El fútbol es el deporte más popular y practicado en el mundo y está en constante evolución. Tanto en el entrenamiento como en la competición, las exigencias físicas y técnicas del fútbol han aumentado, requiriendo un gran número de acciones que impliquen esfuerzos submáximos y máximos con una elevada carga mecánica y metabólica.
Esto hace que los futbolistas deban tener una elevada capacidad de producción de energía aeróbica y anaeróbica, lo que supone un importante reto nutricional, debiéndose implementar una estrategia nutricional adecuada para proporcionar una ingesta suficiente de nutrientes que favorezca las adaptaciones al entrenamiento y la competición, lo que puede reducir el riesgo de lesiones y el tiempo de recuperación.
Por ello, los suplementos dietéticos pueden jugar un papel importante en la estrategia nutricional de los futbolistas, ya que su uso favorece el aporte de nutrientes específicos y ayuda a cubrir requerimientos energéticos y de macronutrientes o micronutrientes que son difíciles de conseguir únicamente mediante la ingesta de alimentos.
En este contexto, los investigadores españoles Carlos Sousa Rufino de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Isabel I; Helios Pareja Galeano del Departamento de Educación Física, Deporte y Movimiento Humano de la Universidad Autónoma de Madrid; y María Martínez Ferrán de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Burgos; evaluaron y compararon el consumo de suplementos dietéticos en jugadores de fútbol españoles semiprofesionales masculinos y profesionales femeninos.
El estudio se llevó a cabo en 129 futbolistas españoles (92 hombres y 37 mujeres) que completaron un cuestionario validado y autoadministrado sobre el uso de suplementos dietéticos en deportistas. Los resultados revelaron que el 96,12 % consumía suplementos dietéticos, principalmente para mejorar el rendimiento.
Los investigadores señalan que “el monohidrato de creatina, la cafeína y la proteína de suero, bebidas isotónicas, vitamina D, barritas energéticas, magnesio y vitamina C fueron los suplementos más utilizados” , y se encontraron diferencias significativas entre hombres y mujeres en el consumo de vitamina D.
Por otro lado, los suplementos del grupo A (subdividido en suplementos médicos, ayudas ergogénicas y alimentos deportivos), grupo con un alto nivel de evidencia científica, fue más consumido que los del grupo C, con un bajo nivel de evidencia.
Asímismo, observaron “diferencias en el consumo de grupos específicos de suplementos, como suplementos médicos (mayor consumo en mujeres) o alimentos deportivos (mayor consumo en hombres), así como en el lugar de compra o situación de consumo”.
Teniendo en cuenta la elevada prevalencia de consumo de suplementos deportivos y que algunos de los suplementos más utilizados tienen un bajo nivel de evidencia asociado a ellos, los autores del trabajo consideran "necesario ofrecer educación nutricional a los jugadores de fútbol para ayudarlos a hacer un mejor uso de los suplementos, ya que, en general, muchos deportistas consumen frecuentemente suplementos dietéticos sin conocer sus efectos o riesgos", así subraya que esta formación "debe ser proporcionada por los profesionales adecuados: los nutricionistas deportivos".