Las bacterias resistentes a los antibióticos causan más de un millón de muertes al año en todo el mundo, y el número está aumentando rápidamente.
Un estudio reciente muestra que un aumento en el riesgo relativo de mortalidad puede predecirse por una alta carga de resistencia, así como por una presión arterial elevada o diabetes tipo 2. La cantidad de genes de resistencia a los antibióticos encontrados en las bacterias intestinales predijo el riesgo de sepsis o muerte durante un largo período de seguimiento de casi dos décadas.
Un equipo internacional de investigación colaboró para analizar muestras de heces de más de 7000 finlandeses como parte del estudio poblacional FINRISK. Los investigadores analizaron los factores que influyen en la prevalencia de genes de resistencia a los antibióticos y su asociación con la sepsis y la mortalidad durante 17 años de seguimiento.
“Por primera vez pudimos investigar la asociación entre la resistencia a los antibióticos y la salud de la población durante casi dos décadas. La prevalencia de bacterias resistentes a los antibióticos aumenta constantemente, y los estudios poblacionales a gran escala nos ayudan a comprender mejor el papel de la demografía y el estilo de vida en la mitigación del problema”, explican los autores.
El factor más importante que explica la cantidad de genes de resistencia fue el uso de antibióticos, que predijo un aumento de la resistencia incluso con años de antelación. De hecho, mencionan que "los efectos de los antibióticos en la microbiota intestinal pueden ser duraderos”.
Los genes de resistencia a los antibióticos más comunes fueron los de resistencia a las tetraciclinas. El uso de tetraciclinas presentó la asociación más fuerte con la carga de resistencia de todos los antibióticos.
La dieta y muchos otros factores pueden influir en la composición microbiana. El nuevo estudio reveló que ciertas bacterias intestinales estaban fuertemente asociadas con la carga de resistencia, en particular Escherichia coli y Bacteroides , asociadas con la dieta occidental. Por otro lado, las bifidobacterias consideradas beneficiosas para la salud y Prevotella , asociadas con una dieta rica en fibra, se asociaron con una menor carga de resistencia. Los alimentos ricos en fibra, como las bayas, las patatas y el pan de centeno, también predijeron una menor resistencia.
Los alimentos también pueden transportar bacterias resistentes a los antibióticos al cuerpo; las verduras crudas, la ensalada y el pollo, que a veces contienen altos niveles de bacterias resistentes, se asociaron con una mayor carga de resistencia.
Además de la dieta, factores sociales como el género, el lugar de residencia y los ingresos se relacionaron con la carga de resistencia. Las mujeres presentaron sistemáticamente una resistencia mayor que los hombres. Vivir en grandes ciudades, zonas densamente pobladas y hogares con altos ingresos también se asoció con un mayor riesgo. "Los resultados son interesantes porque estos factores que predicen una mayor carga de resistencia generalmente se asocian con una mejor salud", dejan ver los expertos.
De acuerdo con los hallazgos, una alta carga de resistencia se asoció con un 40 % más de riesgo de mortalidad por cualquier causa y más del doble de riesgo de sepsis durante 17 años de seguimiento. El riesgo de mortalidad relacionado con la resistencia fue particularmente significativo en las muertes relacionadas con infecciones respiratorias. El estudio no muestra causalidad, pero sí indica que la carga de resistencia podría ser un indicador del estado general de salud.
“A nivel poblacional, reducir el uso de antibióticos es la forma más eficaz de frenar la carga de la resistencia, pero los resultados sugieren que todos pueden desempeñar su papel en la reducción de la propagación y el impacto de la resistencia”, destacan.
La prevención de infecciones, una buena higiene de manos, la higiene alimentaria y una dieta equilibrada favorecen la salud intestinal. “Al prestar atención a estos aspectos, todos podemos ayudar a prevenir la propagación de la resistencia a los antibióticos”, concluyen.