Cumplir con los requisitos mínimos de vitamina B12 -necesaria para producir ADN, glóbulos rojos y tejido nervioso- podría no ser suficiente, especialmente en edad avanzada, lo que podría potenciar el riesgo de sufrir deterioro cognitivo.
De hecho, un nuevo estudio realizado con voluntarios mayores y sanos -con concentraciones más bajas de B12, pero aún dentro del rango normal- ha evidenciado los signos de deficiencia neurológica y cognitiva de los participantes. Estos niveles se asociaron con un mayor daño a la materia blanca del cerebro (las fibras nerviosas que permiten la comunicación entre áreas del cerebro) y puntajes en las pruebas asociados con velocidades de procesamiento cognitivo y visual más lentas, en comparación con aquellos con niveles más altos de B12.
Los investigadores, dirigidos por el autor principal del artículo, Ari J. Green, explican que los resultados plantean preguntas sobre los requisitos actuales de vitamina B12 y sugieren que las recomendaciones deben actualizarse. “Los estudios anteriores que definieron las cantidades saludables de vitamina B12 pueden haber pasado por alto manifestaciones funcionales sutiles de niveles altos o bajos que pueden afectar a las personas sin causar síntomas evidentes”, comenta Green, señalando que las deficiencias claras de la vitamina se asocian comúnmente con un tipo de anemia. “Revisar la definición de deficiencia de vitamina B12 para incorporar biomarcadores funcionales podría conducir a una intervención más temprana y la prevención del deterioro cognitivo”, agrega.
En el estudio, realizado en EEUU, los investigadores reclutaron a 231 participantes sanos sin demencia ni deterioro cognitivo leve, cuya edad promedio era de 71 años. Sus niveles de vitamina B12 en sangre fueron de un promedio de 414,8 pmol/L, muy por encima del mínimo estadounidense de 148 pmol/L.
Ajustando factores como la edad, el sexo, la educación y los riesgos cardiovasculares, los investigadores analizaron el componente biológicamente activo de la vitamina B12, que proporciona una medida más precisa de la cantidad de vitamina que el cuerpo puede utilizar. En las pruebas cognitivas, se encontró que los participantes con niveles más bajos de vitamina B12 activa tenían una velocidad de procesamiento más lenta, relacionada con un deterioro cognitivo sutil. Su impacto se amplificó con la edad avanzada.
También mostraron retrasos significativos en la respuesta a los estímulos visuales, lo que indica velocidades de procesamiento visual más lentas y una conductividad cerebral general más lenta.
Las resonancias magnéticas, por su parte, revelaron un mayor volumen de lesiones en la sustancia blanca de los participantes, lo que puede estar asociado con deterioro cognitivo, demencia o accidente cerebrovascular. Aunque los voluntarios del estudio eran adultos mayores, que pueden tener una vulnerabilidad específica a niveles más bajos de B12, la coautora principal Alexandra Beaudry-Richard comenta que estos niveles más bajos podrían "afectar la cognición en mayor medida de lo que pensábamos anteriormente, y pueden afectar a una proporción mucho mayor de la población de lo que creemos".
"Además de redefinir la deficiencia de B12, los médicos deberían considerar la suplementación en pacientes mayores con síntomas neurológicos incluso si sus niveles están dentro de los límites normales", aconseja. "En última instancia, necesitamos invertir en más investigación sobre la biología subyacente de la insuficiencia de B12, ya que puede ser una causa prevenible de deterioro cognitivo", advierte.