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Uso de la biotecnología para desarrollar probióticos como posibles alimentos funcionales

Uso de la biotecnología para desarrollar probióticos como posibles alimentos funcionales

Al aprovechar el poder de la biotecnología, los probióticos del futuro "pueden revolucionar la atención médica al promover la salud intestinal y el estado de salud de otros tejidos, mejorar la utilización de nutrientes y mitigar los trastornos gastrointestinales"
Uso de la biotecnología para desarrollar probióticos como posibles alimentos funcionales
Estos avances amplían la diversidad y la funcionalidad de las cepas probióticas disponibles.

Una dieta saludable es esencial para una buena salud y nutrición. Una dieta saludable es un factor que puede reducir los riesgos asociados con muchas enfermedades crónicas, como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y los trastornos metabólicos y genéticos como la diabetes, el síndrome metabólico y la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD).

 

Comer diversos alimentos saludables y consumir menos sal, fructosa, grasas saturadas y trans puede ser importante para que las personas susceptibles mantengan una buena salud.

 

Una dieta bien equilibrada puede proporcionar la energía adecuada y una variedad de nutrientes que apoyan prácticamente todos los procesos vitales del cuerpo que permiten permanecer sano y activo.

 

Muchos nutrientes son esenciales para el crecimiento y el desarrollo y para la reparación continua de todos los tejidos durante la renovación celular normal y después del daño tisular. Una dieta saludable contiene vitaminas, minerales y proteínas, preferiblemente una mezcla de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas y una variedad de carbohidratos complejos conocidos como fibra dietética, y se puede lograr gracias a los alimentos funcionales.

 

¿Qué son los alimentos funcionales?

 

El concepto de alimentos funcionales surgió para mejorar la calidad nutricional de la dieta más allá de la nutrición básica, reduciendo así potencialmente los riesgos asociados con las enfermedades no transmisibles.

 

Estos alimentos suelen contener compuestos bioactivos potenciales, que tienen efectos fisiológicos conocidos y posibles implicaciones clínicas en varios sistemas metabólicos del cuerpo humano.

 

Los alimentos funcionales pueden ser naturales, fortificados o mejorados y pueden brindar beneficios para la salud, como mejorar la digestión, apoyar las funciones inmunológicas o contribuir a la salud cardiovascular. 

 

De acuerdo con la Unión Internacional de Ciencia y Tecnología de los Alimentos (IUFoST), "los consumidores buscan cada vez más alimentos que sacien el hambre y contribuyan positivamente a su bienestar. Alimentos que contienen probióticos específicos, varios prebióticos, ácidos grasos omega-3 (específicamente EPA y DHA) y posiblemente una gran cantidad de antioxidantes".

 

Los alimentos funcionales representan una fusión de la nutrición y la ciencia de la salud, cuyo objetivo es optimizar el bienestar y prevenir enfermedades a través de opciones dietéticas. "A medida que la investigación continúa descubriendo nuevos compuestos bioactivos y sus efectos en el cuerpo, es probable que la gama de alimentos funcionales disponibles para los consumidores se amplíe y ofrezca opciones dietéticas más personalizadas y adaptadas a necesidades de salud específicas", explica la Unión Internacional.

 

Los probióticos en los alimentos funcionales

 

Según la Unión, "los probióticos son uno de los componentes más conocidos y populares de los alimentos funcionales". Los probióticos son microorganismos vivos (normalmente bacterias o levaduras no patógenas) que, cuando se consumen con frecuencia y en cantidades adecuadas, tienden a aportar beneficios para la salud del huésped.

 

Los probióticos se encuentran habitualmente en productos lácteos fermentados como el yogur y el kéfir (bebida láctea fermentada), en determinados suplementos dietéticos, en alimentos de origen animal (carne, miel) y vegetal, en cereales, legumbres, frutas y verduras. Pueden promover la salud intestinal creando un entorno de microbiota intestinal menos hostil. "La evidencia clínica colectiva desde los días de Elie Metchnikoff (1845-1916) sugirió que algunas cepas probióticas pueden mejorar la digestión, apoyar las funciones inmunitarias, especialmente las asociadas a las células mucosas, y potencialmente reducir los trastornos gastrointestinales, como la diarrea y las infecciones por rotavirus", asegura la IUFoST. 

 

Estudios indican que ciertas especies probióticas, como L. rhamnosus, interactúan con las células inmunes en el tejido linfoide asociado al intestino (GALT), lo que influye en las respuestas inmunitarias y las vías inflamatorias. "Esta modulación de la actividad inmunitaria sugiere posibles aplicaciones en el manejo de enfermedades inflamatorias intestinales (EII), alergias y otros trastornos relacionados con el sistema inmunitario".

