La combinación de miel y propóleo, una sustancia que las abejas fabrican a partir de resina vegetal y con la que bañan las colmenas o vasos antes de empezar a obrar, tiene interesantes propiedades antibacterianas que podrían servir como conservantes naturales en la industria alimentaria y nutracéuticos. Es la conclusión principal de la investigación que ha llevado a cabo el grupo de Biociencia de Alimentos del CIAL, junto a investigadoras de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y la Universidad de Ciencias Ambientales y de la Vida de Breslavia, en Polonia.
El estudio, que ha sido publicado recientemente, evaluó el potencial antibacteriano de mieles españolas de tomillo y castaño enriquecidas con extracto etanólico de propóleo frente a Listeria monocytogenes y Clostridium perfringens, dos patógenos alimentarios de gran relevancia. Las distintas combinaciones mostraron respuestas diferentes en función de la bacteria a la que fueron expuestas, y en todos los casos la adición de propóleo incrementó la acción bactericida a ambos microorganismos.
La investigación, además de confirmar la eficacia frente a bacterias patógenas, asocia dicho efecto, al menos parcialmente, a su composición particular en compuestos fenólicos, lo que permite avanzar en la comprensión del mecanismo de acción de estos ingredientes naturales como agentes conservantes. Los hallazgos también refuerzan el potencial de la combinación de productos apícolas, miel y propóleo, como herramientas para mejorar la inocuidad de los alimentos y como ingredientes bioactivos con beneficios para la salud.
Es de destacar la contribución en este estudio de la Unidad de Técnicas Bioanalíticas del CIAL (BAT), así como de Elena Berciano, cuya experiencia en microbiología ha sido clave para determinar el potencial antibacteriano y bactericida de las muestras.