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La lactancia atenúa los efectos nocivos del consumo de ultraprocesados en la microbiota intestinal

La lactancia atenúa los efectos nocivos del consumo de ultraprocesados en la microbiota intestinal

Un nuevo estudio subraya la importancia de la lactancia materna y de evitar alimentos con alto contenido de azúcar, grasas saturadas, sal y aditivos químicos
Consumo de alimentos ultraprocesados de niños
El consumo de productos ultraprocesados ​​se produjo en más del 80 % de los niños participantes del estudio.

Un nuevo estudio, realizado con 728 bebés de hasta un año de edad, ha evidenciado que el consumo de alimentos ultraprocesados ​​puede afectar negativamente a la diversidad y abundancia de la microbiota intestinal, con un efecto más pronunciado en niños que no reciben lactancia materna.

 

El estudio se ha realizado mediante el seguimiento de un grupo de niños nacidos entre 2015 y 2016 en Cruzeiro do Sul, en Brasil. Hay que subrayar que los niños que aún recibían leche materna presentaron niveles más altos de Bifidobacterium, un género de bacterias asociado con una buena salud intestinal.

 

Por otro lado, quienes no fueron amamantados y consumieron productos ultraprocesados, como snacks envasados, galletas rellenas, bebidas de chocolate, refrescos, jugos artificiales, helados o fideos instantáneos, entre otros, presentaron mayor abundancia de géneros como Selimonas y Finegoldia, los cuales son poco abundantes en el grupo de niños amamantados y típicamente están presentes en individuos con obesidad o enfermedades gastrointestinales en la adolescencia y adultez.

 

“También descubrimos que la lactancia materna atenuó los efectos nocivos del consumo de alimentos ultraprocesados ​​en la composición de la microbiota intestinal. El grupo de niños que recibió leche materna y no consumió productos ultraprocesados ​​presentó una microbiota más estable y mejores indicadores de salud, principalmente debido a la mayor abundancia de Bifidobacterium”, afirma el primer autor del estudio, Lucas Faggiani

 

“Hasta la fecha, no se ha realizado un estudio con tantos participantes que haya analizado la composición de la microbiota intestinal durante el primer año de vida en relación con el consumo de productos ultraprocesados, justo cuando el sistema inmunitario se está formando. Si bien la región es de difícil acceso, estos productos se pueden obtener fácilmente y acaban sustituyendo a los alimentos tradicionales e incluso la lactancia materna”, explica por su parte Marly Cardoso, coordinadora del proyecto.

 

Además de por el tamaño de la muestra, Faggiani explica que el estudio destaca por ser una cohorte poblacional en una región amazónica con un alto nivel de vulnerabilidad social, lo que contribuye al estudio de variables poco exploradas en la literatura sobre este tema.

 

Efecto nocivo de los alimentos ultraprocesados en la microbiota intestinal

 

Los investigadores del estudio recolectaron muestras entre 2016 y 2017, cuando los niños participantes de la cohorte cumplieron un año. Las muestras se recolectaron y almacenaron según un protocolo desarrollado en el Instituto de Medicina Tropical (IMT) de la Facultad de Medicina de la USP, coordinado por Ester Sabino, profesora de la institución. Así, los hisopados anales con las muestras de heces se almacenaron a baja temperatura y se enviaron a São Paulo.

 

Mientras recolectaban estas muestras y datos como el peso y la altura de los niños, las madres respondieron un cuestionario que incluía si estaban amamantando o no y los hábitos alimenticios de la familia y del niño.

 

Posteriormente, las muestras de microbiota se enviaron a una empresa especializada en Corea del Sur para la secuenciación genómica automatizada, que es mucho más rápida que la secuenciación tradicional. En Brasil, con los datos en mano, los investigadores realizaron el análisis utilizando herramientas bioinformáticas.

 

Además de los niveles asociados con Bifidobacterium (abundante en niños amamantados y bajo en niños destetados), Selimonas y Finegoldia (alto en niños no amamantados y en quienes consumen alimentos ultraprocesados), los investigadores también detectaron una mayor presencia del género Firmicutes en el grupo de niños que ya no recibían lactancia materna, incluso en aquellos que no consumían alimentos ultraprocesados. Este género es un posible marcador de una microbiota adulta, lo que sugiere una madurez temprana.

 

Otro género abundante en el grupo de consumidores destetados y ultraprocesados ​​fue Blautia. Si bien algunos estudios han encontrado la misma asociación, aún no hay consenso sobre si es beneficioso o perjudicial. "Faltan estudios sólidos que establezcan una relación causal entre este género y los resultados de salud", comenta Faggiani.

 

Finalmente, "observamos que el consumo de productos ultraprocesados ​​se produjo en más del 80 % de los niños participantes del estudio durante su primer año de vida, cuando la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es no ofrecer estos productos antes de los dos años. Dados estos resultados, continuamos el seguimiento de estos niños para monitorear posibles efectos adversos para la salud a largo plazo", concluye Cardoso.

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