Los hallazgos de un nuevo estudio, realizado en ratones jóvenes, ha planteado ciertas inquietudes sobre los posibles riesgos del ayuno en los humanos, especialmente en los adolescentes. Concretamente, este estudio, que se ha desarrollado en Múnich, descubrió que el ayuno intermitente crónico altera el desarrollo de las células beta productoras de insulina.
“Se sabe que el ayuno intermitente tiene beneficios, como estimular el metabolismo y ayudar a perder peso y a prevenir enfermedades cardíacas. Pero, hasta ahora, sus posibles efectos secundarios no se entendían bien”, comenta Alexander Bartelt, uno de los investigadores participantes, acerca de este trabajo que sugiere que el ayuno intermitente durante la adolescencia podría tener efectos negativos a largo plazo sobre el metabolismo.
Los investigadores estudiaron tres grupos de ratones: adolescentes, adultos y animales mayores. Durante el proceso, los ratones permanecieron sin comer durante un día y fueron alimentados durante otros dos días. Después de diez semanas, la sensibilidad a la insulina mejoró tanto en los ratones adultos como en los mayores, lo que significa que su metabolismo respondió mejor a la insulina producida por el páncreas. Esto es clave para regular los niveles de azúcar en sangre y prevenir enfermedades como la diabetes tipo 2.
Sin embargo, los ratones adolescentes mostraron un preocupante declive en su función de células beta, las células productoras de insulina del páncreas. En este punto, hay que recordar que la producción insuficiente de insulina está relacionada con la diabetes y con alteraciones del metabolismo. “Se suele pensar que el ayuno intermitente beneficia a las células beta, por lo que nos sorprendió descubrir que los ratones jóvenes producían menos insulina después del ayuno prolongado”, explica Leonardo Matta, uno de los autores principales del estudio.
Los científicos utilizaron la última secuenciación de células individuales para descubrir la causa del deterioro de las células beta. Al examinar el plano del páncreas, el equipo descubrió que las células beta de los ratones más jóvenes no maduraban correctamente. "En algún momento, las células de los ratones adolescentes dejaron de desarrollarse y produjeron menos insulina", comenta Peter Weber, también autor principal. En contra, los ratones más viejos, cuyas células beta ya estaban maduras antes de comenzar el ayuno, no se vieron afectados.
Posteriormente, el equipo comparó los resultados obtenidos en ratones con datos de tejidos humanos. Descubrieron que los pacientes con diabetes tipo 1, en los que las células beta son destruidas por una respuesta autoinmune, mostraban signos similares de deterioro de la maduración celular. Esto sugiere que los resultados del estudio con ratones también podrían ser relevantes para los humanos.
“Nuestro estudio confirma que el ayuno intermitente es beneficioso para los adultos, pero puede conllevar riesgos para los niños y adolescentes”, afirma Stephan Herzig, otro de los autores. “El siguiente paso es profundizar en los mecanismos moleculares que subyacen a estas observaciones. Si entendemos mejor cómo promover el desarrollo saludable de las células beta, se abrirán nuevas vías para tratar la diabetes restaurando la producción de insulina”.