La diabetes mellitus tipo 2 (DM2) es un trastorno metabólico crónico con una prevalencia global en rápido aumento. Se caracteriza principalmente por resistencia a la insulina, disfunción de las células β y alteración de la homeostasis de la glucosa.
Por ende, investigaciones recientes sugieren que los flavonoides, un grupo diverso de polifenoles de origen vegetal, podrían ofrecer potencial terapéutico en el manejo de la DM2. Estos compuestos ejercen efectos antidiabéticos a través de múltiples mecanismos, como la mejora de la sensibilidad a la insulina, la potenciación de la función de las células β, la modulación de la microbiota intestinal, la inhibición de la gluconeogénesis y la regulación de las hormonas enteroendocrinas.
Esta revisión explora el papel de los flavonoides en el tratamiento de la DM2, con especial atención a su impacto en el sistema enteroendocrino.
Los flavonoides se clasifican en varias subclases según su estructura química, incluyendo flavonoles, flavanonas, flavonas, flavan-3-oles, isoflavonas y antocianinas. Estos compuestos son abundantes en frutas, verduras, té y plantas medicinales. Tras la ingestión, los flavonoides experimentan un metabolismo extenso que implica hidrólisis, degradación microbiana y biotransformación en el hígado.
La biodisponibilidad de los flavonoides está influenciada por su glicosilación, la composición de la matriz alimentaria y la interacción con la microbiota intestinal. Estudios indican que flavonoides específicos, como la quercetina, las antocianinas y el galato de epigalocatequina (EGCG), se absorben eficientemente y ejercen efectos metabólicos beneficiosos.
Los flavonoides mejoran las vías de señalización de la insulina al aumentar la fosforilación del sustrato 1 del receptor de insulina (IRS-1) y activar la proteína quinasa activada por AMP (AMPK). Se ha demostrado que ciertos flavonoides, como el cianidina-3-O-glucósido, mejoran la captación de glucosa en los adipocitos y las células del músculo esquelético. Además, estimulan la secreción de insulina al promover la función de las células β pancreáticas y reducir la apoptosis de estas células inducida por el estrés oxidativo.
Los flavonoides inhiben enzimas clave implicadas en la producción hepática de glucosa, como la glucosa-6-fosfatasa y la fosfoenolpiruvato carboxiquinasa (PEPCK). La baicalina y la epicatequina suprimen la gluconeogénesis a través de las vías PI3K/Akt y AMPK, reduciendo así la producción hepática de glucosa. Además, los flavonoides regulan la expresión del transportador de glucosa, facilitando su captación en los tejidos periféricos.
La microbiota intestinal desempeña un papel fundamental en el metabolismo de la glucosa y la fisiopatología de la diabetes tipo 2. Los flavonoides promueven la diversidad del microbioma intestinal y potencian el crecimiento de bacterias beneficiosas, a la vez que suprimen los microbios patógenos. Influyen en los metabolitos derivados de los microbios, como los ácidos grasos de cadena corta (AGCC), que mejoran la sensibilidad a la insulina y modulan la secreción de hormonas intestinales.
El sistema enteroendocrino, compuesto por células intestinales secretoras de hormonas, regula la homeostasis de la glucosa mediante diversos péptidos, como el péptido similar al glucagón-1 (GLP-1), el polipéptido insulinotrópico dependiente de la glucosa (GIP), el péptido YY (PYY) y la colecistoquinina (CCK). Se ha descubierto que los flavonoides influyen en la secreción y la actividad de estas hormonas, contribuyendo a un mejor control glucémico.
El GLP-1 y el GIP son hormonas incretinas que estimulan la secreción de insulina e inhiben la liberación de glucagón. Varios flavonoides, como la quercetina y la hesperidina, potencian la secreción de GLP-1 por las células L, prolongando así la acción de las incretinas. Además, los flavonoides inhiben la dipeptidil peptidasa-4 (DPP-4), la enzima responsable de la degradación de las incretinas, lo que produce una actividad incretínica sostenida y mejores efectos insulinotrópicos.
Los flavonoides regulan las hormonas intestinales relacionadas con la saciedad, como el PYY y la CCK, que contribuyen al control del apetito y al control del peso en la diabetes mellitus tipo 2. Se ha demostrado que las procianidinas y las epicatequinas aumentan la secreción de PYY, lo que resulta en una menor ingesta de alimentos y mejores resultados metabólicos. Además, flavonoides como la catequina y el resveratrol modulan la secreción de CCK, lo que contribuye a ralentizar el vaciamiento gástrico y mejorar los niveles de glucosa posprandial.
La aplicación terapéutica de los flavonoides en el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2 es prometedora, pero persisten desafíos en cuanto a su biodisponibilidad, optimización de la dosis y eficacia a largo plazo. Las investigaciones futuras deberían centrarse en ensayos clínicos que evalúen la eficacia de flavonoides específicos en el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2. Además, el desarrollo de nuevas formulaciones basadas en flavonoides, como nanopartículas y suplementos encapsulados, podría mejorar su estabilidad y absorción. Investigar los efectos sinérgicos de los flavonoides con los medicamentos antidiabéticos existentes podría ampliar aún más su utilidad clínica.
Los flavonoides representan una prometedora clase de compuestos naturales con potenciales beneficios en el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2 (DM2) gracias a sus efectos sobre la sensibilidad a la insulina, el metabolismo de la glucosa, la microbiota intestinal y la regulación de las hormonas enteroendocrinas. Su capacidad para modular la secreción de GLP-1, GIP, PYY y CCK destaca su relevancia para la salud metabólica. Si bien se necesitan más estudios para determinar las dosis óptimas y sus aplicaciones clínicas, los flavonoides ofrecen una prometedora estrategia complementaria para el manejo de la DM2 y la mejora de la salud metabólica general.