La investigación, publicada en el Journal of Neurology Neurosurgery & Psychiatry, destaca que las propiedades antiinflamatorias y neuroprotectoras de los nutrientes presentes en el pescado pueden ser fundamentales para frenar el avance de la discapacidad en las personas diagnosticadas con esclerosis múltiple (EM). Este estudio y sus resultados han generado debate entre la comunidad de investigadores, los cuales han analizado y dado su opinión acerca del mismo.
El estudio, basado en datos de 2.719 personas recién diagnosticadas con EM, ofrece un análisis revelador sobre cómo el consumo regular de pescado puede tener un impacto positivo en el curso de la enfermedad.
El consumo de pescado se evaluó en tres categorías: "nunca o rara vez", "1 a 3 veces al mes" y "semanalmente". Los resultados mostraron que aquellos que consumían pescado con mayor frecuencia tenían un 44 % menos de riesgo de experimentar un empeoramiento confirmado de la discapacidad, en comparación con aquellos que no consumían pescado o lo hacían en muy pequeñas cantidades. Además, los que aumentaron su consumo de pescado en los años posteriores al diagnóstico tuvieron una disminución del 20% en el riesgo de empeoramiento, según los datos del seguimiento realizado en 2021.
"Los hallazgos subrayan la importancia potencial de la dieta en el manejo de la esclerosis múltiple", señalan los investigadores.
Asimismo, agregan que, "mientras que el consumo de pescado está relacionado con niveles más bajos de discapacidad en personas con EM, pocos estudios habían analizado su efecto sobre la progresión de la discapacidad, lo que hace que estos resultados sean tan reveladores".
El análisis también destacó una tendencia interesante: el mayor consumo de pescado magro y graso se asoció con un riesgo considerablemente menor de progresar a estados más graves de la enfermedad.
Sin embargo, el trabajo también deja claro que, al ser observacional, no se pueden establecer conclusiones definitivas sobre la relación de causa y efecto. A pesar de ello, proponen que "los ácidos grasos omega-3, predominantes en el pescado azul, podrían ser un factor importante en la reducción de la progresión de la discapacidad".
Por otro lado, apuntan a otro nutriente fundamental en el pescado: la taurina, un aminoácido con efectos antioxidantes y antiinflamatorios. “Este aminoácido podría ser crucial en el tratamiento de trastornos neurológicos debido a sus propiedades citoprotectoras”, recoge la investigación.
"Los resultados subrayan el papel potencial de la dieta, en particular el consumo de pescado, como un factor modificable que podría complementar las estrategias terapéuticas existentes para la esclerosis múltiple", concluyen los autores.
El estudio ha generado diversas opiniones entre expertos, quienes destacan su importancia y los hallazgos reveladores sobre el consumo de pescado en personas con esclerosis múltiple.
La Dra. Shelly Coe, profesora de Ciencias de la Nutrición en la Universidad de Oxford Brookes, celebra los resultados del estudio, especialmente por su muestra representativa y la consistencia de los hallazgos. “Es estupendo ver más investigaciones sobre la EM y los enfoques dietéticos. Incluso aquellos que aumentaron su consumo de pescado más tarde en la enfermedad mostraron una progresión de la discapacidad reducida”, señala Coe.
Por su parte, el Dr. Aravinthan Varatharaj, profesor clínico de neurología en la Universidad de Southampton, resalta la calidad del estudio y el valor de los ácidos grasos omega 3 en el pescado azul. “Las personas que comían más pescado estaban protegidas contra el empeoramiento de la discapacidad”. Si bien, advierte que “factores como los ingresos deberían ser tenidos en cuenta ya que podrían influir en los resultados”,
También ha opinado la Dra. Ruth Dobson, profesora de Neurología en la Universidad Queen Mary de Londres, quien valora la relación dosis-respuesta consistente entre el consumo de pescado y la gravedad de la EM. “Este estudio proporciona una vía útil para futuras investigaciones”,comenta Dobson.
En resumen, los expertos coinciden en que, aunque se necesitan más estudios, el consumo de pescado parece tener un efecto positivo en la progresión de la esclerosis múltiple, convirtiéndose en un aspecto valioso dentro del manejo de la enfermedad.