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¿La dieta de salud planetaria puede generar deficiencias nutricionales en los adultos mayores?

¿La dieta de salud planetaria puede generar deficiencias nutricionales en los adultos mayores?

Destacan que un patrón dietético sostenible puede beneficiar tanto la salud planetaria como la humana, sin aumentar el riesgo de deficiencias de micronutrientes en la edad adulta
Dieta planetaria adultos
La dieta podría contribuir a una mejor salud metabólica, reduciendo el riesgo de enfermedades cardiometabólicas.

Los hábitos alimentarios actuales plantean riesgos tanto para la salud humana como para la sostenibilidad ambiental. La producción de alimentos es un importante impulsor del cambio climático, contribuyendo a aproximadamente un tercio de las emisiones antropogénicas globales de gases de efecto invernadero. 

 

Las dietas ricas en alimentos de origen animal tienen hasta cuatro veces el impacto ambiental de las dietas basadas en plantas en términos de emisiones y uso de la tierra, casi el triple del efecto sobre la biodiversidad y el doble del consumo de agua. Por lo tanto, una transición hacia dietas más basadas en plantas y sostenibles es esencial para mitigar el daño ambiental.  

 

En respuesta a los exigentes desafíos sanitarios y ambientales, la Comisión EAT-Lancet presentó en 2019 la “dieta de salud planetaria”, una dieta de referencia destinada a promover tanto la salud humana como la sostenibilidad ambiental. Esta dieta prioriza los alimentos de origen vegetal, como cereales integrales, verduras, frutas, legumbres, frutos secos y grasas insaturadas, a la vez que limita el azúcar añadido, los lácteos, la carne roja y otros alimentos de origen animal.  

 

Fue diseñada para reducir la carga de enfermedades no transmisibles y la malnutrición, minimizando al mismo tiempo el impacto ambiental de los sistemas alimentarios. 

 

La adherencia a la dieta EAT-Lancet se ha relacionado con una menor huella ambiental  y mejores resultados de salud, incluyendo menores riesgos de mortalidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y cáncer. Estos hallazgos resaltan el potencial de la dieta EAT-Lancet como un marco dietético sostenible para mejorar tanto la salud de la población como el bienestar planetario. 

 

Dado el enfoque creciente en la incorporación de la sostenibilidad ambiental en las pautas dietéticas generales, es importante comprender cómo las dietas de salud planetaria, como la dieta EAT-Lancet, impactan la ingesta de micronutrientes y el riesgo de deficiencias.  

 

Si bien la dieta se ha vinculado con mejores resultados de salud, persisten las preocupaciones sobre la capacidad para proporcionar suficientes micronutrientes, un factor importante a considerar ya que más de dos mil millones de personas en todo el mundo se ven afectadas por deficiencias de ellos.  

 

Sin embargo, hasta la fecha, solo unos pocos estudios han evaluado la adecuación nutricional de las dietas autoinformadas en relación con la dieta EAT-Lancet, y solo un estudio ha evaluado el impacto en adultos mayores. De esta manera, un reciente estudio se propuso evaluar la adherencia a la dieta EAT-Lancet en relación con la ingesta de nutrientes entre personas de 70 años.  

 

Para ello, incluyeron a 861 participantes del estudio de cohorte de nacimientos H70 de Gotemburgo. La ingesta dietética se evaluó mediante una entrevista validada de historial dietético, y la adherencia a la dieta EAT-Lancet se calificó con base en 14 componentes alimentarios.  

 

La ingesta de nutrientes se evaluó en relación con los niveles de ingesta recomendada (IR) específicos para la edad y el sexo. Se midieron marcadores de riesgo cardiometabólico y biomarcadores del estado nutricional, incluyendo homocisteína y hemoglobina.   

 

Una mayor adherencia no se relacionó con deficiencias de micronutrientes  

 

El análisis de los resultados mostro que una mayor adherencia a la dieta se asoció con un perfil de micronutrientes más favorable, así como con una mayor ingesta de fibra dietética y grasas poliinsaturadas y una menor ingesta de grasas saturadas y alcohol. Si bien la ingesta absoluta de proteínas (g/día) fue menor con una mayor adherencia, no se observaron diferencias en la ingesta de proteínas medida por kg/peso corporal/día.  

