comienzan con la exposición intrauterina y continúan a través de la negligencia, la violencia asociada al consumo de alcohol parental y los patrones tempranos de consumo excesivo de alcohol durante la infancia y la adolescencia.
Lamentablemente, los niños y los jóvenes siguen siendo el blanco de tácticas de marketing agresivas que se benefician de regulaciones insuficientes.
“No debemos permitir que otra generación de niños se vea perjudicada por el alcohol”, pide Ann de Guchtenaere, secretaria general de la Academia Europea de Pediatría. “Proteger a los niños del alcohol implica evitar todo consumo de alcohol durante el embarazo, proteger a los niños del consumo excesivo de alcohol de sus padres, reducir el consumo general, endurecer las leyes de marketing y cambiar las normas sociales”. El alcohol es responsable de una de cada cuatro muertes entre jóvenes de 19 a 24 años en la Región. La Alianza abogará por protecciones más estrictas, incluyendo restricciones a la publicidad del alcohol, precios unitarios mínimos y una reducción de la asequibilidad y la disponibilidad.
Como plataforma para la promoción conjunta, la Alianza buscará fortalecer la influencia de los profesionales sanitarios en las políticas sobre alcohol a nivel local, nacional y europeo. Las políticas basadas en la evidencia para reducir los daños causados por el alcohol son bien conocidas, pero su implementación es deficiente. Estas incluyen aumentos de precios e impuestos, restricciones a la publicidad y el marketing, y medidas para reducir la disponibilidad.
Países como Lituania han demostrado el poder y la eficacia de una política sólida sobre el alcohol:
Entre 2016 y 2019, la introducción de políticas integrales sobre el alcohol redujo drásticamente su consumo, salvando miles de vidas y disminuyendo la incidencia de muchas enfermedades.
“Sabemos qué políticas son eficaces para reducir los daños del alcohol”, indica Gauden Galea, asesor estratégico del director regional de la Iniciativa Especial de la OMS/Europa sobre Enfermedades No Transmisibles e Innovación. “ Un estudio reciente de la OMS demostró que las políticas de compra rápida, que incluyen el aumento de los impuestos al alcohol y la reducción de su comercialización, generan beneficios en menos de un año, por lo que pueden implementarse eficazmente en un solo mandato político”. Y añade que "la Alianza puede amplificar estas soluciones y apoyar su implementación en toda la Región”.
Los médicos, enfermeros y profesionales sanitarios afines suelen ser los primeros en percibir los daños que causa el alcohol. La Alianza promoverá el papel de los profesionales sanitarios en la detección del consumo de alcohol de alto riesgo y en ofrecer intervenciones breves. "Hablar sobre el alcohol debería convertirse en una rutina en la atención al paciente", sugiere la EFAD.
"Como médico general, veo a diario los daños que el alcohol causa a las personas, las familias y las comunidades", asegura Margarida Santos, de Portugal. "Como profesionales sanitarios, debemos iniciar un diálogo y derribar mitos dañinos sobre el alcohol. Pero abordar los daños del alcohol requiere más que una intervención médica: requiere la formulación de políticas eficaces y un cambio social".
La formación de la Alianza envía un mensaje claro: la responsabilidad por los daños causados por el alcohol no puede recaer en los individuos: debe abordarse mediante políticas efectivas y basadas en evidencia.
Frank Murray, miembro del Comité de Salud Pública y Defensa de EASL, comparte que "el daño relacionado con el alcohol no es inevitable y no es un fracaso personal; es el resultado de un fracaso generalizado de los países a la hora de implementar políticas probadas y basadas en evidencia para reducir los daños del alcohol, y el impacto dañino e inaceptable de la fuerte interferencia de la industria del alcohol en las políticas de salud pública”.
Subraya que “la industria del alcohol debería quedarse en su carril y no tener ningún papel en la formulación de políticas de salud pública”.
Actuando conjuntamente, la Alianza influirá en los responsables políticos para que implementen políticas basadas en la evidencia que reduzcan los daños causados por el alcohol. Esto representa una nueva oportunidad para que las voces clínicas se escuchen de forma coordinada, concluye la EFAD.