Una coalición global de 51 expertos de 27 países, presidida por el director ejecutivo del Centro Global de Investigación de la Diabetes de Emory, Venkat Narayan, ha publicado recientemente la Declaración de Copenhague para la Diabetes, un marco audaz para revolucionar la atención y la investigación de la diabetes a nivel mundial.
Esta Declaración es el resultado de un año de colaboración en el marco del Foro Global de la Diabetes (GDF), una iniciativa inclusiva que abarca tanto países de ingresos altos como países de ingresos bajos y medianos. “La diabetes es uno de los desafíos de salud pública más urgentes de nuestro tiempo. Sin embargo, la respuesta global ha sido fragmentada. La Declaración de Copenhague es un llamado a la acción, basado en la ciencia, para fortalecer la atención, ampliar la investigación y mejorar los resultados de millones de personas en todo el mundo”, afirma Narayan.
La diabetes afecta a 828 millones de personas en todo el mundo, y el 85 % de la carga recae en los países de ingresos bajos y medios. Cabe destacar que los países con mayores poblaciones con diabetes son India (213 millones), China (143 millones) y Estados Unidos (42 millones). Sin embargo, a pesar de la magnitud de esta epidemia, la mitad de las personas con diabetes siguen sin tratamiento, con tasas aún más altas de necesidades insatisfechas en los países con renta bajas y medias.
“La probabilidad de que un joven de 20 años en la India urbana desarrolle diabetes a lo largo de su vida se acerca al 80 %. Esto no es solo una estadística: es una llamada de atención. Necesitamos estrategias globales que estén a la altura de esta crisis”, afirma por su parte Nikhil Tandon, jefe del departamento de endocrinología y metabolismo del All India Institute of Medical Sciences.
Si bien las tasas de mortalidad y complicaciones están disminuyendo en los países de altos ingresos gracias a la mejora de la atención, estos avances no se han trasladado equitativamente a los países de ingresos bajos y medios. Además, las poblaciones no europeas soportan el 85 % de la carga mundial de diabetes, pero son el foco de sólo el 3-4 % de la actividad de investigación mundial, lo que pone de relieve marcadas disparidades en materia de inversión e innovación.
“La mayor parte de la carga mundial de diabetes se concentra en países de ingresos bajos y medios. Sin embargo, casi toda la investigación se realiza en entornos de altos ingresos. La Declaración de Copenhague busca realinear las prioridades globales hacia donde más se necesita”, declara Nancy Kunyiha, médica endocrinóloga de Uzwena Health, en Kenia.
La Declaración de Copenhague describe cuatro estrategias urgentes para cerrar estas brechas y acelerar el progreso. Primeramente, aprovechar el conocimiento emergente sobre la heterogeneidad de la diabetes, los diagnósticos avanzados y las nuevas terapias. El segundo enfoque es fortalecer los sistemas de salud con modelos de atención escalables, asequibles y multidisciplinarios adaptados a las necesidades locales.
Además, se insta a garantizar el acceso equitativo a tratamientos innovadores y tecnologías de salud digital. Finalmente, reclama que urge fomentar la colaboración en investigación global para superar las brechas críticas de conocimiento, especialmente en las poblaciones marginadas.
“Ya no podemos permitirnos tratar la diabetes como una serie de problemas aislados. La Declaración insta a compartir el conocimiento a nivel mundial, a realizar inversiones más inteligentes en la atención médica y a avanzar hacia la equidad en el tratamiento y la innovación”, enfatiza la doctora en medicina Marie-Louise Hartoft-Nielsen.
Pueden ver la declaración en este enlace.