Dado que el cáncer colorrectal está aumentando en personas menores de 50 años, los investigadores de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign de EEUU han estudiado a los habitantes más pequeños del colon para revelar causas y posibles tratamientos.
En un estudio con ratones modificados genéticamente, los expertos imitaron el entorno del colon de humanos propensos a experimentar colitis de inicio temprano (la inflamación que suele preceder al cáncer colorrectal). Querían comprender cómo los microbios del colon, junto con las sustancias que producen durante el metabolismo (metabolitos), interactúan con las vías de señalización genética implicadas en la progresión de la enfermedad.
La investigación, "La disbiosis de la microbiota intestinal en un nuevo modelo murino de colitis aumenta potencialmente el riesgo de cáncer colorrectal", se publicó en la revista American Journal of Physiology Gastrointestinal and Liver Physiology. El análisis contó con el apoyo del Instituto Nacional de Alimentos y Agricultura del USDA, la División de Ciencias de la Nutrición de la Facultad de ACES y la Oficina del Vicerrector de Investigación de Illinois.
“Cuando estos ratones se encuentran bajo estrés, desarrollan colitis más grave y, por lo tanto, tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer colorrectal de inicio temprano. En este estudio, descubrimos que este mayor riesgo se debe a la disbiosis (alteración de la comunidad microbiana intestinal) y a los metabolitos que estos microbios producen”, afirmó el autor correspondiente Hong Chen, profesor asociado del Departamento de Ciencias de la Alimentación y Nutrición Humana, de la Facultad de Ciencias Agrícolas, del Consumidor y Ambientales de Illinois.
Chen y sus compañeros caracterizaron el microbioma de ratones modificados genéticamente que carecían de un gen específico que regula la respuesta inmunitaria y la inflamación. Sin este gen, cuya mutación se ha demostrado en pacientes con cáncer colorrectal de inicio temprano, los ratones eran más propensos a desarrollar una inflamación del colon similar a la de la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa en humanos.
La inflamación favorece el crecimiento de ciertos microbios, generalmente "malos", desplazando a sus contrapartes beneficiosas. Luego, a medida que estos microbios problemáticos responden al entorno estresante de un colon inflamado, producen sustancias químicas, o metabolitos, que pueden ser perjudiciales para el huésped. Esto contrasta con los microbios en un entorno estable, que producen metabolitos beneficiosos.
Al comparar la composición de la comunidad microbiana y sus metabolitos en ratones modificados frente a ratones de laboratorio normales, los investigadores pudieron determinar cómo reaccionan los microbios y, en algunos casos, exacerban la inflamación.
"En ratones con una composición genética compatible con colitis de inicio temprano, encontramos un desequilibrio entre los microbios dañinos, propensos a la enfermedad, y una disminución de los microbios beneficiosos. Esto nos proporcionó una señal de disbiosis fácilmente identificable que pudimos asociar con el riesgo de cáncer colorrectal", señaló Chen. "También encontramos algunos metabolitos clave asociados con el riesgo de cáncer colorrectal humano en este modelo de ratón transgénico, lo que lo convierte en un sistema muy útil para estudiar y descubrir futuras herramientas de intervención".
Chen subrayó que "identificar qué microbios beneficiosos, y sus metabolitos asociados, disminuyeron en los ratones podría inspirar futuros estudios". En concreto, ella y sus colaboradores planean probar probióticos y posbióticos específicos (metabolitos producidos por microbios beneficiosos) para contrarrestar los microbios perjudiciales en un colon inflamado.
"Esperamos probar tanto el probiótico como los metabolitos que identificamos para encontrar una forma de complementar mejor e interceptar este riesgo de cáncer", remató.