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Experta analiza la controversia de la soja: ¿aliada o enemiga de la dieta?

Experta analiza la controversia de la soja: ¿aliada o enemiga de la dieta?

Paulina M. Leszczynska ha asegurado que el consumo de soja de 1-3 veces al día, ya sea en forma de tofu, tempeh, edamame o bebida de soja, es seguro y forma parte de una dieta saludable y equilibrada
Experta analiza la controversia de la soja: ¿aliada o enemiga de la dieta?
Paulina M. Leszczynska, dietista-nutricionista especializada en nutrición vegetal y secretaria de la Sociedad Española de Nutrición y Medicina Responsables (SENUMER).

Este mes, los periódicos se llenaron de titulares que señalaban a la soja como "el nuevo villano de la alimentación pública", tras una recomendación de la Agencia de Seguridad Sanitaria de la Alimentación, del Medio Ambiente y del Trabajo de Francia. Esta entidad sugirió "eliminar progresivamente la soja y sus derivados de los menús de restauración colectiva, como los de escuelas, hospitales y residencias de mayores, debido a su preocupación por los niveles actuales de consumo de isoflavonas". 

 

Las isoflavonas son compuestos naturales presentes en las plantas, siendo la soja y sus derivados, como el tofu, el tempeh, el edamame o las bebidas de soja, fuentes especialmente ricas. Pertenecen al grupo de los fitoestrógenos, sustancias con una estructura química similar a la del estrógeno, una hormona que produce naturalmente el cuerpo humano. "Debido a esta similitud estructural, las isoflavonas pueden unirse a los receptores de estrógeno del organismo, es decir, a las partes de nuestras células que responden a dicha hormona. No obstante, su efecto no es idéntico al del estrógeno. Dependiendo del tipo de tejido con el que interactúen, las isoflavonas pueden imitar los efectos del estrógeno o, por el contrario, bloquearlos", ha explicado Paulina M. Leszczynska, dietista-nutricionista especializada en nutrición vegetal y secretaria de la Sociedad Española de Nutrición y Medicina Responsables (SENUMER). 

 

¿Cómo llegó ANSES a esta recomendación? "Para empezar, la agencia definió los valores de referencia toxicológicos (TRVs), es decir, la cantidad máxima de isoflavonas que podría consumirse al día sin representar un riesgo para la salud. El límite establecido es tan bajo que con solo beber un vaso pequeño de 100ml de bebida de soja se superaría cinco veces. Luego, ANSES comparó sus TRVs con los registros dietéticos reales de la población francesa para comprobar si se estaban sobrepasando esos niveles, y efectivamente, concluyó que así era. La conclusión de ANSES es que una exposición frecuente y realista a las isoflavonas de soja podría suponer un riesgo para la salud pública en Francia. Por ello, recomienda que la población francesa (especialmente los grupos vulnerables como los niños antes de la pubertad, las mujeres en edad fértil y las embarazadas) limiten su ingesta diaria de isoflavonas de soja", ha expresado Leszczynska. 

 

Consideraciones para interpretar las recomendaciones del gobierno sobre el consumo de soja

 

Sin embargo, de acuerdo con la dietista, hay importantes consideraciones a tener en cuenta a la hora de interpretar las conclusiones de la agencia francesa:

 

Los valores de referencia toxicológicos se basan en estudios con animales, extrapolados para estimar niveles seguros en humanos.

 

ANSES utilizó datos procedentes de estudios realizados sobre todo en ratas, pero estos animales metabolizan las isoflavonas de forma muy diferente a los humanos.

 

Las dosis de isoflavonas administradas a las ratas son a menudo muy elevadas y no representativas de una dieta humana real.

 

Ante la incertidumbre, ANSES adoptó un enfoque de extrema precaución, centrado únicamente en la evaluación de riesgos, sin tener en cuenta los múltiples beneficios para la salud de las isoflavonas.

 

"Hasta la fecha, ninguna otra guía alimentaria oficial a nivel mundial desaconseja el consumo de soja a la población general", ha aclarado Leszczynska. De hecho, varios países promueven las proteínas vegetales, incluida la soja, como parte de una dieta saludable. Entre ellos se encuentran Austria, Australia, Canadá, los Países Bajos, el Reino Unido y Estados Unidos. Por su parte, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) evaluó la seguridad del consumo de isoflavonas y apuntó que los datos disponibles en humanos no indican ningún efecto perjudicial derivado de una posible interacción de las isoflavonas con las vías endocrinas.

