Nuevos hallazgos sobre los beneficios de los ácidos grasos poliinsaturados para la función pulmonar infantil

Con la creciente gravedad de la contaminación del aire, la salud respiratoria se ha convertido gradualmente en un foco de investigación. La función pulmonar es un indicador importante para evaluar la salud del sistema respiratorio, y también un índice predictivo de la incidencia y mortalidad de enfermedades cardiopulmonares, especialmente en niños. El crecimiento y desarrollo de los pulmones durante la infancia juega un papel vital en la determinación de la función pulmonar durante la edad adulta. 

Cada vez hay más evidencia que sugiere que la disfunción pulmonar formada en la infancia puede persistir hasta la edad adulta, y la disfunción pulmonar en la vida temprana se correlaciona con la aparición prematura de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y otras enfermedades crónicas en la edad adulta. 

El desarrollo de la función pulmonar de los niños está influenciado por múltiples factores, incluyendo su entorno vital, estilo de vida y genética. El factor dietético, como un factor importante en el estilo de vida, puede regular el impacto de la exposición ambiental adversa o la susceptibilidad genética en los pulmones, desempeñando un papel importante en la protección de la función pulmonar y la salud respiratoria. 

Los ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) son ácidos grasos que contienen dos o más dobles enlaces y pueden clasificarse en dos grupos, omega-3 y omega-6. Los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 incluyen ácido α -linolénico (ALA) y sus derivados de cadena larga ácido estearidónico (SDA), ácido eicosapentaenoico (EPA), ácido docosapentaenoico (DPA) y ácido docosahexaenoico (DHA). 

Con base en hallazgos de investigaciones previas, el omega-3 tiene propiedades antiinflamatorias que pueden regular la función inmune humana para reducir la inflamación y mejorar la función pulmonar. Además, también puede reducir el daño pulmonar causado por la contaminación del aire. Sin embargo, todavía existe una controversia significativa con respecto a la efectividad de los ácidos grasos omega-3 para mejorar la función pulmonar, con algunos estudios que arrojan resultados contradictorios, lo que sugiere que no hay correlación entre la función pulmonar y la ingesta de ácidos grasos omega-3. 

Los ácidos grasos omega-6 incluyen ácido linoleico (LA), ácido gamma linolénico (GLA), ácido linoleico conjugado (CLA) y ácido araquidónico (AA). A diferencia de las propiedades antiinflamatorias de los omega-3, la ingesta excesiva de ácidos grasos omega-6 puede conducir a una mayor respuesta inflamatoria, mientras que la ingesta adecuada de ácidos grasos omega-6 es necesaria para mantener la salud física. 

Los omega-6 son una de las fuentes de moléculas bioactivas en los pulmones, proporcionando una base biológica para la respiración. Aunque se han observado estas correlaciones, no se han realizado estudios que exploren directamente el impacto de los omega-6 en la función pulmonar.

Dada la controversia e incertidumbre sobre la relación entre la ingesta dietética de PUFA y la función pulmonar en niños, un nuevo estudio evaluó la asociación entre la ingesta dietética de PUFA y la función pulmonar en una muestra de 2508 niños estadounidenses de 6 a 17 años de edad. 

Los ácidos grasos de cadena larga y sus efectos sobre la función pulmonar en niños 

El análisis de los resultados indica una asociación positiva entre la ingesta dietética total de PUFAs y la función pulmonar en niños. Esta asociación también se observó en los subtipos omega-3 y omega-6. Además, se encontró una diferencia de género en esta correlación, siendo más significativa en hombres que en mujeres. 

Con respecto al omega-6, se observó una correlación no lineal con la función pulmonar pediátrica. “Con niveles bajos de ingesta, los omega-6 no mostraron un impacto notable en la mejora de la función pulmonar en niños. Sin embargo, al alcanzar un umbral de ingesta específico, aumentos adicionales en la ingesta de omega-6 se asociaron con mejoras significativas en la función pulmonar”, explican los autores. 

Los mecanismos reguladores de los efectos beneficiosos de los PUFAs sobre la función pulmonar involucran principalmente los efectos antiinflamatorios e inmunorreguladores de los omega-3, así como la interacción de los omega-3 con los omega-6. Los efectos inmunomoduladores incluyen principalmente la capacidad de omega-3 para regular la expresión de genes de citocinas, modificar la composición de ácidos grasos y fosfolípidos de membrana y desplazar el ácido araquidónico (omega-6) en los fosfolípidos de la membrana celular, reduciendo así la inflamación y regulando la función inmune. 

Según el nuevo estudio, “cuando omega-3 y omega-6 compiten por la misma vía metabólica, omega-3 puede reducir la producción de mediadores inflamatorios derivados de omega-6”. 

Además, los expertos destacan que las propiedades proiinflamatorias de omega-6 son condicionales. “En proporciones equilibradas de omega-6 y omega-3, los mediadores lipídicos derivados de omega-6, como las lipoxinas, pueden ejercer efectos antiinflamatorios al modular las vías implicadas en la resolución de la inflamación”. 

“Nuestros hallazgos indicaron una correlación positiva entre omega-6 y la función pulmonar en niños, lo que posiblemente refleja los efectos biológicos de un estado tan equilibrado en lugar de las vías proinflamatorias tradicionalmente entendidas”, señalan.

Los resultados proporcionan evidencia favorable del efecto protector de los PUFAs sobre la función pulmonar, y los autores resaltan que “se debe prestar atención a la ingesta diaria de PUFAs en los niños para mejorar la función pulmonar y prevenir la aparición de enfermedades pulmonares crónicas”. 

En resumen, el nuevo estudio demostró una correlación positiva entre la ingesta total de PUFAs, omega-3 y omega-6, en la dieta y la función pulmonar en niños, con una correlación más evidente en los varones.