El envejecimiento es un punto de partida común para muchas enfermedades crónicas y multimorbilidad, se debe tener en cuenta que el proceso de envejecimiento no siempre se aproxima de forma constante y cronológica, aunque la edad cronológica (tiempo desde el nacimiento) es un indicador ampliamente utilizado del envejecimiento.
Los individuos de la misma edad cronológica siempre envejecen a ritmos diferentes (envejecimiento acelerado o envejecimiento desacelerado), e incluso hay diferencias en el ritmo de envejecimiento de diferentes sistemas de órganos dentro de un individuo.
La edad biológica (EB) es un descriptor más preciso del envejecimiento y un mejor predictor de la morbilidad y mortalidad relacionadas con el envejecimiento que la edad cronológica. Más importante aún, a diferencia de la edad cronológica (una evolución fija), la EB está influenciada por exposiciones genéticas y ambientales y puede modificarse mediante medicamentos, estilo de vida, entre otros.
En consecuencia, en el contexto de una población que envejece rápidamente, la búsqueda de factores modificables eficaces para ralentizar o prevenir el envejecimiento biológico y la aceleración del envejecimiento tendría un potencial significativo para aplicaciones clínicas y de salud pública.
Las especias se usan ampliamente para dar sabor, color, conservar alimentos y con fines medicinales. La comida picante (definida principalmente por el contenido de chile) es una parte integral de la cultura culinaria y su consumo está creciendo en todo el mundo. Estudios previos han demostrado los efectos beneficiosos de los alimentos picantes y sus sustancias bioactivas, como la capsaicina, en la obesidad, los trastornos gastrointestinales, las enfermedades cardiovasculares, la enfermedad de Alzheimer y el cáncer.
Además, los estudios existentes sugieren que la capsaicina en los alimentos picantes mejora la inflamación crónica, la disbiosis y otras características del envejecimiento. Por lo tanto, los autores de una reciente investigación plantean que “es plausible plantear la hipótesis de que la ingesta de alimentos picantes puede ralentizar el proceso de envejecimiento biológico en los seres humanos”.
Sin embargo, todavía hay una falta de evidencia basada en la población que vincule el consumo de alimentos picantes con una la edad biológica (EB) acelerada. Por lo tanto, para abordar esta necesidad, los investigadores llevaron adelante un estudio longitudinal, en el cual elaboraron indicadores de EB integrales y específicos de órganos para luego evaluar las asociaciones del consumo de comida picante al inicio y durante el seguimiento con los mismos.
Incluyeron a 7874 participantes de la Cohorte Multiétnica de China, quienes participaron en las encuestas iniciales y de seguimiento.
Los resultados revelaron una disminución en la aceleración integral de la edad biológica (EB) para los consumidores de alimentos picantes en comparación con los consumidores de alimentos no picantes. Para las aceleraciones de la EB específica del órgano, observaron estimaciones más altas para la aceleración de la EB metabólica y la aceleración de la EB renal que para la aceleración de la EB cardiopulmonar y la aceleración de la EB hepática, aunque algunos resultados no fueron estadísticamente significativos.
Un aspecto a destacar es que el consumo de alimentos picantes mostró asociaciones más fuertes con la aceleración integral de la EB entre las mujeres. “Nuestro hallazgo sugiere que consumir alimentos picantes tiene beneficios potenciales para una EB integral”, mencionan.
Aunque hay investigaciones limitadas sobre los mecanismos directos de la ingesta de alimentos picantes y el envejecimiento biológico, los autores explican que hay evidencia de que la capsaicina, el principal componente activo de los chiles, puede mejorar algunas de las características del envejecimiento.
Después de la ingestión de capsaicina, esta se distribuye predominantemente a órganos como el riñón, el corazón y el hígado, donde activa TRPV1. Esta activación en estos órganos mejora la función endotelial, el efecto antiinflamatorio y el metabolismo de la glucosa y los lípidos. Estos se han relacionado con la inflamación crónica, la comunicación intercelular alterada y los trastornos de la detección de nutrientes, que son características del envejecimiento. Además, la capsaicina dietética modula la flora intestinal y mejora la disbiosis, otra característica del envejecimiento.
Los expertos aclaran que el umbral para la ingesta de alimentos picantes fue de aproximadamente 3 a 5 días/semana, más allá del cual no hubo una reducción adicional en la EB. “En particular, más del 60% de nuestros participantes informaron consumir alimentos picantes casi a diario y quienes consumen comida picante más de 5 días a la semana pueden haber alcanzado ya un techo de exposición, lo que limita el potencial de beneficios adicionales”, sugieren.
El actual estudio detalla que la ingesta de alimentos picantes tenía una asociación más fuerte con la EB metabólica y la EB renal que con las EB de otros sistemas de órganos. “Esto puede estar relacionado con las diferentes tasas de envejecimiento en diferentes sistemas de órganos y la diferente distribución de TPRV1 en los mismos”, señalan.
El metabolismo y los riñones (un órgano metabólicamente activo) tal vez sean los primeros en verse alterados y acelerar aún más otras enfermedades relacionadas con el envejecimiento.
La activación de TPRV1 por la comida picante aumenta la excreción urinaria de sodio, reduce la acumulación de lípidos y mejora la vasodilatación dependiente del endotelio. “Este puede ser un posible mecanismo para la asociación entre el consumo de alimentos picantes y el envejecimiento biológico metabólico y renal”, resaltan los investigadores.
Los hallazgos sugieren una asociación más fuerte entre el consumo de comida picante y la EB integral en mujeres que en hombres. Esto puede estar relacionado con el hecho de que las mujeres no responden a TPRV1 en la misma medida que los hombres.
En síntesis, el estudio demuestra que el consumo de alimentos picantes podría tener beneficios potenciales para el envejecimiento biológico. “Nuestros hallazgos destacan que los alimentos picantes pueden retrasar el envejecimiento biológico general y específico de cada órgano, especialmente el metabólico y renal”, concluyen.