Un estudio establece una conexión entre las elecciones dietéticas y la calidad del sueño

Desde contar ovejas hasta ruido blanco y mantas pesadas: las personas han probado innumerables formas para poder dormir bien por la noche. Y es que las interrupciones del sueño pueden tener consecuencias negativas de gran alcance, afectando la salud cardiovascular y metabólica, la memoria, el aprendizaje, la productividad, la regulación del estado de ánimo, las relaciones interpersonales y más.

En este marco, un nuevo estudio advierte que existe una buena forma para mejorar la calidad del sueño. Concretamente, se trata del consumo de frutas y verduras durante el día. 

“Las modificaciones dietéticas podrían ser un enfoque nuevo, natural y rentable para dormir mejor”, afirma la doctora y coautora del estudio Esra Tasali. “Las asociaciones temporales y los resultados objetivamente medidos de este estudio representan pasos cruciales para llenar un vacío en el conocimiento de salud pública”, agrega

Descubriendo la conexión entre la dieta y el sueño

Estudios previos han demostrado que la falta de sueño puede llevar a las personas a adoptar dietas poco saludables, ricas en grasas y azúcares. Sin embargo, a pesar de los amplios efectos del sueño en la salud pública e incluso en la productividad económica, los médicos y científicos saben mucho menos sobre cómo la dieta puede afectar los patrones de sueño.

En estudios observacionales previos, el consumo elevado de frutas y verduras se ha asociado con una mejor calidad general del sueño, según informaron los participantes. Sin embargo, este nuevo estudio es el primero en establecer una conexión temporal entre las elecciones dietéticas de un día determinado y la calidad del sueño medida objetivamente esa misma noche.

Los adultos jóvenes sanos que participaron en el estudio informaron su consumo diario de alimentos mediante una aplicación y usaron un monitor de muñeca que permitió a los investigadores medir objetivamente sus patrones de sueño. Los investigadores analizaron específicamente la "fragmentación del sueño", un índice que refleja la frecuencia con la que una persona se despierta o pasa del sueño profundo al sueño ligero a lo largo de la noche.

Resultados prometedores respaldan las directrices dietéticas

Los investigadores descubrieron que la dieta diaria se correlacionaba con diferencias significativas en el sueño de la noche siguiente. Los participantes que consumieron más frutas y verduras durante el día tendían a tener un sueño más profundo e ininterrumpido esa misma noche, al igual que quienes consumieron más carbohidratos saludables, como cereales integrales.

Con base en sus hallazgos y modelos estadísticos, los investigadores estiman que las personas que consumen cinco tazas de frutas y verduras al día podrían experimentar una mejora del 16 % en la calidad del sueño, en comparación con quienes no consumen frutas ni verduras. "El 16 % es una diferencia muy significativa", afirma Tasali. "Es notable que se haya podido observar un cambio tan significativo en menos de 24 horas".

Estudios futuros ayudarán a establecer la causalidad, ampliar los hallazgos en diversas poblaciones y examinar los mecanismos subyacentes de la digestión, la neurología y el metabolismo que podrían explicar el impacto positivo de las frutas y verduras en la calidad del sueño. Sin embargo, con base en los datos actuales, los expertos recomiendan con seguridad que una dieta rica en carbohidratos complejos, frutas y verduras con regularidad es lo mejor para una buena salud del sueño a largo plazo.

“La gente siempre me pregunta si hay alimentos que les ayuden a dormir mejor”, comenta la coautora principal, Marie-Pierre St-Onge, antes de afirmar que “pequeños cambios pueden influir en el sueño. Eso es empoderador: descansar mejor está en tus manos”.