 

Más allá de la salud gastrointestinal e inmunitaria, "la investigación emergente explora las implicaciones más amplias de los probióticos en la salud sistémica", indica la organización. Por ejemplo, existe un creciente interés en el papel de los probióticos en la salud metabólica, incluido su potencial para regular el metabolismo de la glucosa, los perfiles lipídicos y el peso corporal. 

 

Futuro de los probióticos

 

La IUFoST también expresa que "la integración de las innovaciones biotecnológicas con la investigación en curso en la ciencia del microbioma promete abrir nuevas fronteras en el desarrollo de probióticos". Estos avances amplían la diversidad y la funcionalidad de las cepas probióticas disponibles y allanan el camino para nuevas aplicaciones terapéuticas en la modulación inmunológica, la salud metabólica y la prevención de enfermedades.

 

Al aprovechar el poder de la biotecnología, los probióticos del futuro "pueden revolucionar la atención médica al promover la salud intestinal y el estado de salud de otros tejidos, mejorar la utilización de nutrientes y mitigar los trastornos gastrointestinales, mejorando así el bienestar general y la calidad de vida de las personas en todo el mundo".

 

Además, la ingeniería genética y los probióticos son prometedores en la nutrición personalizada, donde las cepas se pueden adaptar para abordar necesidades de salud específicas según el perfil genético y microbiológico de un individuo. "Este enfoque personalizado de los probióticos puede conducir a tratamientos y medidas preventivas más eficaces contra un espectro de afecciones de salud", señala la Unión. 

 

Biotecnología para el desarrollo de probióticos futuros


En línea con la IUFoST, "la biotecnología es una herramienta muy prometedora para el desarrollo de probióticos en el futuro a través de una variedad de aplicaciones innovadoras".  Una de las áreas clave en las que la biotecnología sobresale es la selección y mejora de cepas. Los avances en la secuenciación genómica y la bioinformática permiten a los investigadores identificar y caracterizar cepas microbianas con propiedades probióticas específicas.

 

Estos conocimientos sobre la composición genética de los probióticos "permiten realizar modificaciones genéticas utilizando herramientas de la biología sintética, donde se pueden insertar, eliminar o modificar los genes responsables de los rasgos deseados para mejorar la funcionalidad probiótica". Por ejemplo, las cepas probióticas se pueden diseñar para expresar enzimas que metabolicen componentes dietéticos o productos farmacéuticos, lo que podría mejorar la absorción de nutrientes en el intestino.  

 

Además, la biotecnología "facilita el desarrollo de sistemas de administración avanzados que protegen a los probióticos de las duras condiciones gástricas y garantizan su liberación controlada en el intestino". Técnicas como la microencapsulación, la nanoencapsulación o la inclusión en matrices poliméricas proporcionan barreras protectoras que aumentan la viabilidad probiótica durante el almacenamiento y el tránsito a través del tracto digestivo, mejorando su eficacia terapéutica.

Las formulaciones probióticas desarrolladas "también se pueden adaptar para liberar probióticos en respuesta a señales ambientales específicas en el intestino, optimizando su biodisponibilidad e interacción con la microbiota del huésped independientemente de sus sitios críticos en el huésped, en particular los humanos". 

 

Además de la modificación de cepas y la optimización de la administración, la biotecnología desempeña un papel crucial para garantizar la seguridad y la eficacia de los probióticos. "A través de evaluaciones de seguridad integrales y ensayos clínicos, los biotecnólogos pueden evaluar los impactos de los probióticos en la salud de diversas poblaciones, identificar posibles efectos adversos y refinar las formulaciones para obtener el máximo beneficio". Entre las evaluaciones de seguridad, los probióticos se pueden probar para determinar patrones de resistencia a los antibióticos, producción de toxinas y actividad hemolítica.

 

De igual forma, las herramientas biotecnológicas permiten a los investigadores monitorear las interacciones entre probióticos y huésped a nivel molecular utilizando enfoques ómicos (genómica, proteómica, metabolómica), lo que proporciona información sobre cómo los probióticos influyen en la composición de la microbiota intestinal y las respuestas inmunitarias del huésped. "Esta comprensión mecanicista respalda el desarrollo de probióticos adaptados a condiciones de salud específicas o perfiles de microbioma personalizados, lo que promueve el concepto de medicina probiótica de precisión adaptada a las necesidades individuales", concluye la Unión Internacional de Ciencia y Tecnología de los Alimentos. 

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