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Advierten que la exposición prenatal a los PFAS afecta a la inmunidad del bebé

Advierten que la exposición prenatal a los PFAS afecta a la inmunidad del bebé

Un estudio destaca que las células afectadas por la exposición a PFAS desempeñan un papel importante en la lucha contra las infecciones y en el desarrollo de una memoria a largo plazo de las vacunas
Happy baby boy having fun while doctor is listening his heartbeat with stethoscope(1)(1)
Los PFAS pueden alterar el sistema inmunológico en desarrollo de los bebés.

Una nueva investigación ha revelado que pequeñas cantidades de las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, conocidas ampliamente como PFAS o “químicos permanentes”, pueden atravesar la placenta y la leche materna para alterar el sistema inmunológico en desarrollo de los bebés, dejando potencialmente huellas duraderas en su capacidad para combatir enfermedades.

 

Para llegar a esta conclusión, investigadores del Centro Médico de la Universidad de Rochester han monitoreado a 200 parejas locales de madres y bebés sanos y han medido los compuestos PFAS comunes en la sangre materna durante el embarazo, para luego analizar también las poblaciones clave de linfocitos T de los bebés al nacer, a los seis meses y al año. 

 

A los 12 meses, los bebés cuyas madres tuvieron una mayor exposición prenatal a PFAS mostraron una cantidad significativamente menor de linfocitos T auxiliares foliculares (Tfh) —elementos vitales que ayudan a los linfocitos B a producir anticuerpos fuertes y duraderos— y una cantidad desproporcionadamente mayor de linfocitos T Th2, Th1 y reguladores (Treg), cada uno vinculado a alergias, autoinmunidad o inmunosupresión cuando se encuentran en desequilibrio.

 

“Este es el primer estudio que identifica cambios en células inmunitarias específicas que se encuentran en proceso de desarrollo al momento de la exposición a PFAS”, afirma la doctora Kristin Scheible, profesora y autora principal del estudio. “La identificación de estas células y vías específicas abre la posibilidad de implementar estrategias tempranas de monitoreo o mitigación de los efectos de la exposición a PFAS, con el fin de prevenir enfermedades crónicas”, añade.

 

¿Qué significa esto para las vacunas, las alergias y la autoinmunidad?

 

La disminución de células Tfh ayuda a explicar hallazgos previos que indican que niveles más altos de PFAS en niños se correlacionan con respuestas más débiles a las vacunas contra el tétanos, el sarampión y otras inmunizaciones de rutina. Por el contrario, el aumento de células Th2 y Treg puede predisponer a la inflamación alérgica o a una disminución de las defensas, mientras que el exceso de actividad de Th1 plantea inquietudes sobre futuras enfermedades autoinmunes, como la artritis juvenil o la diabetes tipo 1.

 

“Las células afectadas por la exposición a PFAS desempeñan un papel importante en la lucha contra las infecciones y en el desarrollo de una memoria a largo plazo de las vacunas”, afirmó la doctora Darline Castro Meléndez, investigadora y primera autora del estudio. Asimismo, explica que “un desequilibrio en un momento en que el sistema inmunitario está aprendiendo cómo y cuándo responder, puede aumentar el riesgo de infecciones recurrentes con síntomas más graves que podrían persistir durante toda la vida”.

 

Minimización de la exposición a PFAS

 

Aunque el agua potable de Rochester cumple con las normas de seguridad vigentes, los PFAS se encuentran presentes en numerosos productos de consumo, desde utensilios de cocina antiadherentes y envases de alimentos hasta telas resistentes a las manchas y artículos de cuidado personal. Cabe destacar que las madres del estudio presentaban niveles sanguíneos de PFAS relativamente bajos en comparación con otras regiones. Sin embargo, los cambios en el sistema inmunitario fueron pronunciados incluso en esta pequeña muestra.

 

Si bien no todas las exposiciones ambientales pueden evitarse, las familias pueden reducir el contacto con PFAS durante etapas críticas del desarrollo inmunitario fetal e infantil. "Use filtros de agua, minimice la cocción en sartenes antiadherentes dañadas, opte por alternativas como el acero inoxidable o el hierro fundido, y almacene los alimentos en recipientes de vidrio o cerámica", apunta Scheible. "Pequeñas medidas pueden ayudar a reducir la carga acumulada de exposición".

 

El equipo planea un seguimiento más prolongado para determinar si estos desequilibrios tempranos de las células T persisten durante la infancia temprana y si se traducen en más infecciones, alergias o enfermedades autoinmunes. La medición directa de PFAS en bebés, así como desentrañar las bases moleculares de estas alteraciones inmunitarias, son objetivos clave para futuras investigaciones.

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