El tamaño corporal y el sobrepeso, evaluados convencionalmente mediante el índice de masa corporal (IMC), son factores de riesgo bien establecidos para muchos tipos de cáncer. Sin embargo, una nueva investigación, que se presentará en el Congreso Europeo de Obesidad de este año -que se celebra del 11 al 14 de mayo en Málaga-, muestra que la circunferencia de la cintura (CC) es un marcador de riesgo más potente que el IMC para el desarrollo de cánceres relacionados con la obesidad en hombres, pero no en mujeres.
El estudio ha sido realizado en Suecia por los doctores Ming Sun, Josef Fritz y Tanja Stocks, entre otros colegas, y ha analizado datos de 339.190 personas de diversas poblaciones suecas que se sometieron a evaluaciones de salud con el índice de masa corporal y la circunferencia de la cintura, entre los años 1981 y 2019 (61 % medidos objetivamente, 39 % autodeclarados, y una edad media de 51,4 años). Los diagnósticos de cáncer se obtuvieron del Registro Sueco de Cáncer.
Los cánceres asociados a la obesidad se definieron como aquellos para los cuales la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) ha concluido que existe evidencia suficiente para estar vinculados a la obesidad, incluyendo cánceres de esófago (adenocarcinoma), gástrico (cardias), colon, recto, hígado/conductos biliares intrahepáticos, vesícula biliar, páncreas, mama (posmenopáusica), endometrio, ovario, carcinoma de células renales, meningioma, mieloma múltiple tiroides y mieloma múltiple.
Los autores calcularon los riesgos relativos asociados a estos cánceres con la circunferencia de cintura (CC) y el IMC, considerando múltiples factores que podrían influir en los resultados, como la edad, el tabaquismo y factores sociodemográficos, como el nivel educativo, los ingresos, el país de nacimiento y el estado civil.
Dado que la circunferencia de la cintura es más difícil de medir con precisión y consistencia que el índice de masa corporal (IMC), sus valores tienden a variar más. Por ello, para garantizar una comparación fiable, los investigadores ajustaron los errores de medición tanto de la CC como del IMC.
Este ajuste permite que los riesgos relativos calculados de la circunferencia de cintura y el índice de masa corporal sean más fáciles de comparar. Finalmente, dado que la CC y el IMC se miden en escalas diferentes (1 desviación estándar [DE] = 3,7 y 4,3 kg/m² para el IMC en hombres y mujeres, respectivamente, y 10,8 y 11,8 cm para la CC en hombres y mujeres, respectivamente), el cálculo de los riesgos relativos por cada incremento de 1 DE garantiza que los incrementos de la CC y el IMC representen magnitudes comparables, lo que permite una comparación directa de sus riesgos relativos asociados.
Durante un seguimiento de una media de 14 años, se registraron 18.185 cánceres relacionados con la obesidad. En los hombres, un aumento de la circunferencia de la cintura (CC) de aproximadamente 11 cm (p. ej., comparando una CC de 100,8 cm con una de 90 cm) se asoció con un 25 % más de riesgo de desarrollar cánceres relacionados con la obesidad. En comparación, un aumento del IMC de 3,7 kg/m² (p. ej., comparando un IMC de 27,7 kg/m² con uno de 24 kg/m²) correspondió a un aumento del 19 % en el riesgo.
Además, tras considerar el índice de masa corporal, una CC alta siguió siendo un factor de riesgo de cáncer relacionado con la obesidad en los hombres. Esto sugiere que el riesgo elevado asociado con la adiposidad abdominal es específico y no se explica únicamente por el tamaño corporal elevado, medido por el IMC.
Entre las mujeres, las asociaciones fueron más débiles y similares tanto para la circunferencia de la cintura como para el IMC. Por ejemplo, tanto un aumento de aproximadamente 12 cm en la circunferencia de la cintura (p. ej., comparando una circunferencia de la cintura de 91,8 cm frente a 80,0 cm) como un aumento de 4,3 kg/m² en el IMC (p. ej., un IMC de 28,3 kg/m² frente a 24 kg/m²) se asociaron con un 13 % más de riesgo de desarrollar cánceres relacionados con la obesidad.
Por tanto, los autores detallan lo siguiente: “El IMC mide el tamaño corporal, pero no proporciona información sobre la distribución de la grasa, mientras que la circunferencia de la cintura es un indicador indirecto más estrechamente relacionado con la adiposidad abdominal. Esta distinción es crucial porque la grasa visceral, que se acumula alrededor de los órganos abdominales, es más activa metabólicamente y se ha relacionado con consecuencias adversas para la salud, como la resistencia a la insulina, la inflamación y los niveles anormales de grasa en sangre. En consecuencia, las personas con IMC similares pueden tener distintos riesgos de cáncer debido a las diferencias en la distribución de la grasa”.
Sobre la diferencia entre hombres y mujeres, exclaman que “una explicación plausible es que los hombres son más propensos a almacenar grasa visceral, mientras que las mujeres generalmente acumulan más grasa subcutánea y periférica”. En consecuencia, “la circunferencia de la cintura es una medida más precisa de la grasa visceral en hombres que en mujeres”. Así, la circunferencia de la cintura podría ser un factor de riesgo de cáncer más importante en hombres.
Asimismo, los investigadores de este estudio, que ya está publicado, sugieren que “incluir la circunferencia de la cadera en los modelos de riesgo puede proporcionar más información sobre esta diferencia sexual y reforzar la asociación entre la circunferencia de la cintura y el cáncer, especialmente en mujeres; esto se debe a que, especialmente en mujeres, la combinación de la circunferencia de la cintura y la circunferencia de la cadera proporciona una mejor estimación de la grasa visceral que la circunferencia de la cintura por sí sola”.
Además, los autores explican que las investigaciones han indicado que la adiposidad, especialmente la central, produce mayores concentraciones de insulina circulante en hombres que en mujeres. Esto también podría explicar en parte por qué la circunferencia de cintura (CC) se asocia más fuertemente con el riesgo de cáncer en hombres.
“La divergencia en la relación entre la circunferencia de cintura y el IMC con el riesgo de cáncer entre hombres y mujeres subraya la complejidad del impacto de la adiposidad en el desarrollo del cáncer. Esto sugiere que considerar las diferencias biológicas y fisiológicas entre los sexos podría ser útil al evaluar el riesgo de cáncer. Se necesita más investigación para explorar estas diferencias de género”, advierte.
Así, concluyen que este estudio “proporciona evidencia de que la circunferencia de la cintura es un factor de riesgo más importante que el IMC para los cánceres relacionados con la obesidad en hombres, pero no en mujeres. Además, la circunferencia de la cintura parece proporcionar información de riesgo adicional a la que proporciona el IMC en hombres. La menor contribución de la circunferencia de la cintura, más allá de la del índice de masa corporal en mujeres, podría deberse a interacciones específicas del sexo con medidas de adiposidad, como las hormonas sexuales, en el riesgo de cáncer relacionado con la obesidad, o a diferencias en cómo la circunferencia de la cintura y el IMC reflejan la grasa corporal en hombres y mujeres. Futuras investigaciones que incorporen medidas más precisas de adiposidad, junto con datos exhaustivos sobre posibles factores de confusión, podrían dilucidar mejor la relación entre la distribución de la grasa corporal y el riesgo de cáncer”.