 

Estas tendencias se reflejaron en la elección de alimentos de los participantes: una mayor adherencia se relacionó con una mayor ingesta de verduras, frutas, cereales integrales, legumbres, frutos secos y mariscos, y una menor ingesta de carnes rojas y procesadas, huevos, productos lácteos, azúcar añadido y patatas.  “Estos cambios en la dieta coinciden con el énfasis de la dieta EAT-Lancet en los alimentos de origen vegetal y sugieren mejoras en la calidad general de la dieta”, explican los autores.  

 

Una mayor adherencia también se relacionó con un estilo de vida más saludable, incluyendo mayor actividad física, menor IMC, menos fumadores y un mayor nivel educativo

 

En términos de micronutrientes, una mayor adherencia a la dieta EAT-Lancet se asoció con una mayor ingesta de betacaroteno, folato, vitamina C, magnesio, potasio y hierro. Por el contrario, la ingesta de vitamina B12 y equivalentes de retinol fue menor, probablemente “reflejando un menor consumo de alimentos de origen animal”.  

 

Otros nutrientes, como la vitamina D, la vitamina E, la tiamina y el calcio, no mostraron tendencias consistentes en los distintos niveles de adherencia. En los distintos grupos de adherencia, muchos participantes no alcanzaron los niveles recomendados de ingesta de nutrientes como la vitamina D y el selenio. “Si bien esto puede reflejar problemas nutricionales subyacentes o una posible subestimación por parte del método de evaluación dietética, creemos que otros factores también pueden contribuir”, afirman.  

 

En el caso del selenio, mencionan que “un problema clave es la falta de datos detallados sobre el origen de los alimentos en las bases de datos de nutrientes”. “El contenido de selenio en los alimentos depende en gran medida de la concentración de selenio en el suelo donde se cultivan. En Europa, los suelos generalmente contienen bajos niveles de selenio, lo que conduce a concentraciones más bajas en los alimentos producidos localmente”, justifican.  

 

Al considerar la ingesta total de energía, surgieron asociaciones positivas adicionales para la tiamina y el fósforo, lo que sugiere que “algunas diferencias podrían reflejar variaciones en la ingesta total de alimentos, más que únicamente en la calidad de la dieta”.  

 

De acuerdo con el reciente estudio, “los hallazgos resaltan el doble beneficio y desafío de una dieta basada en plantas: mejoras en varios nutrientes relevantes para la salud pública, junto con posibles reducciones en otros que dependen de fuentes animales o de la fortificación”.  

 

De igual manera, aclaran que “si bien la ingesta de vitamina B12 fue menor entre aquellos con mayor adherencia, las concentraciones de homocisteína no indicaron deficiencia funcional, y la prevalencia de anemia fue similar en los grupos de adherencia”.  

 

Efectos sobre marcadores metabólicos 

 

Una mayor adherencia a la dieta EAT-Lancet se relacionó no solo con niveles más bajos de glucosa plasmática, sino también con un perfil lipídico más favorable, caracterizado por concentraciones reducidas de triglicéridos y colesterol HDL elevado. En este sentido, destacan que “seguir el patrón dietético EAT-Lancet podría contribuir a una mejor salud metabólica, reduciendo potencialmente el riesgo de enfermedades cardiometabólicas”.  

 

En conjunto, los investigadores afirman que “estos resultados respaldan el creciente cuerpo de evidencia de que un patrón dietético sostenible puede beneficiar tanto la salud planetaria como la humana, sin aumentar el riesgo de deficiencias de micronutrientes”.  

 

En resumen, el estudio muestra que una mayor adherencia se asoció con un perfil nutricional más favorable. Los participantes con mayor adherencia también presentaron una mayor ingesta de diversas vitaminas y minerales, sin evidencia de una deficiencia generalizada de micronutrientes.  

 

En general, estos hallazgos sugieren que “el patrón dietético de EAT-Lancet puede favorecer una ingesta adecuada de micronutrientes en adultos mayores”. “Esto refuerza el potencial de las dietas ambientalmente sostenibles para promover la salud sin comprometer la adecuación nutricional”, concluyen.  

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