“No solo importa de qué nos nutrimos, sino también cuándo nos nutrimos”, afirma el secretario de la Sociedad Española de Nutrición Clínica y Metabolismo (SENPE), el Dr. Miguel Ángel Martínez Olmos, moderador de la conferencia plenaria del 40 Congreso SENPE: “Cronobiología en terapia médica nutricional”.
El encargado de llevar a cabo la exposición en el Palacio de Congresos de Málaga ha sido el Dr. Hassan S. Dashti, profesor de la Facultad de Facultad de Medicina de Harvard, y cuya investigación busca comprender la relación bidireccional entre la nutrición y el sueño y el papel del horario de los alimentos como factor de riesgo de enfermedad cardiometabólica en poblaciones sanas y pacientes.
“La crononutrición está adquiriendo cada vez más relevancia en la nutrición clínica porque integra el conocimiento de los ritmos biológicos en la planificación nutricional, demostrando que no solo importa de qué nos nutrimos, sino también cuándo nos nutrimos”, explica el Dr. Hassan S. Dashti. “Diversos estudios han evidenciado que ajustar los horarios de las comidas a los ciclos circadianos mejora el control metabólico en enfermedades como diabetes, obesidad y dislipemias, potencia la eficacia de ciertos fármacos, optimiza el sueño y favorece una nutrición más personalizada. Además, con el apoyo de nuevas tecnologías y el auge del enfoque preventivo en salud, se posiciona como una herramienta clave para mejorar resultados clínicos y la calidad de vida del paciente”, añade.
En cuanto a las líneas de investigación más prometedoras en crononutrición el Dr. Miguel Ángel Martínez Olmos afirma que se centran en cómo los horarios de las comidas influyen en la salud metabólica y general. Destacando los estudios sobre restricción del tiempo de alimentación y su impacto en obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares, así como la interacción entre ritmos circadianos y microbiota intestinal. “También avanzan áreas como la cronogenómica para personalizar dietas según el cronotipo, la sinergia con cronofarmacología, y la relación entre horarios de ingesta, sueño y salud mental”, apostilla.
Los errores más comunes que cometen los pacientes en relación con el ritmo y la distribución temporal de la ingesta incluyen saltarse el desayuno, concentrar la mayor parte del aporte de calorías en la cena o durante la noche, comer a horas irregulares cada día y realizar comidas sin respetar un horario constante. También es frecuente el picoteo nocturno, el consumo de alimentos justo antes de dormir y la falta de sincronización entre el horario de las comidas y el reloj biológico individual, “lo que puede alterar el metabolismo, afectar la calidad del sueño y dificultar el control del peso y la glucemia”, aclara el Dr. Martínez Olmos.
La calidad del sueño desempeña un papel crucial en la absorción de nutrientes y el metabolismo, ya que, durante el descanso, el cuerpo realiza procesos de regeneración y balance hormonal que afectan directamente la utilización de los nutrientes.
“Un sueño reparador mejora la sensibilidad a la insulina, lo que favorece una mejor regulación del azúcar en sangre y el almacenamiento de nutrientes. Además, el sueño adecuado influye en la producción de hormonas clave como la leptina y la grelina, que regulan el apetito y el adecuado metabolismo. La falta de sueño puede alterar estos procesos, dificultando la absorción eficiente de nutrientes y favoreciendo el aumento de peso y la disfunción metabólica”, explican los expertos.
Existen horarios óptimos para ingerir alimentos que pueden mejorar tanto el sueño como la salud metabólica. Hacer la última comida al menos 2-3 horas antes de dormir, permite que el cuerpo tenga tiempo para digerir los alimentos antes de descansar, lo que favorece un sueño más reparador. Además, consumir comidas equilibradas a lo largo del día, favoreciendo los alimentos ricos en fibra, proteínas magras y grasas saludables, contribuye a mantener un metabolismo estable. Asimismo, es recomendable evitar alimentos pesados, azúcares y cafeína por la tarde o noche, ya que pueden interferir con el sueño y alterar procesos metabólicos, como la regulación de la insulina.
El futuro de la terapia nutricional personalizada basada en cronobiología es prometedor, buscando ajustar la alimentación a los ritmos biológicos de cada individuo, optimizando la salud y el bienestar.
“Al combinar conocimientos de la cronobiología con la nutrición, se podrán diseñar planes nutricionales que respeten los ciclos circadianos, favoreciendo la digestión, la absorción de nutrientes y el metabolismo en los momentos más adecuados del día. Esto podría mejorar el manejo de enfermedades metabólicas, como la obesidad o la diabetes, y promover un envejecimiento saludable. A medida que la investigación en este campo avance, será posible crear estrategias más personalizadas y precisas, integrando tecnologías como la genética y otros datos, lo que abrirá nuevas puertas en la medicina preventiva y el tratamiento de trastornos relacionados con el ritmo biológico”, concluye el Dr. Miguel Ángel Martínez Olmos.