En un estudio reciente publicado en la revista Health Science Reports, los investigadores evaluaron las asociaciones entre la adherencia a la dieta mediterránea (DM) y el riesgo de cáncer de mama.
El cáncer de mama es un problema importante de salud pública, ya que representa una proporción considerable de los diagnósticos de cáncer en mujeres. Por ello, explorar estrategias de prevención eficaces sigue siendo crucial, centrándose en factores del estilo de vida, como la dieta.
La dieta mixta ha suscitado un gran interés en la investigación debido a su asociación con beneficios para la salud. Es ampliamente reconocida por sus posibles efectos protectores contra diversas enfermedades crónicas, como las cardiovasculares y el cáncer. Además, los estudios sugieren una relación inversa entre la adherencia a la dieta mixta y el riesgo de cáncer de mama, aunque persisten algunas inconsistencias. Los mecanismos subyacentes a esta relación podrían incluir las propiedades antiinflamatorias y antioxidantes de la dieta, así como factores hormonales, especialmente en mujeres posmenopáusicas.
En el presente estudio, los investigadores examinaron la evidencia sobre la relación entre la DM y el riesgo de cáncer de mama. Primero, se buscaron en las bases de datos PubMed, Scopus y Web of Science estudios de casos y controles y de cohortes que examinaran la adherencia a la DM y su asociación con el riesgo de cáncer de mama. También se reportaron estimaciones de riesgo mediante razones de probabilidades (odds), razones relativas (RR) o razones de riesgos instantáneos (hazard ratios).
Se excluyeron los estudios que carecían de datos cuantitativos, los estudios no originales (p. ej., revisiones) y aquellos que incluían otros patrones dietéticos. A continuación, se extrajeron los datos relevantes de los estudios, como el tamaño de la muestra, las características de los participantes (edad, estado menopáusico), los métodos y la duración de la evaluación dietética, el consumo de alcohol y las estimaciones de riesgo. La calidad de los estudios incluidos se evaluó mediante la Escala de Newcastle-Ottawa (NOS).
Además, el metanálisis se realizó combinando las estimaciones de riesgo comparando los niveles más bajos y más altos de adherencia a la dieta mediterránea. La heterogeneidad se evaluó mediante el estadístico I-cuadrado, y el sesgo de publicación se examinó mediante gráficos de embudo y la prueba de Begg. Asimismo, el equipo realizó análisis de subgrupos por diseño del estudio, regiones y estado menopáusico para analizar si estas variables modificaban las estimaciones de riesgo. Los investigadores también realizaron análisis de sensibilidad para evaluar la solidez de sus hallazgos y examinaron el impacto de ajustar el consumo de alcohol, un componente de la dieta mediterránea cuyo papel en el riesgo de cáncer de mama es controvertido.
La búsqueda exhaustiva en la base de datos arrojó 2.189 registros. Tras la deduplicación y la selección de títulos y resúmenes, se revisaron los textos completos de 43 estudios, lo que resultó en la inclusión de 31. Estos incluyeron 19 estudios de casos y controles y 12 estudios de cohorte publicados entre 2006 y 2023. Los participantes tenían entre 20 y 104 años en todos los estudios.
La calidad de los estudios incluidos fue generalmente alta, con estudios de casos y controles y de cohortes que obtuvieron puntuaciones de tres a nueve y de seis a nueve en la escala de puntuación de necesidades (NOS), respectivamente. El metanálisis indicó una asociación significativa entre la adherencia a la medicación y un menor riesgo de cáncer de mama en general, con una heterogeneidad considerable entre los estudios. Sin embargo, en el caso de las mujeres premenopáusicas, no se observó una reducción significativa del riesgo, con cierta heterogeneidad entre los estudios.
En cambio, en las mujeres posmenopáusicas, se observó una disminución significativa del riesgo de cáncer de mama asociada a la adherencia a la DM, con una heterogeneidad moderada. Además, los estudios de cohorte con menos de 20 años y más de seguimiento no mostraron diferencias significativas en el riesgo de cáncer de mama. Por región geográfica, los estudios realizados en Asia mostraron las asociaciones más sólidas entre la adherencia a la DM y el riesgo de cáncer de mama.
Los estudios europeos mostraron asociaciones moderadas, mientras que los estudios estadounidenses presentaron asociaciones insignificantes. En los estudios de cohorte, en mujeres premenopáusicas, la DM no tuvo efecto sobre el riesgo de cáncer de mama; asimismo, la asociación marginal en los estudios de casos y controles pareció sobreestimarse. Por región, las mujeres premenopáusicas no presentaron una reducción significativa del riesgo en Asia, América ni Europa.
En estudios de cohorte, en mujeres posmenopáusicas se observó una modesta disminución del riesgo de cáncer de mama asociada con la adherencia a la medicación combinada, mientras que en estudios de casos y controles se observó un mayor efecto protector. Además, se observó una reducción moderada del riesgo en mujeres europeas, una reducción más débil e insignificante en mujeres estadounidenses, y una asociación más sólida en mujeres asiáticas.
El análisis también encontró que incluir o excluir el alcohol como componente de la dieta mediterránea influyó en la magnitud de la reducción del riesgo en algunos subgrupos, especialmente entre las mujeres posmenopáusicas, lo que destaca el papel complejo y aún debatido del alcohol en la prevención del cáncer de mama.
Un análisis de sensibilidad de tipo "dejar un valor fuera" no encontró estudios atípicos, lo que respalda la solidez de los hallazgos.
Las limitaciones del estudio incluyen diferencias en los hallazgos entre los estudios de cohorte y de casos y controles. Si bien estos últimos generalmente muestran una asociación más sólida, también presentan un mayor riesgo de sesgo de memoria y otras dificultades metodológicas. Además, las variaciones en la definición e implementación de la dieta mediterránea en las distintas regiones, a menudo debido a factores culturales, podrían haber contribuido a la inconsistencia de los resultados. Los autores señalan que futuras investigaciones deberían considerar los subtipos de cáncer de mama, el estado de los receptores hormonales, las predisposiciones genéticas y los factores relacionados con el estilo de vida para comprender mejor el posible papel protector de la dieta mediterránea.
En resumen, los hallazgos del metanálisis indican una reducción del 13 % en el riesgo de cáncer de mama asociado con la adherencia a la dieta MD, especialmente en mujeres posmenopáusicas. No se observaron efectos significativos en mujeres premenopáusicas. Geográficamente, las poblaciones asiáticas presentaron los mayores efectos protectores, con asociaciones moderadas en europeas y estadounidenses. Si bien estos resultados sugieren que la dieta MD puede ser una dieta prometedora para prevenir el cáncer de mama, los autores enfatizan la necesidad de realizar estudios adicionales bien diseñados en diversas poblaciones y regiones, considerando la complejidad de la composición de la dieta y otros factores de riesgo.