 

"La seguridad y los beneficios para la salud de la soja y sus isoflavonas se han investigado rigurosamente durante más de 25 años", ha puntualizado la nutricionista. "En tan solo los últimos cinco años, rigurosos metaanálisis de estudios en humanos en humanos han confirmado que el consumo de soja aporta beneficios en cuanto a":

 

Salud cardiovascular: reduce el colesterol LDL y los triglicéridos, disminuye la presión arterial, mejora la función endotelial y la elasticidad arterial, puede ayudar a reducir la inflamación (medida por proteína C reactiva) y puede reducir el riesgo de enfermedades coronarias.

 

Salud ósea: las isoflavonas pueden ralentizar la pérdida ósea y mejorar la densidad de la masa ósea de los huesos, especialmente en mujeres con osteopenia (este resultado se confirmó en 2024 mediante una revisión paraguas exhaustiva de metanálisis de ensayos controlados aleatorizados, el nivel de evidencia científica más alto posible).

 

Prevención del cáncer: puede reducir el riesgo de cáncer de mama; en pacientes con cáncer de mama, puede mejorar el pronóstico; y puede reducir el riesgo de cáncer de próstata y ralentizar el aumento del antígeno prostático. 

 

Salud mental: puede aliviar los síntomas depresivos, especialmente en mujeres en la menopausia.

 

Función renal: en personas con enfermedad renal, puede mejorar los marcadores como la creatinina y el fósforo en sangre, y reducir la inflamación y la proteinuria; y puede mejorar la nefropatía diabética gracias a la reducción de la proteinuria, el nitrógeno ureico en sangre, la inflamación, la dislipemia y la glucemia.

 

Fertilidad y hormonas: no afecta negativamente a la fertilidad en las mujeres, e incluso puede tener un efecto beneficioso; no disminuye la testosterona ni aumenta el estrógeno en los hombres, independientemente de la dosis y la duración del estudio; y en contra de la creencia popular, incluso entre los profesionales de la salud, los estudios han concluido que ni los alimentos a base de soja ni las isoflavonas justifican su clasificación como alteradores endocrinos.

 

¿Las isoflavonas realmente actúan como una hormona en el cuerpo humano? 

 

Leszczynska ha expuesto que, en enero de 2025, la revista Advances in Nutrition publicó un estudio que investiga a fondo si las isoflavonas de soja tienen una acción hormonal estrogénica en condiciones reales. "Se trata de una revisión sistemática y metaanálisis de ensayos controlados aleatorizados en humanos, el nivel de evidencia científica más alto disponible. Los autores analizaron 40 ensayos clínicos que incluían un total de 3.285 mujeres que, durante al menos tres meses, recibieron una media de 75 mg diarios de isoflavonas de soja, en forma de cápsulas o alimentos".

 

El análisis se centró en cuatro indicadores clave de estrogenicidad: el grosor endometrial, el índice de maduración vaginal, los niveles de la hormona folículo estimulante (FSH) y los niveles circulantes de estradiol. Estos marcadores se seleccionaron por su estrecha relación con los efectos del estrógeno en el cuerpo humano.

 

"Los resultados revelaron que el consumo de isoflavonas no generó cambios significativos en ninguno de los parámetros de estrogenicidad. Específicamente, no se observaron aumentos en el grosor del endometrio ni en los niveles de estradiol, ni disminuciones en FSH, como cabría esperar si las isoflavonas actuaran como el estrógeno humano", ha comentado la secretaria.

 

Incluso cuando se realizaron análisis de sensibilidad y subgrupos para examinar factores como la edad, la duración del estudio, la dosis administrada o el tipo de intervención, los resultados se mantuvieron consistentes. "Estos resultados respaldan la hipótesis de que las isoflavonas de soja no tienen una acción estrogénica clásica, sino que más bien actúan como moduladores selectivos de los receptores de estrógeno (SERMs), con efectos diferenciados según el tejido. Por tanto, aunque las isoflavonas pueden aliviar los síntomas de la menopausia o mejorar la salud ósea, no deberían considerarse equivalentes a la terapia de reemplazo hormonal ni temerse por su potencial efecto cancerígeno", ha señalado. 

 

Paulina M. Leszczynska señala que "la soja es una excelente fuente de proteína vegetal de alta calidad, muy versátil, económica y con bajo impacto ambiental. Sin embargo, su consumo es muy bajo en los países occidentales, en parte por el temor a sus supuestos efectos hormonales, como evidencia la reciente actuación de la agencia francesa. La evidencia científica más reciente contribuye a desmontar esos mitos, y, lejos de justificar restricciones, respalda que el consumo de soja de 1-3 veces al día, ya sea en forma de tofu, tempeh, edamame o bebida de soja, es seguro y forma parte de una dieta saludable y equilibrada".

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