Las personas que comen más a menudo junto a otras personas tienden a estar más satisfechas con sus vidas y son más propensas a expresar emociones positivas, según ha concluido un estudio de World Happiness Report. Así, los autores del hallazgo explican que comer en compañía influye en la felicidad tanto como los ingresos o la situación laboral, independientemente de la edad, el género, el país, la cultura y la religión.
Esto es importante en un contexto en el que la tendencia creciente es la de comer solo. "Me sorprende que este aumento sea tan claro y severo", afirma Micah Kaats, uno de los autores del informe.
Si bien el estudio muestra una fuerte correlación entre el número de comidas compartidas y la felicidad, no especifica si realmente comer en compañía causa la felicidad o si las personas felices tienden a comer más con otros. Sin embargo, “con toda probabilidad, apostaría a que ambas cosas son ciertas", apunta Kaats, aunque "determinar cuál de estos factores es más fuerte es, sin duda, una tarea para futuras investigaciones".
La correlación en sí misma es un avance importante para el campo, afirma el investigador de este estudio, pues la felicidad es difícil de medir. En este punto explica que, cuando piden a alguien que se califique del 1 al 10 en una escala de felicidad, es difícil determinar con precisión qué podría significar un 1 o un 10 para una persona.
Si bien estas medidas subjetivas pueden ser valiosas para los expertos y los responsables políticos, los investigadores suelen utilizar como indicadores indirectos algunos aspectos como los ingresos, las primas de seguros y otros factores que han demostrado una fuerte correlación con el bienestar. Sin embargo, estos factores en sí mismos son también difíciles de medir.
"Mucha gente no quiere declarar sus ingresos", afirma Kaats, quien anota que los que sí quieren declarar sus ingresos “son un grupo selecto". Por tanto, es difícil determinar con precisión el nivel exacto de ingresos, así como es complicado compararlos entre países y a lo largo del tiempo.
Ahora bien, lo que sí es fácil de registrar es el número de comidas junto a otros. Ante la pregunta de “¿Ayer almorzaste o cenaste con alguien que conoces?”, Kaats espera encontrarle una utilidad a la respuesta junto con otros indicadores objetivos, vinculados a la conexión social, que se utilizan para medir conceptos amorfos como la felicidad y la confianza social.
En futuras investigaciones, el investigador espera determinar si, efectivamente, las personas se vuelven más felices cuando comparten más comidas. Sin embargo, Kaats opina que la mera correlación entre las comidas en compañía y la felicidad es importante en sí misma. "Si quiero saber sobre tu bienestar, me resulta mucho más informativo saber cuántas comidas compartiste con otras personas la semana pasada que cuánto dinero ganas", afirma, "así que, sea cual sea la dinámica causal, esto parece importante e interesante y merece un estudio más profundo".
Además, a medida que el aislamiento social y la salud mental se van agravando, las comidas compartidas podrían ser tanto un indicador importante de bienestar como una fuente de intervención política. “No podemos resolver todos los problemas a la vez”, comenta Kaats, “pero si logramos que la gente comparta más comidas, y eso mejore su bienestar, es un buen punto de partida”.