Una nueva investigación muestra que, en pacientes con psoriasis, aunque su piel responda bien al tratamiento con fármacos biológicos, la inflamación puede persistir, lo que conlleva consecuencias más amplias para la salud, como la obesidad y la enfermedad cardiovascular y del hígado graso. Los hallazgos del estudio publicado en el Journal of Investigative Dermatology (JID), por Elsevier, podrían conducir a tratamientos más específicos y eficaces que aborden los aspectos sistémicos de la psoriasis, más allá de la piel.
La inflamación crónica sistémica se ha relacionado con diversas enfermedades que, en conjunto, representan las principales causas de discapacidad y mortalidad a nivel mundial, como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la diabetes mellitus, la enfermedad renal crónica, la enfermedad del hígado graso no alcohólico y las enfermedades autoinmunes y neurodegenerativas.
La psoriasis, con su naturaleza inflamatoria sistémica, su alta carga de aterosclerosis y el uso frecuente de fármacos biológicos, podría proporcionar un marco valioso para el estudio de la inflamación residual. Antes del presente estudio, no se contaba con una evaluación exhaustiva de este concepto.
El investigador principal, Dr. Álvaro González-Cantero, del Departamento de Dermatología del Hospital Universitario Ramón y Cajal y de la Facultad de Medicina de la Universidad Francisco de Vitoria (Madrid), afirma que "los pacientes con psoriasis tienen una esperanza de vida reducida debido a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. Para comprender mejor este hecho, quisimos explorar la psoriasis como enfermedad sistémica y sus implicaciones sanitarias más amplias".
Este estudio observacional prospectivo evaluó la inflamación residual en 209 pacientes con psoriasis de tres cohortes internacionales (España, EE. UU. y Suecia) que alcanzaron una puntuación ≤ 2 en el Índice de Gravedad del Área de Psoriasis (PASI), lo que indica psoriasis leve o ausente con terapia biológica estable.
Los hallazgos clave revelaron que la inflamación residual estaba presente en el 36,3 % de estos pacientes y se asoció significativamente con un mayor IMC, enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica (MASLD), mayor inflamación sistémica basal y mayor tejido adiposo.
El Dr. González-Cantero explica que "nuestro estudio ofrece nuevos conocimientos sobre el manejo de la psoriasis al caracterizar la inflamación residual en pacientes sometidos a terapia biológica en tres cohortes internacionales independientes. Esto cobra especial importancia ahora, ya que pone de relieve que, a pesar de lograr una buena respuesta cutánea con los biológicos, un subgrupo significativo de pacientes, predominantemente aquellos con obesidad (especialmente obesidad central), mayor inflamación sistémica y orgánica basal (como se observa mediante PET/CT), aumento del tejido adiposo subcutáneo y visceral, y marcadores de MASLD, continúan presentando inflamación residual. Esto subraya la necesidad crucial de abordar la carga inflamatoria sistémica más allá de los síntomas cutáneos en la psoriasis, lo que podría requerir intervenciones dirigidas a la obesidad y la disfunción metabólica para mejorar la evolución general de los pacientes".
La coautora principal, Dra. Alba Lecumberri, del Departamento de Dermatología del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, señala que "la fuerte asociación identificada entre la inflamación residual y la obesidad, en particular la obesidad central y los marcadores de inflamación hepática, sugiere que estos pacientes podrían beneficiarse de una evaluación y un tratamiento más intensivos del riesgo cardiovascular. Esto podría implicar una monitorización más estrecha de marcadores inflamatorios, como la proteína C reactiva de alta sensibilidad, así como de parámetros relacionados con la salud hepática, mediante la integración de modificaciones del estilo de vida o estrategias de control de peso, lo que podría conducir a una detección e intervención más tempranas de las comorbilidades asociadas".
En su comentario sobre el estudio, el reconocido experto Michael Garshick, MD, MBBS, del Departamento de Medicina de la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York, añade que "esta investigación pone de relieve el elevado riesgo cardiovascular en pacientes con psoriasis y que los dermatólogos (y reumatólogos) deben ser pioneros en el reconocimiento de las preocupaciones cardiometabólicas y cardiovasculares en la población de pacientes con psoriasis. Una prueba de proteína C reactiva de alta sensibilidad puede utilizarse para refinar la evaluación de qué pacientes con psoriasis podrían ser candidatos a tratamientos de reducción de lípidos y pérdida de peso".
Los investigadores señalan que se necesitan más estudios para confirmar sus hallazgos y comprender mejor las implicaciones a largo plazo para el manejo del paciente.
El coautor principal, Dr. Emilio Berna-Rico, del Departamento de Dermatología del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, concluye que "creemos que este estudio es relevante para la dermatología, ya que ha asignado el término "inflamación residual" por primera vez en pacientes con psoriasis, considerando la inflamación sistémica de la enfermedad. Esperamos que nuestros resultados abran las puertas a un enfoque más amplio en la investigación de la psoriasis, que nos permitirá mitigar los efectos de la inflamación sistémica y mejorar el manejo de los pacientes mediante el uso de las terapias innovadoras disponibles, además de educar a los pacientes sobre un estilo de vida saludable y antiinflamatorio, en colaboración con otros profesionales sanitarios".
Según Joel M. Gelfand, MD, MSCE, del Departamento de Dermatología de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania y editor adjunto de Investigación Clínica y Epidemiología del JID, "a pesar del excelente control de la enfermedad cutánea, un porcentaje considerable de pacientes con psoriasis presenta inflamación sistémica residual. Estos hallazgos ponen de relieve que tratar únicamente los signos cutáneos de la enfermedad psoriásica no es suficiente, y los pacientes a menudo necesitan estrategias adicionales para reducir la inflamación sistémica".