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Los probióticos y alimentos vegetales podrían prevenir las infecciones del tracto urinario

Los probióticos y alimentos vegetales podrían prevenir las infecciones del tracto urinario

Un nuevo estudio revela que las infecciones del tracto urinario, un problema de salud global, podrían prevenirse mediante probióticos y compuestos de alimentos vegetales, abriendo nuevas perspectivas en el campo de la urología
Probioticos, fitoquimicos e ITU
El impacto de los probióticos y alimentos vegetales en la prevención de infecciones urinarias (ITU).

Una infección del tracto urinario (ITU) se caracteriza por la colonización microbiológica atípica de cualquiera de las partes componentes del tracto urinario humano, como los riñones, los uréteres, la vejiga y la uretra. 

 

La patogénesis de una ITU implica la presencia de diferentes grupos de microorganismos. Alrededor del 85 % de los casos de ITU resultan de la colonización de bacterias, que, a su vez, comúnmente se originan en el canal vaginal o intestinal. Las cepas de Escherichia coli representan el mayor porcentaje de infecciones de estas fuentes

 

Las infecciones del tracto urinario están presentes tanto en hombres como en mujeres, y los datos epidemiológicos indican que las mujeres son significativamente más afectadas, debido al tamaño reducido de su canal uretral en comparación con los hombres, lo que favorece el desarrollo y colonización de bacterias, además de la proximidad de la entrada del canal uretral femenino al ano, que también puede ser principalmente una fuente de contaminación por E. coli , por contener trazas de materia fecal 

 

Más de 404,6 millones de personas experimentan infecciones del tracto urinario en todo el mundo, entre las cuales las mujeres jóvenes entre 20 y 30 años son las más afectadas, con una tasa de mortalidad estimada en 236.786. La infección del tracto urinario, en este sentido, constituye un problema de salud pública, que requiere acciones que estén dirigidas tanto a su tratamiento como a su prevención.

 

Los probióticos se definen como bacterias cuya presencia en el cuerpo humano se relaciona con efectos beneficiosos para la salud. Pueden administrarse de forma aislada, en cápsulas con colonias estabilizadas y liofilizadas, o en alimentos fermentados. Múltiples estudios ya han reportado una amplia gama de aplicaciones de los probióticos en la prevención de enfermedades, como la diabetes, la enfermedad inflamatoria intestinal, la obesidad y, más recientemente, las infecciones del tracto urinario

 

La principal hipótesis con respecto a la prevención de las ITU se relaciona con un aumento en la diversidad de la microbiota intestinal y vaginal, que puede reducir la incidencia de infecciones a través de la competencia con cepas patógenas.

 

Además, los compuestos bioactivos presentes en las especies vegetales también tienen potencial antibiótico, antioxidante y antiinflamatorio dentro del mismo contexto, debido a su capacidad de reforzar la protección innata contra especies patógenas, y así actuar como medida preventiva contra las infecciones urinarias. 

 

Sin embargo, existe una brecha en el conocimiento sobre su eficacia, así como sobre sus dosis de administración, a pesar de las conocidas aplicaciones empíricas de ambas clases de productos. Existe falta de consenso sobre la existencia de beneficios relacionados con la introducción de cepas específicas, o sobre si la simple ingesta de alimentos fermentados puede generar beneficios similares a la suplementación aislada con probióticos. 

 

Además, existe la necesidad de sistematizar el conocimiento sobre los beneficios que se obtienen al ingerir alimentos frescos, y, en el caso de formulaciones de compuestos aislados, cuál es la mejor forma de presentación, dosis y frecuencia de tratamiento respecto a los alimentos de origen vegetal ricos en compuestos bioactivos. 

 

En este sentido, un reciente estudio de se propuso como objetivo analizar los mecanismos relacionados con los posibles efectos sobre la salud descritos en la literatura, en el contexto del uso de probióticos y sustancias bioactivas de origen vegetal con el objetivo de prevenir las ITU. 

 

Los mecanismos uroprotectores de los probióticos

 

Los autores sugieren que la existencia de un sistema inmunitario mucoso común hace que “la suplementación oral con probióticos sea un método eficaz para influir en las mucosas de forma distinta a la de los microorganismos intestinales”. Tras la llegada de antígenos intestinales a las placas de Peyer, tanto los linfocitos B como los T migran desde estas placas a las membranas mucosas de los tractos respiratorio, gastrointestinal y genitourinario, así como a las glándulas exocrinas, como las lagrimales, salivales, mamarias y prostáticas. 

