"El consumo de bebidas energéticas se asoció con un mayor riesgo de ideación e intentos de suicidio"

La cafeína, en forma de café, té y bebidas energéticas, a menudo se reconoce como la sustancia psicoactiva más utilizada del mundo, es consumida por aproximadamente el 80% de la población mundial diariamente. Según evidencia disponible, el 43% de los niños de 2 a 5 años de edad y el 100% de los adultos mayores de 65 años consumen cafeína diariamente, y la ingesta diaria media aumenta de manera constante con el aumento de la edad. 

Si bien la cafeína se encuentra principalmente en los granos de café, también se puede encontrar de forma natural en las hojas de té y los granos de cacao y a menudo se agrega a las bebidas energéticas como un compuesto estimulante. Una taza de café preparado contiene aproximadamente 95 mg de cafeína, el té negro alrededor de 47 mg, el té verde alrededor de 28 mg y las bebidas energéticas suelen contener entre 80 y 100 mg, según la marca y la fórmula. Estos productos, que incluyen café y bebidas energéticas, están cada vez más extendidos debido a fuertes estrategias de marketing y facilidad de disponibilidad. 

Aunque la cafeína no tiene valor nutricional, se consume principalmente por sus efectos en la memoria y la mejora de la concentración, así como por su impacto positivo en el rendimiento físico del consumidor. Aparte de los efectos fisiológicos del consumo de cafeína, puede existir una relación bidireccional entre la ingesta de cafeína y los resultados en salud mental.

El aumento en la incidencia del suicidio, la ideación suicida y la autolesión ha sido causa de una importante preocupación en materia de salud pública. Estudios recientes han demostrado que el consumo de cafeína está asociado a peores resultados en la salud mental de los consumidores. Por ejemplo, se descubrió que los consumidores más frecuentes de bebidas energéticas con cafeína tenían un mayor riesgo de suicidio e ideación suicida en comparación con los consumidores menos frecuentes. Sin embargo, algunos estudios han demostrado, en cambio, un resultado positivo del consumo de cafeína en los resultados de salud mental. Por lo tanto, se debería explorar más a fondo la relación entre el consumo de cafeína y los resultados sobre la salud mental de los consumidores.

Comprender la relación entre el consumo de cafeína y los efectos sobre la salud mental es crucial para fundamentar el desarrollo de estrategias de salud pública que fomenten la concienciación sobre los posibles efectos psicológicos adversos de los productos con cafeína y mejoren la salud mental de los consumidores. La omnipresencia de la cafeína dado el consumo diario subraya la importancia de investigar sus efectos en la salud mental de los consumidores.

Frente a este panorama, una nueva revisión sistemática y metaanálisis buscó explorar los efectos del consumo de cafeína en el riesgo de intentos de suicidio, ideación y autolesiones. Para ello, los autores realizaron una búsqueda bibliográfica que termino incluyendo 17 estudios. 

El consumo de bebidas energizantes y sus efectos adversos para la salud mental 

Los resultados demostraron que el consumo de café disminuye el riesgo de intentos de suicidio. De igual manera, la estratificación por cantidad consumida al mes reveló que este fenómeno solo era relevante en individuos que consumían más de 60 tazas de café al mes. Por el contrario, el consumo de bebidas energéticas se asoció con un mayor riesgo tanto de ideación como de intentos de suicidio, a partir de tan solo una taza al mes. La revisión sistemática destacó que el consumo de sustancias aumentó significativamente con el consumo de cafeína. 

Con respecto a la suicidalidad, un estudio incluido encontró que para las personas que consumían café, cada incremento en la ingesta de taza/día se asociaba con una disminución del 8% en el riesgo de depresión. “Se ha demostrado que los efectos neurofarmacológicos de la cafeína en la mejora de la actividad de los neurotransmisores mejoran el estado de ánimo y limitan los síntomas depresivos, aumentando el estado de alerta y el bienestar general”, explican los investigadores. 

Dado que la asociación solo fue significativa en personas que consumían más de 60 tazas de café, los autores advierten la presencia de un efecto umbral, donde los niveles moderados de consumo de café podrían no conferir los mismos efectos protectores contra la suicidalidad que el consumo de alto nivel.

Cabe destacar que los hallazgos sugieren una relación lineal entre el riesgo relativo de suicidio y el consumo de bebidas energéticas. Esto significa que cuanto mayores sean los niveles de consumo de bebidas energéticas, mayor será el riesgo de suicidio.

“Las bebidas energéticas están diseñadas para mejorar el rendimiento y pueden contener otros estimulantes además de la cafeína, que se ha informado que exacerban la ansiedad y la agitación en sus consumidores. Además de esto, las bebidas energéticas suelen contener grandes cantidades de azúcar, que también se ha postulado que causa emociones negativas como miedo, estrés y ansiedad”, justifica el nuevo artículo. “El efecto negativo sobre el estado de ánimo y el funcionamiento podría ser una posible explicación de esta correlación observada, lo que aumenta el riesgo de suicidio”. 

Con la creciente popularidad de las bebidas energéticas, especialmente entre la población más joven, las implicaciones de los hallazgos son particularmente preocupantes. “Estos hallazgos subrayan la necesidad de iniciativas de salud pública para concienciar sobre los efectos negativos del consumo de bebidas energéticas en la salud, especialmente entre poblaciones vulnerables como los adolescentes”, resaltan los expertos. 

Entre todos los participantes que consumieron bebidas energéticas, los hombres eran más propensos a exhibir tendencias suicidas que las mujeres. “Dado que los hombres son más propensos a exhibir conductas de toma de riesgos e impulsivas, el consumo de cafeína podría elevar su riesgo de tendencia suicida”, señalan. 

Además, este estudio identificó una asociación entre el consumo de cafeína y los comportamientos de uso de sustancias. Las personas que consumían estas bebidas eran más propensas a usar sustancias, específicamente consumir alcohol o fumar cigarrillos. Esta asociación plantea preocupaciones por las comorbilidades que podrían exacerbar el riesgo de suicidio en las personas. Por otro lado, advierten que también "justifica una consideración cuidadosa de los factores de confusión que podrían afectar las tasas de suicidio". 

En resumen, los resultados destacaron que el consumo de café de más de 60 tazas al mes disminuye el riesgo de intentos de suicidio. Por el contrario, el consumo de bebidas energéticas se asoció con un mayor riesgo tanto de ideación como de intentos de suicidio, a partir de tan solo una taza al mes. “Comprender la relación entre el consumo de cafeína y los resultados de salud mental es crucial para desarrollar estrategias de salud pública que mejoren la salud mental de los consumidores”, finalizan los investigadores.