En un estudio de la Facultad de Medicina Chobanian y Avedisian de la Universidad de Boston, investigadores descubrieron que una dieta alta en proteínas, o rica en el aminoácido triptófano (Trp), abundante en diversos alimentos ricos en proteínas, aumenta el riesgo de tromboembolia venosa (TEV) asociada al cáncer en modelos experimentales.
Después de la recurrencia o progresión del cáncer, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en los sobrevivientes de cáncer. La base de datos de Vigilancia, Epidemiología y Resultados Finales revela que, entre los más de tres millones de sobrevivientes de cáncer entre 1973 y 2012, el 38 % falleció a causa de la enfermedad, mientras que el 11,3 % falleció a causa de enfermedades cardiovasculares. En concreto, los sobrevivientes de cáncer tienen un riesgo entre cuatro y siete veces mayor de TEV, que resulta mortal en uno de cada siete pacientes con cáncer.
"Aunque nuestros nuevos hallazgos se basan en modelos experimentales, creemos que el conocimiento adquirido en este estudio podría despertar el interés en seguir estudiando su relevancia para la condición humana", afirma la coautora correspondiente Katya Ravid, profesora Barbara E. Corkey de la escuela.
Si bien se han estudiado los efectos de las dietas ricas en grasas en el contexto del cáncer y las enfermedades cardiovasculares, hay poca información disponible sobre el impacto de una dieta rica en proteínas y la trombosis asociada al cáncer.
Los investigadores descubrieron que los modelos experimentales con cáncer de colon alimentados con una dieta alta en proteínas o rica en Trp experimentaron un desarrollo más severo de trombosis vascular en comparación con los grupos alimentados con una dieta equilibrada regular.
También descubrieron que la inhibición de la enzima clave responsable del metabolismo del triptófano reducía la gravedad de la lesión vascular. Finalmente, descubrieron que la quinurenina, un metabolito conocido del triptófano, afecta a los factores de coagulación sanguínea que se sabe que promueven la trombosis.
Según los investigadores, este trabajo tiene posibles implicaciones a nivel de paciente individual y de población. “El control nutricional es un componente integral de la atención al paciente con cáncer. A menudo se aconseja a los pacientes con cáncer que aumenten su ingesta de proteínas para compensar la caquexia oncológica (pérdida de peso involuntaria, atrofia muscular y pérdida de apetito, que provocan debilidad y fatiga significativas) y los efectos secundarios de la quimioterapia. En ocasiones, estos pacientes reciben nutrición parenteral (alimentación directa al torrente sanguíneo), que incluye aproximadamente de cinco a ocho veces más Trp que la recomendación dietética”, explica el coautor de correspondencia Vipul Chitalia, MD, PhD, profesor de medicina.