 

“Estudios previos han demostrado que las especies de Lactobacillus, en forma de probióticos, reducen la incidencia de infecciones urinarias e infecciones vaginales y los mecanismos importantes para la mejora parcial de las infecciones urinarias parecen implicar la regulación negativa de la producción de citocinas proinflamatorias (interleucina-6 [IL-6], IL-8 y el factor de necrosis tumoral alfa)”, comentan. 

 

Los expertos destacan que los alimentos fermentados, como el yogur, el kéfir y la kombucha, contienen cepas probióticas que pueden modular la microbiota intestinal y urogenital, mejorando la resistencia a los uropatógenos

 

“Se ha demostrado que los compuestos bioactivos presentes en el kéfir presentan actividades antimicrobianas, anticancerígenas e inmunomoduladoras. Además, los exopolisacáridos producidos por el kéfir poseen propiedades antioxidantes”, señala el artículo. Asimismo, explican que “el yogur contiene sustancias antimicrobianas, como las bacteriocinas, que son eficaces contra microorganismos patógenos y pueden ayudar a prevenir infecciones”.

 

En cuanto a los probióticos en sus presentaciones aisladas, aún existen desafíos con respecto a la disponibilidad de acceso a productos probióticos de alta calidad, la selección de cepas apropiadas y la falta de consenso con respecto a la dosis óptima y la duración del uso de probióticos. 

 

“Las investigaciones futuras deberían centrarse en identificar las cepas y regímenes probióticos óptimos para la prevención y el tratamiento de las ITU, comprender mejor el papel de la microbiota intestinal en la salud urogenital y desarrollar nuevas tecnologías y métodos de administración de probióticos”, subrayan los autores. 

 

Alimentos de origen vegetal que estarían detrás de la prevención de las ITU

 

Los alimentos de origen vegetal, como el arándano rojo, el ajo, la gayuba, el enebro y la ortiga, poseen compuestos bioactivos con propiedades antimicrobianas, antiinflamatorias y diuréticas. 

 

Uno de los estudios incluidos en la revisión, mostró que los fenoles del arándano previenen la colonización de E. coli en el intestino, lo que previene las infecciones urinarias. La capacidad de las proantocianidinas para unirse a la superficie de los factores de virulencia, como las fimbrias P de E. coli, que son responsables de la colonización del huésped, bloquea su adhesión al tracto urinario. Las bacterias E. coli solo pueden promover uropatógenos si se unen con proteínas receptoras en el epitelio genital, aquellas que no logren unirse a estos receptores no se desarrollarán ni causarán efectos adversos. 

 

Según otro estudio citado por los autores, “la mayoría de las cepas de E. coli exhibieron una reducción del 75% en la adherencia a las células epiteliales cuando se expusieron a 50 μg/mL de extracto de arándano”

 

Los bioactivos terapéuticos del ajo son la alicina y el ajoeno que pueden eliminar e inhibir el crecimiento de microorganismos. De hecho, “la alicina mostró resultados a través de su mecanismo de regulación de la secreción de factores proinflamatorios, consecuencia de la adhesión de cepas causantes de infecciones urinarias. En este caso, la alicina inhibió el NF-κB y las interleucinas IL-6 e IL-1β”, explican los expertos.

 

Teniendo en cuenta esto, refieren que estas “intervenciones naturales pueden reducir la incidencia de ITU al inhibir la adhesión de patógenos, modular la respuesta inmunitaria y promover la salud del tracto urinario”

 

En resumen, las infecciones del tracto urinario son prevalentes en la sociedad y representan una carga para el sistema de salud pública. Los probióticos en su forma aislada, presentes en alimentos fermentados, así como los compuestos bioactivos presentes en verduras y frutas, podrían tener un efecto beneficioso para la salud al prevenir indirectamente las infecciones del tracto urinario.

 

“Sin embargo, a pesar de estos efectos sobre la salud, hay poca evidencia de un vínculo directo entre el consumo de probióticos y la prevención de infecciones urinarias, y se requieren más estudios con mejores controles, pruebas estadísticas y diseños”, concluye el estudio. 

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