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¿Qué intervenciones pueden usarse para promover el consumo de frutas y verduras en niños con trastornos del neurodesarrollo?

¿Qué intervenciones pueden usarse para promover el consumo de frutas y verduras en niños con trastornos del neurodesarrollo?

De acuerdo con un nuevo estudio español, las estrategias más utilizadas incluyen el juego, el refuerzo positivo y la modificación de la alimentación con el involucramiento activo de los padres
Neofobia alimentaria
Hasta el 80% de los niños con trastornos del neurodesarrollo reportan conductas alimentarias disfuncionales crónicas.

Una alimentación saludable es uno de los principales determinantes de la salud, ya que contribuye a la prevención de enfermedades crónicas y muertes prematuras. Por el contrario, una dieta poco saludable, que se caracteriza por el consumo de alimentos ricos en calorías, azúcares y grasas, combinado con una ingesta reducida de alimentos como verduras y frutas, podría ser un factor predictivo de la obesidad, así como de otras enfermedades como la diabetes o la hipertensión.  

 

En este sentido, entre el 40% y el 60% de la obesidad infantil persiste en la edad adulta, posiblemente porque se ha demostrado que las preferencias alimentarias de la infancia continúan en la edad adulta. Por lo tanto, es crucial establecer hábitos saludables desde la infancia para reducir los riesgos para la salud a largo plazo. Esto se puede lograr incluyendo alimentos como frutas y verduras, que son ricas en minerales, vitaminas, fibra y fitoquímicos y tienen propiedades antiinflamatorias y anticancerígenas.  

 

Estudios previos demostraron que los niños a menudo no cumplen con el consumo recomendado de frutas y verduras, posiblemente debido a sus características organolépticas, como el sabor o la textura. En este sentido, se han observado varias conductas de rechazo, como ser selectivo con la comida, conocido como selectividad alimentaria o “picky eating”, que se considera una neofobia. Esta conducta es especialmente común en niños con trastornos del neurodesarrollo (TND).  

 

La nutrición en pacientes con trastornos del neurodesarrollo  

 

Numerosos estudios han descrito el impacto de la dieta en esta población porque hasta el 80% de los niños con TND reportan conductas alimentarias disfuncionales crónicas, problemas gastrointestinales o sensoriales, riesgos de seguridad respiratoria o dificultades oromotoras que pueden llevar a una nutrición inadecuada e incluso a mayores tasas de obesidad.  

 

En esta población, las conductas comunes incluyen una preferencia por una variedad restringida de alimentos, dificultad para aceptar cambios, preferencias restringidas, ansiedad relacionada con la comida y una tendencia a comer en grandes cantidades. La selección de alimentos a menudo se basa en el sabor, la textura, la temperatura o el color, con una preferencia por alimentos blandos, procesados, menos saludables, dulces y/o salados, mientras que se evitan los alimentos ricos en proteínas y los que proporcionan vitaminas y fibra, como las frutas y las verduras.  

 

Estos comportamientos no solo representan un riesgo para la salud de los niños con TND, sino que también aumentan el estrés de los padres, ya que necesitan controlar la ingesta nutricional de sus hijos y los problemas de comportamiento asociados con el rechazo de los alimentos.  

 

Aunque existen revisiones sobre este tema, ninguna que aborda la pregunta de investigación que planteo un nuevo estudio: ¿Qué intervenciones dietéticas dirigidas a aumentar el consumo de frutas y verduras en niños con TND se han estudiado en investigaciones de intervención?  

 

Por tanto, el objetivo propuesto en esta investigación en la que participaron Laura Torres-Collado, Carolina Ojeda-Belokon, Laura-María Compañ-Gabucio y Manuela García de la-Hera del Departamento de Salud Pública, Historia de la Ciencia y Ginecología de la Universidad Miguel Hernández; Gema Moreno-Morente del Departamento de Patología y Cirugía de dicha universidad; y Verónica Company Devesa del Instituto de Investigación Sanitaria y Biomédica de Alicante, fue describir las intervenciones enfocadas a promover el consumo de frutas y verduras en niños con trastornos del neurodesarrollo (TND).  

