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Los primeros cinco años de vida son cruciales para prevenir el sobrepeso y la obesidad en la edad adulta temprana

Los primeros cinco años de vida son cruciales para prevenir el sobrepeso y la obesidad en la edad adulta temprana

Un estudio sugiere que el índice de masa corporal, o IMC, de un niño a los seis años de vida predice mejor el riesgo futuro de sobrepeso u obesidad que su IMC en otros momentos de la infancia
Peso bebé
Los primeros cinco años de vida de un niño ofrecen una oportunidad fantástica para intervenir y prevenir el sobrepeso y obesidad.

Los primeros cinco años de vida de un niño pueden ser clave para prevenir el sobrepeso y la obesidad en el futuro, según los autores de una nueva investigación que se presenta en el Congreso Europeo sobre Obesidad (ECO 2025) de este año.

 

El estudio revela que el índice de masa corporal (IMC) de un niño a los seis años predice mejor el riesgo de sobrepeso u obesidad a los 18 años que su IMC en otros momentos de la infancia. Así, cada aumento de unidad en el índice de masa corporal a los seis años duplicaba con creces (2,35 veces) la probabilidad de que un niño tuviera sobrepeso u obesidad a los 18 años. Cabe destacar que el IMC se ajustó por edad y sexo.

 

El estudio también reveló que, si un niño con un IMC más alto alcanzaba un peso saludable antes de los seis años, ya no corría mayor riesgo de padecer sobrepeso u obesidad al final de la adolescencia. Sin embargo, si recuperaba un índice de masa corporal más saludable a los seis años o más, seguía teniendo mayor riesgo de sobrepeso y obesidad.

 

Este hallazgo sugiere que los primeros cinco años de vida de un niño ofrecen una oportunidad crucial para prevenir el sobrepeso y la obesidad en la edad adulta temprana, afirma la autora del estudio Jasmin de Groot

 

Primeros 5 años de vida, cruciales para prevenir sobrepeso y obesidad

 

Para llegar a estas conclusiones, Jasmin de Groot y sus colegas utilizaron datos de un estudio de cohorte prospectivo en curso de Róterdam, Países Bajos. Se dispuso del peso al nacer (ajustado por edad gestacional y sexo) y del IMC a los dos, seis, diez, catorce y dieciocho años de 3.528 participantes, de los cuales el 52,9 % eran mujeres.

 

El índice de masa corporal de un niño generalmente aumenta con la edad. Por esta razón, los investigadores utilizaron reducciones al ritmo en que este aumentaba (es decir, un IMC que crecía más lentamente) como un indicador de un crecimiento saludable - y de alcanzar un peso más saludable-, en lugar de una reducción del IMC.

 

El 32,3 %, el 22,3 %, el 24,7 % y el 20,6 % de los 3528 niños presentaban sobrepeso u obesidad a los 2, 6, 10 y 14 años, respectivamente. Muchos de estos niños aún presentaban sobrepeso u obesidad a los 18 años: de los niños con sobrepeso u obesidad a los 2, 6, 10 y 14 años, el 32,5 %, el 53,9 %, el 57,2 % y el 70,3 %, respectivamente, aún presentaban sobrepeso u obesidad a los 18 años.

 

Además, un IMC más alto en cualquier momento de la infancia, independientemente del IMC previo, se asoció con una mayor probabilidad de sobrepeso u obesidad a los 18 años. Por otra parte, un IMC alto a los seis años se asoció especialmente con sobrepeso y obesidad a los 18 años.

 

Sin embargo, al dividir cada grupo de edad en tres grupos, según su IMC, los investigadores descubrieron que, si un niño del grupo con el índice de masa corporal más alto ralentizaba este crecimiento antes de los seis años, sus probabilidades de vivir con sobrepeso u obesidad a los 18 años eran similares a las de un niño con un IMC estable y promedio.

 

Por tanto, alcanzar un peso más saludable después de los seis años no tuvo el mismo efecto: los niños con los IMC más altos tenían mayor probabilidad de vivir con sobrepeso u obesidad a los 18 años, independientemente de cómo cambiara su índice de masa corporal a partir de los seis años.

 

Los hallazgos, según los investigadores, enfatizan la importancia de monitorear el IMC en la primera infancia. De Groot añade lo siguiente: “Necesitamos comprender cómo crecen y se desarrollan los niños si queremos ayudar a las futuras generaciones a crecer más sanas y brindar a cada niño la oportunidad de una vida feliz y saludable”.

 

“Nuestra investigación contribuye a ello al demostrar que un niño con sobrepeso u obesidad no está destinado a vivir con sobrepeso u obesidad en la edad adulta joven, y que los primeros cinco años de vida de un niño ofrecen una oportunidad fantástica para intervenir y prevenir que experimente sobrepeso y obesidad en los años venideros”, remata.

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