 

El involucramiento activo de los padres en el tratamiento fue clave  

 

Luego de revisar y evaluar la bibliografía, los autores observaron que las intervenciones identificadas con mayor frecuencia para promover el consumo de frutas y verduras en niños con TND se basaron en estrategias de modificación del comportamiento, que se implementaron a través de un enfoque multidisciplinario, en el que la participación activa de los padres jugó un papel central

 

Uno de los aspectos importante que destacan es la falta de estudios recientes de países mediterráneos. “Una posible explicación para la falta de investigación podría ser la suposición de que la adherencia a la dieta mediterránea reduce la necesidad de ensayos de intervención dietética”, mencionan. Sin embargo, aclaran que “esta suposición es particularmente preocupante, dada la evidencia que indica que los niños españoles con TEA a menudo muestran una adherencia significativamente menor a la dieta mediterránea y niveles más altos de biomarcadores inflamatorios”.  

 

Además, varios estudios incluidos han reportado que la baja adherencia a la dieta mediterránea en niños se asocia con un mayor riesgo de un diagnóstico de TDAH. “Mientras que los países asiáticos parecen priorizar la investigación basada en intervenciones nutricionales, la presunción de los países mediterráneos de adecuación dietética puede contribuir a la subrepresentación de las intervenciones basadas en frutas y verduras para los niños mediterráneos con TND”, sugieren los expertos.  

 

Un aspecto que destacan es que en aquellos estudios donde se utilizaron las dietas de eliminación, estas aumentaron la ingesta de verduras, semillas, frutos secos y bayas, mejorando así la predisposición de los niños a estos alimentos en comparación con un grupo que mantuvo su dieta habitual. Sin embargo, advierten que “estas dietas no deben prescribirse a menos que exista evidencia clara de una intolerancia alimentaria diagnosticada o un trastorno gastrointestinal”.  

 

Las intervenciones dirigidas a aumentar la ingesta de frutas y verduras en niños con y sin TND se basaron principalmente en tres estrategias: modificación del comportamiento, involucramiento de los padres como agentes activos y enfoques de tratamiento multidisciplinarios.  

 

“Las estrategias de terapia más frecuentes utilizadas por los padres fueron modificaciones ambientales y de preparación de alimentos, refuerzo positivo y el uso del juego y la motivación como herramientas para obtener cambios de comportamiento en sus hijos. La modificación del comportamiento, particularmente aquellas implementadas por los padres, aumentan efectivamente el consumo de alimentos y reducen los niveles de estrés”, mencionan los expertos.  

 

De esta manera, resaltan que “las intervenciones que combinaron estas características tuvieron el mayor impacto, aumentando el disfrute de la hora de comer hasta seis meses después de la intervención”.  

 

“En el ámbito clínico, los profesionales sanitarios que trabajan con niños con TND deberían considerar intervenciones estructuradas para aumentar el consumo de frutas y verduras, involucrando a cuidadores, escuelas y terapeutas para adaptar las estrategias a las preferencias y sensibilidades sensoriales de cada niño”, recomienda el nuevo trabajo.   

 

En resumen, las intervenciones más eficaces para aumentar el consumo de frutas y verduras en niños con TND son aquellas en las que los padres, como cuidadores principales, modifican el comportamiento de sus hijos bajo la guía de un equipo multidisciplinario de profesionales de la salud. Las estrategias de intervención más utilizadas incluyen el juego, el refuerzo positivo y la modificación de la alimentación.  

 

“Nuestro resumen podría ayudar a los equipos multidisciplinarios a diseñar intervenciones para abordar los desafíos alimentarios diarios en niños con TND y garantizar que dichos enfoques se basen en evidencia actualizada”, finalizan.  

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